El Ararteko alerta de la falta de «seguridad y dignidad» de los menores acogidos por la Diputación
Manuel Lezertua muestra su preocupación por los problemas de convivencia provocados por adolescentes conflictivos
Iñigo Fernández De Lucio | Ainhoa De Las Heras
Martes, 4 de abril 2023, 14:13
El Ararteko ha pedido a la Diputación de Bizkaia que garantice las «condiciones de seguridad y dignidad» de los menores extranjeros que se encuentran en ... los distintos programas de acogida con los que cuenta el Ejecutivo foral. Para ello, considera que debe evitarse la «sobreocupación sostenida en el tiempo» de los centros de primera acogida. También lamenta la ausencia en el territorio de un recurso «que desarrolle un programa especializado para adolescentes con problemas de conducta», ya que éstos acaban provocando problemas de convivencia en las instalaciones en las que coinciden con los menores que sí quieren integrarse.
Ante esta situación, Manuel Lezertua recomienda articular un sistema de recursos residenciales «suficientes en número y dotado de una organización eficaz» para hacer frente al 'overbooking' en los centros de acogida. Y pide desarrollar programas específicos para los adolescentes conflictivos, para lo que es necesario «más personal educativo» y «medidas específicas con las que no cuenta el resto de los programas».
Son las dos recomendaciones «fundamentales» emitidas en una resolución del Defensor del Pueblo, con motivo de la reapertura del centro de menores de Amorebieta, que ha sido reformado después de que fuera incendiado tras la quema de unos colchones. El centro cuenta ahora «con un modelo de primera acogida distinto al precedente y con una nueva entidad gestora», según recoge el Ararteko. La Diputación ostenta la competencia de la acogida de estos chavales, mientras que la gestión de los centros recae en empresas privadas.
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La Defensoría puso en marcha el procedimiento después de recibir una reclamación ciudadana en la que se le informaba de la «precariedad» de las condiciones en las que se hallaban los menores del centro de El Vivero, en Galdakao. En varias visitas al recurso a lo largo de 2022, Lezertua constató la sobreocupación del centro. En diciembre del año pasado se produjo un incendio. El incidente se saldó con la detención de dos menores.
Teniendo en cuenta los problemas de convivencia que se han dado en el pasado, Lezertua lamenta la «ausencia» de un recurso que desarrolle un programa especializado para adolescentes conflictivos. Como consecuencia, se dan situaciones de «agresiones y amenazas que dificultan seriamente las posibilidades de una intervención educativa integral y adaptada a las necesidades de cada persona menor de edad». Estas necesidades, señala Lezertua, exigen «un entorno seguro, entendido por tal no sólo aquel dotado de seguridad material y en los espacios, sino también de seguridad psíquica y emocional».
No es una reivindicación nueva. La fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, pidió en una intervención en el Parlamento vasco la apertura de centros «específicos» de internamiento para menas en Bizkaia y Álava tras constatar un aumento de las fugas y de las quejas por parte de las familias de los menores, de los trabajadores de los centros y de las fuerzas de seguridad. En Euskadi sólo existe uno, el de Zumarraga, en Gipuzkoa.
Instalaciones
La Diputación dispone hoy en día de los centros residenciales de Loiu y El Vivero, que tras el cierre del de Carranza y Amorebieta -por obras después de un incendio- se había convertido en servicio de primera acogida; esto es, donde se recibe a los chicos recién llegados a Bizkaia. Supone un primer filtro para después derivarles a los servicios más adecuados a su perfil. Además, también cuenta con otros dos en la zona del Duranguesado. Desde hace años se ha apostado por contar con acogimientos de pocas plazas en lugar de con macrocentros.
En El Vivero se concentran ahora los jóvenes más conflictivos, que se mezclan con otros chicos completamente integrados. Este es uno de los grandes problemas sobre los que advierte el Ararteko. Por ejemplo, jóvenes de 16 años con antecedentes convivían con otros de 10. Bizkaia es uno de los territorios de su entorno que registra más llegadas de menores inmigrantes no acompañados, a los que está obligada a acoger. La Diputación cifraba el pasado mes de junio en 230 el número de menores inmigrantes no acompañados a los que atiende, muy por debajo de las cifras de antes de la pandemia.
El centro de Amorebieta lleva, por su parte, casi un año en reforma, precisamente a raíz del último incendio en sus instalaciones, y su reapertura está prevista en breve. Este complejo volverá a asumir la primera acogida de los menores recién llegados, de forma que el resto serán considerados de segunda estancia.
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