El auge de caravanas y 'campers' dispara los choques con los vecinos en la costa vizcaína
Una asociación denuncia el incivismo de estos visitantes en Sopela, un problema que se reproduce en más puntos de Bizkaia
«Las vistas a la playa son maravillosas. ¡Y solo pagamos unos diez euros al día de OTA entre todos!». El parking público de la ... playa de Atxabiribil, en Sopela, se ha convertido en lugar de pernoctación habitual para visitantes que, en su mayoría, vienen a disfrutar de las vistas y las buenas olas que ofrece la costa vizcaína. Es el caso de Chaelmin, un surfista alemán de apenas dieciocho años que pasa las noches en una furgoneta camperizada junto a otros cuatro amigos, quienes se declaran enamorados de la zona y, más aún, de lo barato que les sale esta forma de vida vacacional. «Llevamos aquí ya cinco días, esta es nuestra última noche», cuenta. Mientras descargan las tablas de surf, sus compañeros explican emocionados que este es su primer viaje por carretera, aunque algunos ya conocían Euskadi. Decidieron escoger este aparcamiento y no otro pasar la semana por su buena ubicación y, como admiten, por su módico precio: «No podemos pedir más», afirman. Desde que llegaron, han dedicado sus días a recorrer Bizkaia y coger olas, un viaje redondo.
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A los vecinos de la localidad, sin embargo, no les parece un plan tan atractivo. La estancia de este tipo de visitantes les supone un auténtico dolor de cabeza desde hace varios veranos, pero este agosto se ha llevado la palma. «Desde que acabó la pandemia, cuando empezó la fiebre de las 'campers', es un problema constante. Algunos no respetan el entorno, dejan basura y toallitas húmedas tiradas por los alrededores», relata Cristian Bombín Moreno, portavoz de la plataforma S.o.s_Atxabiribil, que desde hace una semana denuncia en redes sociales los «actos incívicos» que se están produciendo en la playa.
En una de sus primeras publicaciones mostraban cómo varios turistas utilizan una fuente pública cercana al aparcamiento para lavar utensilios de cocina. Su mayor problema, sin embargo, es el uso inadecuado del entorno natural. «Tienen un camping a doscientos metros y dos bares a cincuenta, podrían usar el baño en vez de contaminar la zona», señala. Que se aseen en las duchas de la playa, coman en la calle y ocupen plazas de aparcamiento que restan a otros bañistas son también inconvenientes que enumeran los vecinos de la zona.
Y es que el parking de Atxabiribil no está considerado zona de camping. Por eso no hay toma de agua ni de electricidad, tampoco servicio de duchas y de lavabos. «Estos días nos hemos aseado donde hemos podido... y para hacer nuestras necesidades tiramos de bares y baños públicos», admite Chaelmin, ajeno a la polémica. No es un problema específico de esta localidad costera. En La Galea se cuentan por decenas las autocaravanas, lo mismo que en Bakio y Barrika, que reúnen dos características comúnes: buenas vistas a la playa y un espacio amplio de aparcamiento donde situar las furgonetas, sean 'camperizadas' o autocaravanas en toda regla.
Es una forma vacacional en auge a la que los municipios costeros han intentado dar respuesta dentro de parámetros cívicos. En Sopela, por ejemplo, ya existe un aparcamiento gratuito para caravanas y 'campers' que este año amplió sus plazas dada la demanda de estacionamientos en la zona para el verano. Ubicado al lado del polideportivo de Urko, ofrece los servicios básicos (toma de agua, baños..). ¿El problema? Que solo se puede estar allí durante 48 horas y no ofrece unas vistas tan privilegiadas.
Aparcadas junto a la cuadrilla de chicos, Lea y Lina, también surfistas alemanas, descansan en una cama que han improvisado en el maletero de su furgoneta. Solo llevan una noche, pero ya están encantadas con la ubicación elegida. «Localizamos el parking a través de una página web que lo recomendaba. Como vimos que iba a hacer mal tiempo durante unos días nos pareció una buena opción para quedarnos a descansar», cuenta Lia. No son las únicas que usan portales de internet para encontrar los lugares estrella para pernoctar al mejor precio y sin llevarse una multa por el camino.
Opciones gratuitas
A la hora de decidirse por un sitio u otro, el precio suele inclinar la balanza. En función de la ubicación y de los servicios que se deseen tener, la tarifa por día varía considerablemente. Estacionar en una de las parcelas que oferta cualquiera de los cinco campings que hay en Bizkaia –uno de ellos ubicado en Sopela, a pocos metros del aparcamiento de Atxabiribil– cuesta entre 20 y 40 euros al día. En el segundo puesto en cuanto a comodidades estarían los aparcamientos habilitados específicamente para autocaravanas. En territorio vizcaíno existen 12, que van desde la gratuidad hasta los 17 euros y, a cambio, ofrecen servicios mínimos como electricidad y cambio de aguas.
En el último escalón quedarían los aparcamientos públicos, que dependen de la DGT y la normativa municipal. En Sopela es clara: se puede pernoctar siempre que no se ocupen los estacionamientos de al lado ni se saquen toldos y sillas a la calle. Algo que no siempre se cumple. En los días que llevan, Chaelmin y sus amigos admiten haber sido increpados tanto por vecinos como por la policía por ese motivo. «Teníamos la ropa y algunas cosas entre nuestra furgo y otra, nos mandaron recogerlo, así que lo dejamos dentro. Al principio no les entendimos, no fueron muy amigables», relatan. Desde la plataforma de residentes, sin embargo, califican de «vergüenzosos» los comportamientos que se «consienten» en la playa.
EnLa Galea desde marzo
No muy lejos, en el parking de Punta Galea, en Getxo, dos agentes de la policía que patrullan por la zona varias veces al día explican que, mientras «los vehículos ocupen su sitio y no molesten a los demás, no hay motivo de sanción».
Allí llevan viviendo desde marzo Oscar y Berta, una pareja catalana que llegó con el objetivo de cambiar de aires. «Vinimos a buscar trabajo y, hasta encontrar algo, decidimos quedarnos aquí con la autocaravana», cuentan. Durante los meses que llevan viviendo allí no se han encontrado con tantos visitantes «incívicos». El motivo, razonan, es que, a diferencia de Atxabiribil, el estacionamiento no se encuentra a pie de playa. «Si estuviese cerca ahí ya cambiaría la cosa... habría el doble de furgonetas y de problemas». Al no contar con un aparcamiento exclusivo para caravanas, estas se concentran en distintos parkings públicos de la ciudad. «De momento estacionan aquí y en el aparcamiento del molino de Aixerrota», explican los agentes.
Los vecinos de Sopela, por su parte, han aclarado que no pretenden que la actividad se prohíba, «solo que se regule». Piden al Ayuntamiento unos baños permanentes en la zona y la instalación de puntos de limpieza. «Entendemos que es un turismo que tenemos todo el año, pero hay que pensar en todos».
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