El Ayuntamiento de Bilbao da luz verde al traslado del Casino a la Plaza Campuzano

El grupo propietario del casino, Luckia Gamin Group, anunció en mayo que quería mudarse a este local y dejar el alquiler del que ocupa en el majestuoso Coliseo Albia de la Alameda Urkijo. En julio finalizó un primer reacondicionamiento del nuevo espacio, donde deberá iniciar la actividad antes de febrero de 2024. Con anterioridad, el Consistorio había denegado al establecimiento la posibilidad de contar con un recinto hostelero por el «incumplimiento del régimen de distancias» regulado por la normativa local, al situarse a menos de «40 metros» de otras tabernas y restaurantes. Pero ahora, el Casino podrá instalar una actividad hostelera complementaria que estará en la planta baja y ocupará 188 metros cuadrados delimitados por un pavimento diferenciado y por maceteros. Tendrá mesas y zona de estar y un aforo total de 92 clientes. Aun así, la empresa solo ha planteado un horno con potencia inferior a 3,5 KW como maquinaria de cocina.

Los residentes exponían, por un lado, que el Casino no respetaba las distancias con centros educativos –está situado a menos de 150 metros en línea recta de un centro escolar, el de FP San Luis– y que esta lonja no era el mejor lugar para abrirlo, al estar «en pleno centro residencial». También que consideraban incompatible el horario del Casino –hasta las 4.30 horas, franja en la que también podrá funcionar el bar– y recordaban que ya sufrían molestias sonoras cuando existía el cine Astoria. «Muchos vecinos no saben lo que se nos viene encima. Una actividad así debería estar en las afueras y no en una zona residencial y menos con ese horario. Estamos en un entorno que se llena de niños. Y lo que va a ocurrir es que habrá más ruido y vandalismo en el centro de madrugada», apuntaron.

El Ayuntamiento ha impuesto medidas correctoras. Prohíbe cualquier otra maquinaria que aquella prevista en la memoria, el uso de equipo musical en la zona de hostelería –solo podrá haber radio, televisión e hilo musical– y la organización de actuaciones en directo y espectáculos, además de imponer un aislamiento acústico que impida sobrepasar los 35 y 25 decibelios en edificios residenciales próximos tanto de noche como de día. Pero alega que los casinos no se encuentran sujetos a las limitaciones de distancias que afectan a los salones de juego, y que la actividad proyectada se ajusta a la normativa autonómica y ha sido autorizada por el Gobierno vasco. Sostiene también que cumple la ordenanza local de hostelería.