Hasta un año de espera para reformar fachadas de edificios residenciales en Bizkaia
La alta demanda satura al sector, en el que faltan profesionales, y a los ayuntamientos, que se retrasan al otorgar las licencias
La reforma de la fachada de un edificio se ha convertido en misión casi imposible en Bizkaia. Las comunidades de propietarios que quieren rehabilitar el ... exterior de sus inmuebles afrontan esperas de hasta más de doce meses para ejecutar los proyectos, que en algunos casos permanecen parados al agotarse hace un año los fondos europeos que financiaban buena parte de estos trabajos. El sector está desbordado por la elevada demanda, la escasez de trabajadores especializados y los plazos cada vez más largos de los ayuntamientos para conceder las licencias.
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Pero, para entender bien esta situación, primero tenemos que saber de dónde viene. El primer dato reseñable es que el parque inmobiliario vizcaíno es uno de los más antiguos de Europa, con una edad media de 49,5 años. De las 558.703 viviendas familiares contabilizadas en el territorio, casi la mitad tienen más de 50 años, frente al 32,1% de la media nacional. En ningún otro territorio hay un porcentaje tan alto de casas levantadas antes de 1970. Eso supone que, como mínimo, necesitan un lavado de cara.
En la actualidad, 45.148 inmuebles vizcaínos de más de medio siglo están obligados a pasar la Inspección Técnica de Edificios. De ellos, en 24.682 ya han estado profesionales realizando la revisión. Entre las obras a las que deben someterse por edad, y con la llegada hace dos años de los fondos Next Generation de la Unión Europea, con los que se están subvencionando reformas vinculadas a la eficiencia energética en 15.600 hogares vascos, multitud de comunidades se lanzaron a contratar proyectos de rehabilitación. Con esos mimbres, llegamos a la situación actual. «Ahora se están haciendo reformas de fachadas contratadas hace dos o tres años», señala José Luis López, responsable de la firma Geonor y miembro de la junta directiva de Anerr (asociación nacional de empresas de rehabilitación y reforma).
José Luis López | Asoc. empresas rehabilitación
«Ahora se están haciendo reformas de fachadas contratadas hace dos años, pero se han caído muchas obras por la paralización de los Fondos Next»
Pablo Abascal | Administradores de fincas
«No hay personal cualificado suficiente y las empresas serias están dando plazos mínimos de entre 8 y 12 meses»
Gorka Aburto | Codenor Rehabilitación
«Los ayuntamientos están ralentizando mucho las obras porque les falta personal para otorgar las licencias»
Se desconcha al pintar
«Las empresas serias, las que tienen buenas referencias, te ponen plazos mínimos de espera de entre 8 y 12 meses», añade Pablo Abascal. El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Bizkaia subraya que eso se debe, en parte, a la antigüedad. «Cuando van, por ejemplo, a pintar una fachada, en el testeo previo, en un 15 o un 20% de los casos se caen trozos», explica. Eso obliga a hacer una reforma integral. Otro factor es que «no hay materiales» para todo y «los precios se mantienen poco tiempo porque varían mucho». Y el tercero es que «no hay personal cualificado suficiente».
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En ese sentido, Gorka Aburto, de la empresa Codenor, matiza que los problemas se dan, sobre todo, para encontrar «mandos intermedios», como «jefes de obra». «Nosotros tenemos más de 20 técnicos, ingenieros, aparejadores... pero tendríamos más capacidad si tuviéramos más aparejadores», asegura.
Pero hay más. «Los ayuntamientos están ralentizando mucho las obras porque les falta personal para otorgar las licencias», señala. De hecho, en algunos casos, «derivan el proyecto a Protección Civil para que estudien si autorizan o no la obra por el tema de prevención de incendios, y después de cuatro o cinco meses, vuelve el expediente al ayuntamiento para ver si cumple con la normativa urbanística». Por eso, expone, «lo habitual es que, desde que una comunidad pide presupuesto hasta que montamos el andamio, tardemos dos años».
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Los desalojos hipotecarios, en su mayoría derivados de la crisis de 2008, se han reducido de 231 a 55 en la última década
Desde la Oficina Rehabilita abierta por los administradores de fincas vizcaínos, asegura Abascal, «estamos ayudando al funcionariado municipal porque tienen una patata caliente y, si un barrio entero quiere rehabilitar, porque todavía hay ayudas para barrios, en municipios pequeños es difícil que los técnicos puedan resolver en sus jornadas tramitaciones tan complejas».
Sin embargo, el sector no está ni mucho menos en un gran momento. «Hay comunidades que se agarran a ayudas del Gobierno vasco, de hasta 50.000 euros, para la reforma en fachadas por mejora energética, pero se han caído muchas obras contratadas por la paralización de los fondos Next», sostiene José Luis López. Y es que los 130 millones de euros de la UE con los que contaba el Ejecutivo autonómico se comprometieron en apenas un año, lo que dejó fuera a decenas de portales que ya habían contratado el proyecto pero no llegaron a tiempo a las ayudas.
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Gorka Aburto, por su parte, destaca la «gran incertidumbre económica» en la que están inmersas las empresas. «Nosotros, a día de hoy, tenemos 20 millones de obra contratada y no sabemos si se terminarán haciendo si no hay más ayudas», detalla. Y lamenta que las comunidades «tenían unas expectativas que no se han cumplido» y las empresas «nos hemos preparado, comprando maquinaria, contratando más cuadrillas, para un futuro que no llega».
«Hay que tener cuidado porque están entrando empresas sin capacidad»
La elevada demanda de comunidades que quieren rehabilitar las fachadas ha revolucionado el sector. Pero, al calor de la actividad, se están sumando nuevos agentes, empresas más pequeñas que «no tienen capacidad» para asumir este tipo de proyectos e incluso algunas «no cualificadas» que han surgido en los últimos meses y que están dejando algunos edificios «con los trabajos a medias».
Pablo Abascal, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Bizkaia, aconseja por eso que es «mejor esperar» pese a los plazos que ofrecen «las empresas serias, las que tienen buenas referencias». En primer lugar, porque no habrá «sorpresas» y cumplirán con «el precio que han comprometido». Aunque también porque «harán el trabajo». «Nos da miedo la cantidad de obras que pueden hacer empresas no cualificadas, que te cogen el 10% del presupuesto, empiezan cuando quieren, contratan a cualquiera porque no hay personal...», asegura. De hecho, conoce casos de comunidades que pasan meses «pagando el alquiler del andamio, la tasa por ocupación de acera... y que la empresa coge el dinero y se marcha».
Gorka Aburto, de Codenor, reconoce que es cierto que «al calor de los fondos europeos hay movimiento». Y, por eso, firmas que «hasta ahora hacían otro tipo de trabajos, como interiorismo, o cocinas, han visto un filón en el tema de fachadas y han querido empezar».
En su opinión, los problemas se dan cuando «no tienen la capacidad, los contactos y la envergadura» para ejecutar proyectos de ese tipo, porque «te plantas en 300.000 euros de presupuesto de forma muy rápida y algunos están acostumbrados a trabajos de 50.000». En cualquier caso, en el sector «hay sitio para todos» los que trabajan bien.
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