Susto en las piscinas de El Fango: «Atendimos en el bar a 8 niños por calor y ataques de ansiedad»
Usuarios y trabajadores de El Fango se confiesan sobrecogidos por el incidente del domingo cuando un menor tuvo que ser reanimado
Usuarios y trabajadores de las piscinas de El Fango tenían todavía ayer el susto metido en el cuerpo. La tarde del domingo un niño que ... estaba con unos amigos en el recinto tuvo que ser reanimado. Se vivieron momentos de mucha tensión, tanto durante los primeros minutos mientras una bañista le realizaba la RCP, como después con la llegada de los sanitarios de la ambulancia que intentaban salvarle la vida. Según aseguraron fuentes oficiales de Bilbao Kirolak, el pequeño «perdió el conocimiento fuera del agua». Varios testigos, por su parte, dieron otra versión de lo sucedido. Afirmaron que el chico se encontraba flotando en el agua y que fue un bañista el que se percató y lo sacó de la piscina, un relato que coincide con el trasladado por varias fuentes policiales. El menor, de once años de edad, fue trasladado al hospital de Cruces en estado muy grave.
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Los minutos durante los que se prolongó la maniobra de RCP se hicieron eternos para las personas que se encontraban en el lugar. La piscina estaba en aquel momento abarrotada de personas, muchas de ellas niños, en una jornada tórrida en la que se superaron los 35 grados. Todos los presentes se quedaron sobrecogidos por lo que estaba sucediendo. A esto se sumaba la alta temperatura que hacía en el momento del incidente. Una combinación que provocó problemas de salud en varias de las personas presentes en el lugar.
«Fue una locura. Espero no vivir otro día así», comentaba el responsable del bar que da servicio a estas piscinas y a todo el polideportivo de Rekalde. Al desvanecimiento del niño trasladado al hospital le siguieron varios episodios de personas que sufrieron indisposiciones. «Metimos dentro del bar a 7 u 8 niños con problemas por el calor o ataques de ansiedad para que estuviesen más frescos que en la calle. Les dimos agua y Coca-Cola para que no les diese un golpe de calor. A tres de ellos les bajamos al gimnasio, porque está aún más fresco», contaba aún sobrecogido por lo ocurrido. Una de las pequeñas a las que asistieron, añadieron desde el establecimiento, «era la hermana del crío al que le estaban reanimando».
Otros dos menores del mismo grupo también tuvieron que ser trasladados a Cruces por sufrir «mareos y golpes de calor», según confirmaron ayer fuentes de Bilbao Kirolak, la sociedad municipal que gestiona las instalaciones del polideportivo de Rekalde, un complejo deportivo del que forman parte las piscinas de El Fango.
Ruido fuerte
Lo sucedido en la tarde del domingo en ese mismo lugar era un tema recurrente en las conversaciones entre los bañistas que ayer acudieron este espacio de recreo. «Oí un ruido fuerte y cuando miré hacia el lugar del que venía vi un niño caído en el suelo y varias personas que llamaban a gritos a los socorristas para pedirles ayuda», recordaba una mujer habitual de esta área de refresco. Según relataba, fue una bañista la que estuvo realizándole la RCP al pequeño durante varios minutos hasta que llegó la UVI móvil.
El afectado formaba parte de un grupo de menores asiáticos. «Acababan de llegar hace poco y se habían metido al agua. Los monitores se encontraban con los más pequeños en la zona infantil de la piscina, mientras que los más mayores estaban jugando en la grande cuando sucedió todo», relataba. La Ertzaintza recibió el aviso de que había un menor en parada cardiorrespiratoria en las instalaciones sobre las 16.30, según indicaron fuentes del Departamento de Seguridad.
Otro de los presentes aseguraba que cuando se activó el protocolo para desalojar las instalaciones mientras se atendía al niño se vivieron momentos de cierto caos. «Aunque no fue generalizado hubo personas que no querían marcharse y otros que exigían que se les devolviese el dinero. La verdad es que no entiendo que se comportasen así con lo que había pasado», afirmaba.
Las instalaciones volvieron a abrir poco antes de las 20 horas del domingo. Ayer, un día después del incidente, estaban de nuevo repletas de niños y adultos disfrutando de un día de sol en unas de las piscinas exteriores más frecuentada de Bilbao. Lo hacían bajo la atenta mirada de los socorristas, que no paraban de caminar junto a los bordes de los vasos vigilando a los bañistas.
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