Angustia en el ascensor del metro en Santutxu: 14 personas encerradas casi una hora a oscuras
La avería se produjo este viernes por la tarde, provocando un ataque de ansiedad a dos ancianas
Con mucha angustia, tensión, sin apenas poder moverse, sudando y a oscuras. Así permanecieron encerradas en el ascensor del metro de Santutxu este viernes durante casi hora una, 45 minutos, 14 personas, debido a una avería. El incidente se produjo sobre las 19.05 horas, cuando el elevador, que iba repleto, se disponía a bajar hacia los andenes. «De repente descendimos, íbamos como dando botes, escuchamos un golpe, se paró y se fue la luz», ha relatado a este periódico Iker Castro, uno de los usuarios del suburbano bilbaíno que se vieron sorprendidos por este percance.
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Él había tomado el ascensor para acudir a Indautxu a entrenar. También había otros tres chicos que tenían aproximadamente su edad, 22 años, dos parejas «de unos veinte o treinta años», varias madres que iban de camino a buscar a sus hijos, y dos ancianas, que fueron las que peor vivieron la situación. «Iban con mascarilla y empezaron pronto a tener problemas para respirar».
Nada más ver que no se recuperaba la luz y que no se movían, dieron aviso pulsando el boton de alarma, «pero tardó unos quince minutos en respondernos una operadora». Esto, unido a que la temperatura era cada vez mayor en el interior, lo que empezaba a provocarles sudores, hizo que se vivieran momentos de mucha tensión. «Al principio nos dijeron que no eran capaces de saber a qué altura estábamos, y que habían avisado a un técnico. Dentro no sabíamos bien cómo lidiar con la situación y según pasaba el tiempo hubo gente que empezó a entrar en pánico», relata.
Y es que según explica, las dos ancianas sufrieron ataques de ansiedad y él mismo tuvo que ofrecerles agua de la botella que llevaba en su mochila para tratar de calmarles. «Nunca me había pasado algo así, pero igual al ser más alto tenía aire más fresco, pero lo que hice fue intentar motivar al resto un poco, diciéndoles que podíamos escuchar el ruido del metro o de la gente, y que pronto nos sacarían», declara Iker, quien utilizó su teléfono móvil a modo de linterna para dar luz y tratar de rebajar la tensión.
«En 'shock'»
Una agonía que se mantuvo hasta las 19.50, casi una hora después de haber tomado el ascensor. «Se dieron cuenta de que estábamos más abajo que arriba, pero a una altura que no era posible salir, y nos sacaron poco a poco con una máquina, de manera manual. Íbamos dando tumbos, como si fuéramos bajando escalones». Iker había tratado previamente de abrir la puerta con sus manos, a la fuerza, pero un tope que había saltado al quedarse sin luz la había bloqueado.
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Una vez abajo, junto al técnico, lograron ya poder abrir la puerta y salir. «Una de las ancianas tuvo que sentarse en el suelo. Estaba en 'shock'». Un incidente que había pasado inadvertido para el resto de los usuarios del metro ya que una vez que quedó vacío el elevador, muchas personas intentaron entrar, pero se les indicó que había sufrido una avería y que debía de ser reparado. Un ascensor que, al margen de este incidente, tal y como apuntan varios de los usuarios habituales, ya ha sufrido «numerosas averías en los últimos años».
Desde Metro Bilbao han confirmado a este periódico que su personal trató de solucionarlo, «y al no tener éxito se contactó con el técnico del ascensor, que resolvió la incidencia a las 19.46 horas». También han asegurado que durante el tiempo que las personas permanecieron atrapados esperando la ayuda estuvieron «en contacto por el interfono con los clientes informándoles en todo momento de la situación».
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