Los bilbaínos acaban con 350.000 cerezas en hora y media
La Plaza Nueva acoge por segundo año consecutivo la Fiesta de la Cereza del Valle de Las Caderechas
Juncal Munduate
Sábado, 12 de julio 2025, 17:58
Solo los más madrugadores han podido disfrutar esta mañana de las once variedades de cereza burgalesa puestas a la venta en la Plaza Nueva de Bilbao. En apenas hora y media, la mayoría de los puestos ha agotado sus reservas de esta codiciada fruta, que en total sumaban 3.500 kilos. Ya lo anticipaba minutos antes José Antonio Gómez Yagüe, organizador y director técnico de la marca de promoción de la Diputación de Burgos (Burgos Alimenta): «Ha tenido muchísimo éxito desde primera hora. La gente ha empezado a venir y están vendiendo todo. Creo que nos vamos a quedar sin cerezas», comentaba entre risas.
Se trata de la Fiesta de la Cereza del Valle de las Caderechas, una feria agrícola que regresa a Bilbao por segundo año consecutivo para traer una variedad muy especial: la cereza tardía. «La zona en la que producimos, cerca de Medina de Pomar y Villarcayo, tiene un microclima muy particular que permite que la cereza madure más tarde», explica Gema Fernández Peña, técnica de producción alimentaria de la Diputación de Burgos. Unas condiciones que combinan altitud —el valle se sitúa a 850 metros sobre el nivel del mar— con temperaturas que rara vez alcanzan los treinta grados. El resultado: una fruta que se hace esperar, pero de «gran sabor y calidad».
Entre el bullicio de quienes preguntan por las variedades aún disponibles, se cuela un policía municipal. Quiere saber si pueden guardarle una caja para repartirla más tarde en la comisaría, visto el ritmo al que desaparecen los lotes. No es para menos: en muchos puestos el kilo se vende a cinco euros, más de un euro por debajo del precio habitual en fruterías y supermercados. «Lo que hacemos aquí es una promoción. Nos interesa que la gente las pruebe ahora para que más adelante las busquen en el mercado», explica Juan José Gandía, presidente de la Asociación de Comerciantes y Productores del Valle de las Caderechas. Para fruticultores como él, que también se encarga de recoger la cereza, Euskadi es un punto clave de venta: «Aquí traemos 3.500 kilos, pero nuestra producción total será de 200.000». Una cosecha que también se destina a los mercados de Burgos y Cantabria.
Cerezas con sabor a infancia
Entre los curiosos que recorren los puestos también hay algunas caras largas: las de aquellos que no llegaron a tiempo para llevarse unos kilos de la fruta estrella de la temporada. Las variedades más demandadas han sido precisamente las más tradicionales, aquellas que crecen en árboles centenarios. «La 'roja de milagro' y la 'fresona' han sido las primeras en desaparecer», afirma Gandía. Se trata de cerezas dulces, delicadas y de tonalidades mucho más claras, entre el rosa y el blanco. Una de las razones de su rápida desaparición es su rareza y el perfil de los compradores. «La gente mayor, de más de 70 años, recuerda este tipo de cereza como la de su infancia. Por eso, cuando la ven, no dudan en comprarla». Pero no todo ha girado en torno a la compraventa, la jornada también se ha animado con un taller de cocina con recetas a base de cereza y un recital de danzas castellanas a cargo del grupo Diego Porcelos.