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Precio de la suscripción 4,95€/mesEl campo de fútbol municipal de Bazteita fue inaugurado en noviembre de 2006 y ampliado en 2009 tras unas obras de mejora. En total, el Ayuntamiento de Alonsotegi invirtió 3,2 millones de euros en su puesta en funcionamiento, casi 1,5 millones más de lo previsto inicialmente. Apenas una década después, el estadio adolece de numerosas deficiencias y defectos constructivos. Así lo asegura ahora una auditoria externa realizada por una empresa independiente contratada por el propio Consistorio. Los responsables locales dieron luz verde a la redacción de este informe fiscalizador en la primavera de 2016, después de que se abrieran dos investigaciones judiciales por malversación y prevaricación relacionadas con el recinto deportivo.
El resultado del dictamen técnico que acaba de ser entregado al Ayuntamiento resulta demoledor: el campo no cumple con la normativa contraincendios, tampoco la de accesibilidad ni la de medio ambiente, ya que vierte sus aguas residuales «de forma incontrolada» a un afluente del río Cadagua. Todas estas normas estaban vigentes en el momento en que se llevó a cabo la edificación. El estudio continúa con una larga lista de defectos de obra: pasillos demasiado estrechos, ausencia de juntas de dilatación, mala calidad de los materiales, desconchones, ladrillos rotos, el césped que se encharca periodicamente por la incorrecta actuación sobre el terreno o la rotura masiva de azulejos.
Los autores del informe, ingenieros de la firma Eptisa, han concluido que subsanar todas las deficiencias detectadas costará 1,04 millones de euros. Los expertos tienen claro que «el campo sufre importantes defectos constructivos cuya existencia se ha constatado dentro de los periodos de garantía legalmente previstos». No obstante, los auditores creen que será difícil que la empresa constructora se haga cargo de la subsanación de los fallos y aventuran que el resultado de un hipotético pleito judicial «dependerá fundamentalmente de la actividad probatoria» dados «los plazos transcurridos».
Eptisa apunta directamente a la dirección de los trabajos y al equipo de arquitectura como responsables de la situación actual. «La naturaleza de gran parte de los defectos permite concluir que su origen parte de un deficiente proyecto, así como de la dirección de obra». Y añade que «existen indicios racionales para pensar que, además, el director de obra pudiera tener responsabilidades que exceden el ámbito civil/administrativo, ante la emisión de un informe carente de veracidad y con importantes incompatibilidades en su emisión». Se trataría de uno de los arquitectos que ha sido procesado en el marco del caso 'Alonsotegi Eraikiz'. El juez cree que pudo incurrir en varios delitos. La denuncia presentada por EH Bildu le acusa de haber realizados falsas certificaciones de obra y de haber emitido dictámenes urbanísticos a favor de proyectos que estaban siendo ejecutados por empresas de las que formaba parte.
La realización de una auditoría sobre el estadio de Bazteita fue propuesta por la coalición abertzale. El actual alcalde, Joseba Urbieta (PNV), apoyó la moción. Fue la primera vez que el regidor votó a favor de fiscalizar la labor de sus antecesores (todos ellos también del PNV). Con anterioridad, un grupo ciudadano había pedido, sin éxito, una auditoría «a fondo» de toda la gestión municipal entre 1999 y 2015.