Atrapados en cajeros, porteos en residencias, ascensores rotos y caos de comunicaciones
Los parques de Bomberos de Bizkaia vivieron una de las jornadas «más complicadas» que se recuerdan, con decenas de incidencias
El 28 de abril de 2025, el día del gran apagón o de la «energía cero», se recordará como uno de los más ajetreados en ... los parques de Bomberos, el servicio de emergencias más demandado. Desde las 12.33 horas, cuando cayó el fluido eléctrico en toda la península, hasta las 21.30 horas -hubo zonas de Bizkaia que no recuperaron la luz hasta el anochecer- se contabilizaron un total de 80 intervenciones en los servicios de extinción de la Diputación vizcaína, según informó ayer la propia institución foral. Otras 90 se registraron en el parque municipal de Bilbao. «Fue un día muy movido, sobre todo por el arreón de estar de aquí para allá con avisos continuos, aunque sin ser grandes movidas: atrapados en ascensores, fugas de gas... Llamaron a gente para reforzar el operativo y vinieron muchos compañeros», cuenta en primera persona uno de los bomberos que acudieron a trabajar sin que les tocara.
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170 incidencias
cubrieron los parques de Bomberos de la Diputación vizcaína y de Bilbao, entre las 12.30 horas y las 21.00 horas.
«Ha sido uno de los días con más incidencias de los últimos años», confirmaba otro miembro de un servicio de extinción vizcaíno. Y eso que algunas no llegaron a reflejarse por escrito porque los equipos iban de un sitio a otro sin tiempo para nada y no daban abasto. Ninguna se puede calificar de grave y se resolvieron sin mayores problemas.
El 80% de los partes se debieron a elevadores bloqueados en edificios de viviendas y el resto a asistencias a personas con movilidad reducida o en silla de ruedas, algunas eléctricas, «porque no podían salir o volver a casa» al faltar el elevador. Esta labor se realiza «entre cuatro bomberos o dos si no hay silla». Familiares de dependientes conectados a máquinas de oxígeno o enfermos de EPOC que no podían contactar con ellos, llamaron preocupados al teléfono de emergencias para solicitar ayuda.
Asistencia en residencias
Los bomberos forales acudieron a tres residencias de la tercera edad en Zalla, Barrika y Markina para trasladar a una veintena de ancianos a sus habitaciones ya que los ascensores estaban inhabilitados. También atendieron incidencias relacionadas con generadores y sufrieron los atascos para acceder a algunas poblaciones, aunque el uso de las sirenas les facilitó el paso.
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Varias personas se quedaron encerradas en cajeros automáticos de sucursales bancarias al caerse el fluido eléctrico. «No podían salir y nos llamaban para que les sacáramos». En estos casos, al igual que ocurre con los ascensores, el «procedimiento habitual» marca que «si no hay riesgo y la persona está tranquila, se espera a que llegue el técnico de la compañía». El lunes, sin embargo, estos operarios de ascensores estaban tan saturados de avisos que no podían llegar a todos, por lo que los Bomberos optaron por actuar cuanto antes para poder así atender al siguiente ciudadano con problemas. Comprobaban dónde había quedado detenido y se aseguraban de que no se pudiera caer accidentalmente. Contactaban verbalmente con el afectado. «Si está alterado, abrimos la puerta. Si ha quedado en la entreplanta, hay que parar el fluido eléctrico y con los sistemas de emergencia, moverlo manualmente hasta la planta más cercana para extraerles», explica un bombero. La intervención inminente, en ocasiones con apalancamiento de puertas, provocó que muchos ascensores quedaran inutilizados, por lo que ayer los técnicos de mantenimiento tuvieron trabajo extra y los vecinos debieron subir y bajar de sus casas por las escaleras.
Por fortuna, los sistemas de emergencias y las emisoras funcionaron, aunque no la telefonía móvil y fija, como le ocurrió al resto de la población, lo que complicó la gestión de las llamadas en un primer momento. «Al principio fallaban las comunicaciones telefónicas y eso generó una gran incertidumbre». El 112 recibió el doble de llamadas que un día normal, unas 2.000 en toda Euskadi, hasta pasadas las diez de la noche. Otros parques quedaron incomunicados al carecer de sistemas alternativos al teléfono móvil y las emisoras tradicionales, y la Policía y Protección Civil tuvieron que ir a buscarles para transmitirles los avisos de viva voz.
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