Anulan el castigo a un ertzaina expedientado por la fuga de un preso con muletas en Basurto
El presidiario simuló una cojera y aprovechó un descuido de los dos agentes que le trasladaban al hospital para escapar corriendo
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV)ha anulado la sanción disciplinaria que el Departamento de Seguridad impuso a un ertzaina al que ... culpó de la fuga temporal de un preso que trasladaba. El presidiario se escapó a su llegada al hospital de Basurto donde iba a recibir asistencia médica por unos dolores en las piernas que le hacían, en apariencia, «caminar con muletas». Los jueces han dictaminado que «no hubo falta de diligencia por parte del agente».
Los hechos tuvieron lugar el 15 de agosto de 2021. El interno que protagonizó la evasión llevaba «varios días» quejándose de los tobillos en el penal de Basauri. Por este motivo, la dirección del centro le pidió a dos ertzainas que le trasladaran a Basurto. Los dos agentes esposaron al individuo por delante y le montaron en la parte trasera del vehículo policial y pusieron rumbo a Bilbao.
A su llegada al hospital, los funcionarios procedieron a parar en la zona de Urgencias, junto a la puerta de entrada, donde estacionan las ambulancias. En el centro médico existe, a unos metros de allí, un espacio delimitado exclusivamente para los vehículos policiales, «pero como había sitio en Urgencias y está más cerca del acceso, decidieron aparcar allí».
Lo que sucedió después puede calificarse de surrealista. La pareja pidió la presencia de dos vigilantes de seguridad de Basurto. Un celador trajo una silla de ruedas, donde se sentó el preso. A continuación, uno de los agentes se desplazó a la zona delantera del coche a retirar las llaves del coche patrulla. Le avisó a su compañero de que no perdiera de vista al convicto. Pero el otro ertzaina se dirigió a la guantera para coger la documentación. Ese fue el momento elegido por el preso para levantarse de la silla de ruedas y echar a correr.
Ni los vigilantes ni uno de los agentes que salieron detrás de él pudieron darle caza. El otro policía intentó detenerle con el coche, pero tampoco pudo atraparle. El preso, se supone que aún esposado, salió de Basurto y fue localizado unos diez minutos después por otra patrulla en el Parque de Doña Casilda.
«Diligentes y necesarias»
El ertzaina que fue a por las llaves fue expedientado pero no sancionado, al entender sus superiores que advirtió del riesgo que había. El otro agente, sin embargo, fue castigado con 10 días sin empleo ni sueldo y una mancha en su hoja de servicio por una «falta de rendimiento no justificada», según se apuntó entonces. Esta persona recurrió inmediatamente a la Justicia: alegó indefensión y que lo sucedido no fue una negligencia ni una dejación de sus funciones que mereciera tal reprobación.
Casi cuatro años después, el proceso judicial acaba de concluir. La sentencia firme del TSJPV dictamina que los dos motivos que llevaron a los agentes a perder de vista al delincuente (quitar las llaves del contacto y coger la documentación)fueron «diligentes y necesarias» y que «fue la mera circunstancia de que se hubieran simultaneado la que ocasionó la fuga del preso». Por este motivo anula la sanción.
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