Barinaga, jefe del vertedero y 'conde' de Eibar
El impulsor de la escombrera de Zaldibar, al que ahora investiga un juzgado de Durango por el desplome mortal, forjó un imperio empresarial en la comarca desde joven
José Ignacio Barinaga es el 'padre' del vertedero de Zaldibar. Su desplome el día 6 causó una crisis medioambiental y política sin precedentes en Euskadi. ... Dos de sus trabajadores, Alberto y Joaquín, siguen sepultados en una gigantesca montaña de basura. Encontrarles y estabilizar la escombrera, una tarea titánica de coste millonario, supondrá meses. El Juzgado de Instrucción número 1 de Durango investiga lo ocurrido para determinar si la firma ha incurrido en un homicidio imprudente, un delito ecológico y laboral.
Todo el mundo conoce a Barinaga. Tiene 75 años y creció en el caserío Kondia del barrio de Eitzaga, donde está la escombrera. Su sede social sigue siendo este baserri, que fue un molino. De joven, estudió en la Escuela de Armería de Eibar y destacaba como pelotari. Su familia ya disfrutaba entonces de un gran poder adquisitivo. Construcciones Barinaga, en la que participaría más tarde, echó a andar cuando él tenía 20 años. Y muy pronto comenzó a mostrar una gran habilidad para los negocios. Creó una suerte de imperio junto a sus familiares. «Son los dueños de medio Eibar», dicen los vecinos. Por eso, a Kondia, el apodo que Barinaga tiene desde mozo por el caserío del que procede, también le llaman 'el conde', haciendo el juego de palabras. 'El conde' de Eibar.
El impulsor de la escombrera siempre fue un «tipo listo» que sabía cómo prosperar. «Es un negociante y un emprendedor». A lo largo de su vida ha llegado a ostentar 86 cargos en 34 empresas. Administrador, presidente, accionista, consejero, apoderado, vocal, liquidador... Ahora mantiene 22, aunque muchos se corresponden con firmas a las que no ha dado de baja.
Barinaga, que solo tiene un hijo -Iñaki-, hizo una fortuna con la comercialización de vehículos. En 1982, fundó Automóviles Kondia, una de las firmas más importantes en su trayectoria. La traspasó hace unos años. Sigue estando en la Avenida Otaola de Eibar. Desde los noventa, participó en la producción de aluminio y constituyó muchas promotoras, constructoras y agencias inmobiliarias con las que ganó millones en pleno auge del ladrillo. Impulsó compañías de este tipo en otras provincias para explotar las oportunidades en lugares de veraneo de Burgos y Alicante. Llegó a aventurarse en el sector de la hostelería, en la producción audiovisual y en la venta de mobiliario. Con su actividad frenética logró una gran relevancia económica y social, además de emplear a mucha gente en Eibar durante décadas. «Como patrón le gustaba que vendieras, que le hicieras negocio. Pagaba puntualmente y su trato siempre era bueno», explica un trabajador suyo. Otros conocidos, por el contrario, le describen como «un enfermo del dinero».
Amante de la buena mesa
Barinaga no es de «cuadrilla ni de sociedad gastronómica», pero sí tiene amigos fieles que comparten sus grandes pasiones: los negocios y el frontón. Es un pelotazale empedernido, habitual del Astelena, aunque ahora acude menos. Siempre estaba en primera fila y tampoco le temblaba el pulso a la hora de cruzar apuestas. La buena mesa es otra de sus aficiones y frecuenta los buenos restaurantes sin escatimar en los mejores caldos.
En su entorno también destacan su «gran olfato» para la empresa. Por su experiencia en el sector inmobiliario, Barinaga sabía que la basura era un gran negocio y que había demanda de escombreras. A comienzos de los noventa, dos vertederos funcionaban en su barrio natal de Zaldibar. Un promotor que manejaba uno de ellos comenzó a iniciar los trámites para poder construir un tercero en el barrio. Se le llegó a dar una autorización. Eso causó un gran malestar entre los vecinos, que denunciaban las molestias que les generaba el tráfico de camiones por el barrio.
En mayo de 1998, aprovechando la ausencia de la alcaldesa de Zaldibar, Blanca Onaindia (PNV) y de su teniente de alcalde, Ángel Martín (PSE), de viaje en el Sahara, el Ayuntamiento aprobó una moción de HB, con el apoyo del Grupo Independiente y del portavoz jeltzale, Pedro Bildosola, que rompió la disciplina del partido. Acordaron celebrar un referéndum popular en Eitzaga, Olarreaga y Sallabente. Al faltar los dos líderes municipales, el equipo de gobierno estaba en minoría. La consulta nunca llegó a celebrarse, pese a las presiones de la oposición. Pasaron los años y el plan decayó. Barinaga decidió retomar el proyecto. Creó Verter Recycling en 2002 y empezó a realizar trámites. La escombrera logró cinco años después la primera Autorización Ambiental Integrada, y el Consistorio le otorgó la licencia de apertura en 2011.
El legado
En 2004, Barinaga era el único dueño. Hasta que abrió la escombrera, fue el administrador único. Después, fue cesado y sus sobrinas, Elena y Arrate, pasaron a ser administradoras solidarias. El año de la apertura del negocio solo tenía el 27,83% de los títulos, al igual que cada una de sus familiares. La sociedad Elkarte Berri poseía el 8% y el 5,50% otro directivo. El promotor que intentó edificar el vertedero antes que Barinaga era dueño entonces del otro 3% de las participaciones.
Las sobrinas han tomado las riendas de casi todas las empresas desde hace más de diez años. Barinaga fue bajando el ritmo «muy afectado» por uno de los capítulos más duros de su vida. Su único hijo fue diagnosticado de un cáncer y «él fue dejando de lado el resto de los negocios para centrarse en el vertedero» porque «iba a ser el legado de Iñaki», asegura un portavoz de la firma. El hijo fue tratado en el extranjero, según los vecinos de Eitzaga. «Iñaki mejoró, pero la familia sufrió mucho. Pasaron las de Caín», relatan.
El día del desplome, Barinaga estaba allí. Habló con periodistas sin mencionar que era el jefe. Dijo que Alberto y Joaquín eran «sus amigos». Sololuze trabajó para él durante más de dos décadas. Era su «brazo derecho». Llegó a ser apoderado de Automóviles Kondia. Cuando 'el conde' traspasó el concesionario, los nuevos gestores subrogaron a los empleados y Alberto se marchó a la escombrera con él. «Está destrozado», asegura el portavoz de la firma. Pero a la vez «tranquilo. Porque lo tenía todo en regla», ha contado su entorno en el pueblo. Una de sus sobrinas representó a la firma en la reunión con la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, el día 12, seis días después del desastre. Allí se acordó que el Gobierno vasco iniciara las acciones de rescate y de estabilización de forma subsidiaria.
Verter Recycling 2002 facturó 30 millones de euros en solo 6 años
El vertedero, al que apodaban 'el agujero', comenzó a funcionar en 2011. En los seis años siguientes al de su puesta en marcha facturó 30 millones y logró un beneficio de 7,8. La actividad fue muy rentable desde el principio y el balance mejoraba. 2017, el último ejercicio del que existen cuentas - fueron presentadas el pasado año- fue muy satisfactorio para los gestores, que pasaron de facturar 3 millones durante su primer año completo de actividad a ingresar 7,23. Una media de 20.000 euros por día. La empresa acumulaba 19,3 millones en activos, de los que 9,8 se correspondían con inmovilizado material. Sumaba otros 3,5 en efectivo y 2,6 en deudas pendientes de cobro. El beneficio declarado se disparó hasta los 1,7 millones, cuando la plantilla era solo de seis empleados. Ese año, los inspectores que visitaron las instalaciones no detectaron nada anormal. Y aunque se desconoce el balance de 2018 y 2019, cuando la escombrera registró una actividad frenética, sumando más de 500.000 toneladas de residuos enterrados al año, todo indica que los dueños del vertedero hicieron más caja.
De hecho, los inspectores anotaron el pasado verano 23 incumplimientos, entre ellos el acopio de materiales no autorizados. Estaba ya tan al límite que a este ritmo se iba a colmatar en 2022, cuando se le preveía una vida útil de 35 años, hasta el 2046.
Es «emprendedor» y «muy hábil para los negocios». Ha llegado a ostentar 86 cargos en 34 sociedades
activo
La clave
-
1982 fue cuando creó una de las empresas más importantes de su vida, Automóviles Kondia
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión