Cincuenta y dos ochomiles a los pies de la Cruz. De izquierda a derecha, Juanito Oiarzabal (26), Javier Baraiazarra, Juanjo San Sebastián (4), Ferran Latorre (15), Sebas Álvaro, Eneko Pou y José Carlos Tamayo (7). blanca castillo

La cruz del Gorbea: 120 años como faro del montañismo

Los grandes alpinistas vizcaínos y alaveses rinden tributo a la Cruz del Gorbea, escenario de sus primeros pasos montañeros

fernando j. pérez

Domingo, 14 de noviembre 2021, 00:53

Todavía faltarían unos pocos años para asistir a las ascensiones deportivas al Gorbea, pero la instalación de su Cruz en 1901 se puede considerar como el origen del montañismo, alavés y vizcaíno sin ninguna duda, pero incluso vasco. Su imponente crucerío ha sido testigo mudo del paso de miles y miles de montañeros y escenario de las primeras andanzas de algunos que, años después, han escalado los picos más altos o las paredes más difíciles del planeta. Estas son sus reflexiones y recuerdos más personales sobre el Gorbea, mucho más que la montaña más alta de Álava y Bizkaia.

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Juanito Oiarzabal

«Qué voy a decir de un monte que hasta tiene una ruta con mi nombre»

«Mis primeros recuerdos del Gorbeia en mi niñez se remontan a unas colonias en Gopegi, en las que dábamos paseos en los que subíamos hasta las cuevas de Mairuelegorreta o el refugio de Pagazuri. Gorbea ha significado siempre mucho para mí, un lugar donde me he sentido siempre muy identificado, una montaña tan cercana a Vitoria y un lugar ideal para entrenar.

Los recuerdos son innumerables, con amigos, con la familia... Allí he lanzado al viento las cenizas de muchos de ellos. Tengo un vínculo muy especial con ella. Y aunque ya no voy tanto como antes, porque durante muchos años he subido a la Cruz una media de tres veces a la semana, el Gorbea sigue siendo mi montaña preferida. Siempre ha sido un referente. Ha sido y es una muga, pero también un nexo de unión a lo largo de la historia entre alaveses y vizcaínos.

Le he dado la vuelta a pie y en bici y la he subido en todas las épocas del año y por todas la rutas imaginables. Qué te voy a decir de un monte que hasta tiene una ruta con mi nombre. Es algo de lo que me siento especialmente orgulloso. Sube por las gradas de Igiñiger, la descubrimos hace muchos años y es muy poco frecuentada por su dificultad técnica».

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Alex Txikon

«Un monte único, mágico y emblemático»

«Mi relación con el Gorbea es muy intensa. No puede ser de otra forma de alguien nacido en Lemoa, que solo con mirar para arriba prácticamente vemos la Cruz. Es un lugar único, mágico y emblemático y que está en lo más profundo del corazón de cualquier montañero vizcaíno.

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Recuerdos tengo muchísimos, pero lo que más destacaría es que cada vez que lo subes es como si fuera la primera vez. A mí al menos me pasa. Para vizcaínos y alaveses es lo que el Txindoki o Aizkorri para los guipuzcoanos, un gran símbolo. Y un sitio en el que me siento especialmente bien. Es 'mi casa' montañera».

Invernal de unos jóvenes Iker y Eneko Pou con Atxo Apellaniz (izq). col. pos

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Iker y Eneko Pou

«En ella hemos preparado nuestras expediciones»

«Es la montaña en la que más hemos entrenado. En ella hemos preparado nuestras expediciones a la Patagonia, al Karakorum, al Himalaya... Es la más grande cerca de casa y a la que más cariño la tenemos. La hemos subido andando, corriendo, en bici, en esquís y tiene multitud de rutas.

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Y de recuerdos de juventud el más vivo que tengo es que siendo un chaval, con una nevada impresionante, de cuando caía medio metro en Vitoria, nos aventuramos a subir y llegamos hasta el refugio de Pagazuri, pero de ahí ya no pudimos pasar. Y es que el Gorbeia más que un monte es un macizo y cuando pega, pega muy fuerte. Y con niebla es hasta peligroso».

Juanjo San Sebastián

«El Gorbea era el Everest de mi casa»

«La Cruz del Gorbeia fue el resultado de un llamamiento a 'colonizar' las montañas. Yo personalmente no soy un hombre de cruces ni de fe, pero la historia hay que conservarla, nos guste o no. Y en ese sentido desde luego la Cruz forma parte de su historia de vizcaínos y alaveses y es tan del Gorbeia como los hayedos de sus laderas o como las rocas del Aldamin o cualquier otro paisaje natural de esta montaña.

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Para mí el Gorbeia era el Everest de mi casa. La cima más alta que teníamos en nuestro entorno. Nunca olvidaré el día anterior a subirla por primera vez, cuando yo tendría diez u once años. No pude dormir ni un minuto la noche anterior de la emoción que sentía porque iba a pisar por primera vez su cima. Ninguna noche de Reyes he tenido tanta ilusión que me impidiese dormir como ese día.

Y es que el Gorbea forma parte de mi infancia. De los mejores recuerdos que tengo de niño porque solía subir con mis padres y mis tíos de Miravalles todos los septiembre una semana al refugio cuando estaban Basilio y Enrique. Recuerdo perfectamente que lo abastecían con un burro y un mulo».

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Juan Vallejo

«Ha sido siempre nuestra primera gran montaña»

«Para toda la gente de Álava es muy emblemática porque ha sido siempre nuestra primera gran montaña. Después de subir el Zaldiaran y el resto de cumbres alrededor de Vitoria, ir al Gorbea era subir al siguiente nivel. Un gran paso. Y siempre era duro. Es una montaña a la que le tengo cariño, a la que he subido un montón de veces de todas las maneras posibles y rutas imaginables. Y en ese sentido da mucho juego porque tiene muchísimas rutas y zonas. Nunca es la misma montaña. Sería la montaña perfecta si además tuviese una ruta por la que subir escalando, pero todo no se puede tener. Para los alaveses es muy muy especial y aunque tampoco es la más bonita, es la más alta de nuestro entorno y la que está ahí, siempre a mano para subirla».

Juanra Madariaga cerca de la Cruz con Arraba y Lekanda detrás. j. madariaga

Juanra Madariaga

«Es el emblema de la 'alta montaña' de Bizkaia»

«El monte Gorbea es el emblema de la montaña vizcaína. Fue mi primera montaña en torno a los 1.500 metros y creo que siempre ha sido la 'gran montaña' de Bizkaia, aunque haya otras con un porte mas vertical como el Anboto y su cresterío. Pero el Gorbea era una mole impresionante que se veía desde cualquier sitio. Entonces la subíamos desde Zeanuri y era una ascensión a una montaña enorme. Tardabas muchas horas y muchas ampollas y la sensación siempre era la de haber hecho un logro enorme en aquellos primeros pasos montañeros. Para mí siempre ha sido el emblema de la alta montaña en Bizkaia.

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Los recuerdos personales son muchos: nocturnas llegando al amanecer, solo corriendo... Y últimamente he hecho algunas bonitas con esquís, por la cara norte del Aldamin... Otra que me ha gustado mucho ha sido por Dolau y subiendo con esquís las gradas de Igiñiger. Y por supuesto recuerdos juveniles de cuando afrontábamos esa subida como un gran logro personal, con esa sensación de que estábamos enfrentándonos a la gran montaña de Bizkaia y la satisfacción de unos chavales llenos de sueños al llegar a la Cruz.»

Jonatan García

«Tenía como tradición subir el día de mi cumpleaños»

«La Cruz del Gorbea simboliza el encuentro para los montañeros alaveses y vizcaínos. Un punto de una belleza y un entorno espectacular. Un lugar que por su accesibilidad es una montaña muy 'democrática', donde te encuentras gente de toda condición montañera y edad. ¡Sobre todo jubilados entre semana!.

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Personalmente, es el símbolo de un buen día de entrenamiento antes o después del trabajo. Tenía por tradición subir el día de mi cumpleaños. Visitaba muy a menudo este lugar ya que para mí era un buen lugar de entrenamiento y podía ir tanto en solitario como con mis amigos y mis perros. Siempre me gustaba subir más en invierno que en verano. Era un lugar que, para no tener una gran altitud, cuando azotaba el temporal parecía una montaña de otras latitudes y mucho más alta».

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