El Bilbao más feo
El diptongo ·
Jon Uriarte
Lunes, 16 de diciembre 2019, 00:35
Qué bonito está Bilbao, con lo feo que era antes!». Cada vez que lo escucho me enciendo. Ya no respondo, para qué gastar saliva. Además, ... quien lo dice cree que no es ofensa, sino piropo. No conozco a un bilbaíno de toda la vida que lo diga. Porque aquel 'botxo' gris también era hermoso. Diferente, menos turístico, pero guapo a su manera. Como esa cara que no es perfecta y por eso resulta atractiva. Nos gustaba y punto. Porque la fealdad también merece respeto. Quizá por ello, mantenemos una singular tradición. El concurso de feos.
«El primer presentador fue Iñaki López, que estuvo diez años», rememora José Mari Amantes y cita al popular presentador que se pasa la vida con un pie aquí y otro en Madrid. «También lo han presentado Javier Palacios, Marko Bastegieta o Soraya Vegas», añade y al hacerlo confirma que viene de viejo. Ni siquiera fue novedad. «Sabíamos de la existencia de concursos de feos en otras tierras y en el propio Bilbao. Incluso existían artículos al respecto en revistas de la época. Así que lo recuperamos en la comparsa Moskotarrak y se ha convertido en un clásico anual».
Tiene razón Amantes. Basta con recordar lo que supuso y aún supone recordar la cara de Franki. Llamado así porque en su natal Erandio destacó desde niño por lo complejo de su rostro y era conocido como Frankenstein. Pero además de este mítico feo -que ganaba siempre, acabó como invitado estelar y participaba fuera de concurso-, hubo otro igual de legendario. Se llamaba Gregorio Gana. Y era conocido como Gorin. Llegó a asustar al mismísimo Marko, rey del pollo y de Kortezubi. «¡Tendría que haber puesto en el cartel que el concurso era solo para personas!», cuentan que exclamó, impresionado, al verle ensayar sus muecas frente al espejo. Por cierto, K-Toño Frade siempre mantuvo que lo que tenía de feo, tenía de bueno. Suele pasar.
Y quienes conocimos a Franki, podemos decir lo mismo. Ambos tenían mucho don de gentes y un algo, o un mucho, de buscavidas. Cuando les veías resultaba imposible no imaginar a aquellos seres tan humanos pero tan extraños que viajaban en carromatos de circo ambulantes. La mujer barbuda, el hombre más pequeño, el gigante... y el feo. O la fea, que también las hubo. De ellas hablaremos otro lunes.
Hoy me quedo con esta extraña pareja. La de Franki y Gorin. Su rivalidad era tal que hasta en lo geográfico había disputa. Porque si el primero era erandiotarra, el segundo era del vecino Leioa. Allí, frente al bar de Petra 'la viuda', movía su carraca para atraer y fijar la atención del viandante. Quienes vivieron los años 60 por esas campas y rincones nunca le olvidarán. Sobre todo en las fiestas de San Juan, donde lo daba todo a cambio de premio y aplausos. Podríamos decir que él y Franki fueron los Federer y Nadal de los concursos de feos. Decidir quién merecía galardón siempre fue motivo de amplios debates y discusiones posteriores. Y por si fuera poco, hubo alguno más.
Citemos aquí y ahora a Drácula. En su DNI el nombre que figuraba era José Parola Astegia. Que tuvo el honor de ser el ganador del primer concurso de feos de Bizkaia. Con tal cantera era cuestión de tiempo que la cosa trascendiera. Y lo hizo. «A nuestro concurso han venido televisiones desde Alemania o Japón. Y también medios de otras comunidades autónomas», advierte y damos fe.
En la pasada Aste Nagusia radios de postín se interesaron por el evento. Falta una asociación para subrayar nuestro respeto al feo. No pongan esa cara. En Cataluña existía. Su presidente era Ramón Pons. Como lo leen. La fealdad debe respetarse. Sobre todo en esta era de ofendiditos. Fui jurado en la 18 edición del concurso. Y escuché demasiadas voces afirmando que era ofensivo aplaudir una cara fea. No se puede ser más simple, ni más ignorante. Como dicen en Moskotarrak, «En Bilbao no existen feos. El mérito está en parecerlo». Jamás entenderán los correctos que en ese gesto está la mayor de las txirenadas. La de un 'botxo' gris que siendo, hermoso, se hacía pasar por feo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión