Autocaravanas y furgos, el turismo que se pone de moda entre los vascos

Las furgonetas camper también abundan, aunque crecen a menor velocidad en las estadísticas. Hay 30.000, de las que 3.276 pertenecen a vascos, aunque esta cifra no incluye las no homologadas. Los usuarios explican que esta forma de viajar es «libertad» y permite aprovechar mejor el tiempo en una zona en la que es notable la pasión por el surf, la escalada, el senderismo y la naturaleza. Además, cada vez hay más áreas de estacionamiento con diferentes servicios en Euskadi. Más de 50, si tenemos en cuenta las habilitadas en campings. Bakio es la última localidad en estrenar una, y Balmaseda lo hará en breve. También han crecido los negocios de venta y alquiler de estos vehículos y florecen las empresas de camperización.

Caravanas Sondika fue de las pioneras en abrir en el mercado vizcaíno en 1983. Ahora tiene mucha competencia, pero el propietario reconoce que se venden más, tras la crisis que golpeó el sector entre 2008 y 2012. ¿Y qué es mejor, autocaravana o furgo? Pues depende de las necesidades de espacio... Y del presupuesto. Las furgos son la alternativa favorita de las parejas jóvenes y las autocaravanas, de las familias. Pueden encontrarse de segunda mano a partir de los 13.000 euros y de ocasión por el doble, pero las nuevas no bajan de 48.000. Si se quiere una furgo, se puede optar por comprarla camperizada o por encargar que la preparen. Además de cama, nevera, armarios y otras comodidades, algunas pueden incorporar incluso baño y ducha. La compra puede suponer 10.000 euros y los arreglos, hasta 26.000 o más si se incluyen todas las comodidades. «Una vez haces la inversión inicial, ya te gastas muy poco dinero en viajar. Yo, por ejemplo, he ido 26 días a Croacia con mi pareja y nos hemos gastado 1.400 euros, y de viaje de novios recorrimos toda Italia por 1.800», explica Raúl Sánchez, de 38 años y copropietario de la empresa de camperización Northcamp. Siempre recomienda a los jóvenes comprar primero la furgoneta antes que el piso. «Al de un tiempo te recuperas, te metes en la vivienda y luego, aunque te quedes sin dinero, pues tienes la furgo para escapar».

Por sus manos pasaron el año pasado 250. «España es el país de Europa donde más se camperiza», dice. A su juicio, las furgonetas son más manejables y resistentes, además de más fáciles de aparcar. Maider Etxebarria, directora de Turismo del Gobierno vasco hasta hace unos pocos días, tiene una autocaravana desde hace diez años. ¿Lo que más le gusta? «Levantarte en un amanecer super bonito en la playa, o en medio del Gorbea. Además, si en Soria llueve, tiras a Biarritz. Tú manejas». Esta forma de turismo, entre cuyos practicantes se forma una suerte de camaradería, pisa el acelerador.

Gorka Ugartemendia, carpintero, es un amante del surf. Siempre buscó las mejores olas con su furgoneta, con la que se movía con su novia. Ahora, tienen una flamante a la que pusieron techo. Los muebles los hizo él mismo a medida. Sus hijas Amets e Illargi, de 12 y 6 años, «no conocen otra manera de viajar. Siempre lo han hecho así, desde que tienen seis meses». Ahora surfea con ellas. Se mueven en función de las olas, cabalgándolas entre marzo y octubre en diferentes playas. «Tú decides tu destino, el tiempo es muy variable y tienes la libertad de estar donde quieras cuando quieras», apunta Itsaso, que reconoce que «nunca hemos tenido problemas. Si eres amable con el entorno, todo el mundo te respeta». Aun así, «no hemos hecho viajes grandes porque de joven tienes tiempo pero no dinero. Vamos mucho a Galicia, el norte de Francia, Portugal, la costa mediterránea...» Antes de comprar su actual vehículo, tuvieron una autocaravana, pero la vendieron. «Es una maravilla, pero es más difícil aparcarla y más cara de conservar. Para rentabilizarla tienes que estar constantemente fuera».

Ibai Gómez, de 28 años, es de Pamplona. Suele viajar con su novia, Eider Navarro. Tenían una furgo, pero la han cambiado en diciembre por una autocaravana de 18 años «que era un chollo». La compraron por 9.500 euros, un precio de escándalo. «Se nota mucho que tenemos más espacio para las tablas de surf, la perra»... Consideran esta forma de viajar «una forma de vida». «No tienes que planear en el viaje, va todo sobre la marcha», explica Eider. «Además, sólo gastas en gasolina y en el supermercado. Ahorras».

Aritz Ezkerra tiene 29 años y es de Portugalete. Siempre le encantó la naturaleza y, tras pasar por otros oficios, ahora se dedica a la jardinería arborista. La furgoneta que utiliza para disfrutar fue durante mucho tiempo su herramienta de trabajo. De hecho, la compró con la ayuda de una beca. «Al principio, cuando salía de trabajar los viernes, la limpiaba y me iba con ella todo el fin de semana. Ahora, tengo otra para el trabajo». Es una Transporter con la que ha estado en muchos sitios. Está tuneada por él mismo. «Está hecha de reciclaje puro y duro». Tiene una cama y una cocinilla. «Las posibilidades son infinitas. Puedes irte de farra y dormir dentro, marcharte a donde quieras. Te levantas y estás en la naturaleza. Te da libertad y tranquilidad». Los fines de semana, marcha cerca, incluso solo por el placer de despertarse y oler el perfume del mar. Barrika o Islares son alguna de sus «casas» . Sus dos perros se despiertan al aire libre y juegan sin ataduras por la campa con una pelota y con la gente maja. «Aquí ya somos como una familia», relata.

La familia de Basauri que forman Jesús Navarro, Bego, la pequeña Laia y la perrita Zuri lo tiene claro. Están encantados con la autocaravana, pero quieren vender la que tienen para comprar otra más lujosa. Es su forma ideal de aprovechar los días libres y las vacaciones. «En verano nos vamos más lejos. Hemos recorrido toda España, Francia, Portugal... Los fines de semana que la sacamos vamos a 150 o 200 kilómetros: Cantabria, Burgos, La Rioja...» A su juicio, esta forma de viajar es «un lujo. Puedes visitar un montón de sitios. Además, cada vez está todo mejor adaptado para estos vehículos. Si no te gusta un lugar, o va hacer malo, pues cambias». A su juicio, el auge que experimentan es natural. «Primero vas de camping, luego pillas una caravana, después una autocaravana...». Aun así, cree que no es apto para todo el mundo. «Si ni siquiera has ido de camping... Nosotros hemos dormido siete en una tienda de campaña. Aquí la cama está muy preparada. Dormimos divinamente».