-kcG-U2301721785577deH-1200x840@El%20Correo.jpg)
Natalia Fuente
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Natalia Fuente
Cada año en Euskadi se diagnostican unos 750 casos de cáncer de mama. Se trata de un tumor con un grado de incidencia al alza ... en el que los cribados juegan un papel clave en su detección temprana, algo que marca el pronóstico futuro de las pacientes. Cada vez se dan también más casos en pacientes jóvenes y varias comunidades analizan rebajar la edad de las pacientes a las que se invita a esta prueba. Natalia Fuente, oncóloga médica en el hospital de Cruces, ha dedicado casi 25 años al tratamiento de este tumor. La facultativa tomó parte, junto a otros 60 expertos, en una jornada científica organizada en Bilbao por Solti, un grupo académico de investigación clínica en cáncer de mama.
– Corríjame si me equivoco: el tumor de mama es el cáncer que más se diagnostica en mujeres.
–Así es. Es el que más se da en las mujeres, aunque no el que más mortalidad produce. Está empezando a haber también una mayor incidencia del de pulmón, porque las mujeres empezaron a fumar hace tiempo.
– ¿Cuántos tumores de mama se diagnostican al año en Euskadi?
– Entre 700 y 800 casos nuevos al año. A estos hay que sumar las recaídas.
– ¿Está habiendo un aumento de casos en este tipo de tumor en los últimos años?
– No es excesivo, pero sí se da un leve aumento de casos. No se saben con exactitud las causas de este incremento, aunque se cree que probablemente se deba al envejecimiento de la población, al hecho de que ahora las mujeres tenemos hijos más mayores o a nuestros hábitos de vida y nutrición. Pero este aumento también se debe a que las pruebas que se realizan ahora son más completas. Empleamos mamografías digitales, resonancias y todo eso permite detectar tumores más pequeños. Al final este aumento de casos se debe a un cúmulo de cosas.
– ¿Influyen entonces nuestros hábitos en que haya más tumores?
–Está demostrado que llevar una dieta sana, practicar deporte, así como evitar la obesidad desde la infancia, el alcohol y el tabaco son cuestiones claves en la prevención del cáncer.
– ¿Y los cribados? ¿Qué papel tienen en esta mayor detección de casos?
– Es el factor más importante. Las mujeres deberían participar en los cribados, porque la diferencia entre detectar un tumor cuando aún es pequeño a hacerlo más adelante es enorme. Los pequeños, con una leve cirugía sin tocar ni ganglios o solo con una hormona en pastilla, están curados y en el 90% de los casos esas mujeres no van a recaer. Pero cuando hablamos de un tumor más grande, que se detecta más tarde porque esa mujer no ha ido a las mamografías, vamos a necesitar quimioterapia y unas cirugías y tratamientos mucho más agresivos. Por eso diagnosticarlos pequeñitos es algo fundamental. Lo cambia todo.
–¿Qué pronóstico tienen esas pacientes?
– No se puede hablar de un pronóstico general. Depende del tumor, de su subtipo, del tamaño… Varía mucho. Se habla de cáncer de mama pero en realidad son cuatro enfermedades diferentes, cada una con su pronóstico y su tratamiento específico. Los que diagnosticamos con mamografías en el 80 o 90% de los casos se curan.
– ¿Hay alguna edad en la que hay mayor probabilidad de que aparezcan estos tumores?
– La edad de riesgo va de los 35 a los 80 años, aunque sí es cierto que el pico más alto de casos se detectan entre los 45 y los 65 aproximadamente, porque es cuando se produce un cambio hormonal previo a la postmenopausia. Cuanto más mayor se es, en principio, el riesgo de desarrollar un cáncer es más elevado porque se trata de una enfermedad propia de la vejez. Pero también nos encontramos casos en mujeres de 35 o 30 años.
– Los cribados de cáncer de mama en Euskadi son a partir de los 50 años. ¿Cómo les llegan las mujeres de menor edad?
– La mayoría vienen porque se han notado uno nódulo al palparse en la mama o porque el pezón o la piel se les retrae. Por eso se insiste en el tema de la autopalpación cada dos o tres meses y, ante la duda, acudir a Atención Primaria para que les exploren y, si es preciso, les deriven a la ginecóloga y les realicen una mamografía. También nos llega gente de esa franja de edad después de haberse realizado una mamografía en la sanidad privada.
– Hay comunidades, caso de Cataluña o Asturias, cuyos gobiernos estudian rebajar la edad de los cribados. ¿Qué opina al respecto?
– En Osakidetza se está estudiando también bajar la edad hasta los 45 y ampliarla por arriba hasta los 75. Analizan la relación entre el coste y la efectividad de esta medida para decidir si aplicarla. Si me preguntas mi opinión personal, te diré que yo bajaba los cribados a los 45, porque hablamos de mujeres en edad laboral, muchas de ellas con hijos aún pequeños y nos encontramos casos de tumores grandes en esta franja, que hay que tratar con tratamientos bastante tóxicos que merman mucho la calidad de vida de estas mujeres. Son personas jóvenes y creo que es algo que hay que plantearse y sé que le están dando vueltas. A las oncólogas nos llegan algo menos de la mitad de todos los casos de cáncer de mama que se diagnostican. El resto los tratan Ginecología y Radioterapia. De las que vemos, muchas son jóvenes.
– ¿Cómo está la investigación en cáncer de mama en Euskadi?
– Hay, pero es lenta y, para los clínicos que trabajamos viendo pacientes, es también complicada. Lo que intentamos es que haya ensayos clínicos para contar con nuevos fármacos que puedan administrarse a las pacientes, sin que tengan que esperar por ellos dos o tres años. Aunque estos dependen de las farmacéuticas. Tenemos que luchar porque haya más ensayos en hospitales públicos de Euskadi.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.