Alquilar un piso a 10 kilómetros de Bilbao es 140 euros al mes más barato que en la ciudad
Barakaldo, Basauri o Erandio son algunos de los municipios a los que los vecinos de la villa se van en busca de rentas menos caras
Los expertos en sociología llaman a lo que está ocurriendo en Bilbao «suburbanización de la pobreza». Se refieren a la concentración de familias con pocos ... recursos en las periferias debido a «procesos de expulsión» de los centros urbanos por el alto precio de la vivienda. Dicho de forma simple, vecinos que se tienen que marchar de su localidad por no poder comprarse un piso ni pagar las elevadas rentas que exigen los caseros. En la capital vizcaína, el precio de la vivienda ha crecido mucho más rápido que los salarios, lo que ha aflorado situaciones de mayor pobreza y desplazamientos casi obligados. El alquiler se ha encarecido un 30% desde 2016 hasta alcanzar los 912 euros y la venta, un 5,1% en solo un año. El metro cuadrado ya supera los 3.000 euros. «Ante estas subidas, quien se queda en las capitales son las familias con recursos económicos, los que cuentan con una renta de alquiler antigua o quienes viven en propiedad. El resto se busca otras opciones», argumenta Iraide Fernández, socióloga experta en urbanismo.
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El colectivo «diana» de los desplazamientos son los «jóvenes, inmigrantes y familias monoparentales», perfiles socioeconómicos que solo pueden optar al régimen de corta duración para vivir de forma independiente y que se ven abocados a migrar a municipios colindantes en busca de alquileres más baratos. Los datos que maneja el Gobierno vasco revelan que a solo 10 kilómetros a la redonda de Bilbao los inquilinos que alquilaron un piso en 2024 pagaron de media 140 euros menos que en la ciudad. Hablamos de municipios que limitan con la capital vizcaína, como es el caso de Barakaldo, Erandio, Arrigorriaga o Basauri, entre otros núcleos urbanos.
Aunque las motivaciones pueden ser variadas, la estadística de bajas del padrón municipal refleja cuáles son los principales municipios a los que se han mudado los bilbaínos. Y sí, la mayoría son localidades del área metropolitana de la ciudad, bien conectadas con la red de transporte público y donde los arrendamientos son menos costosos. En 2022 –último año disponible en la base de datos del Ayuntamiento– 6.400 vecinos de Bilbao se marcharon de la ciudad a otra localidad vizcaína. Las cifras son previas a la crisis de oferta y el estallido de precios que atraviesa el territorio, lo que hace pensar que la tendencia se ha mantenido o incluso agravado. De hecho, Ana Acasuso, vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Bizkaia y propietaria de una inmobiliaria en Bilbao, mantiene que aunque los precios de la periferia también están subiendo, «sí que nos piden pisos fuera de la ciudad, en municipios bien conectados con el metro». «La crisis de vivienda está afectando sobre todo a las familias con economías más bajas. En Bilbao casi no hay domicilios por debajo de 800 euros y el precio de las habitaciones también está por las nubes. Piden hasta 500 euros por un dormitorio», mantiene.
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La estadística municipal revela que la mayoría de los que se marcharon de la ciudad en 2022 lo hicieron a Barakaldo (1.181), donde los pisos son 141 euros más baratos. Otros 428 se mudaron a Basauri, a apenas 7 kilómetros de distancia y con una renta mensual 182 menor. Por otro lado, Erandio fue lugar de destino de 288 bilbaínos. Los alquileres cuestan 160 euros menos. El gráfico que ilustra estas líneas también señala Getxo como el segundo destino favorito de los bilbaínos (567 vecinos se fueron allí), aunque por razones son muy distintas al alquiler, que se sitúa como el más caro de Bizkaia con un precio medio de 1.022 euros.
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La concejala de Vivienda en el Ayuntamiento de Bilbao declara que «pese a tener alquileres altos, tenemos una ventaja frente al resto y es que somos la ciudad española con más viviendas municipales por habitante». La localidad dispone de 4.226 arrendamientos públicos gestionados por el Consistorio, a los que este año se sumarán otros 200 recursos.
En cualquier caso, una oferta insuficiente para atender a los 30.000 demandantes de vivienda pública que saturan las listas de Etxebide en la ciudad. Ante esta situación, la edil socialista confía en que «las políticas de vivienda que el Gobierno vasco y el Consistorio están ejecutando ayudarán a que la gente pueda quedarse a vivir en la ciudad, que es lo que queremos». El Departamento de Vivienda tiene planificadas 1.090 VPO en tres años.
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Más movilidad y desarraigo
Ahora bien, hasta que la oferta no logre equilibrar la desbordante demanda, algo que no parece que vaya a suceder a corto plazo, el futuro de muchas familias con pocos recursos pasará por residir fuera de la ciudad. ¿Y qué efectos tendrá esto?Pues no pocos. Iraide Fernández afirma que esta migración 'forzada' tendrá consecuencias a «nivel de sistema». La primera a la que hace referencia la doctora en sociología por la UPV/EHU es al aumento de la movilidad y su efecto en el medio ambiente. Bilbao concentra una buena parte de los puestos de trabajos y de ahí que mudarse a otra ciudad genere de forma inevitable «una mayor dependencia hacia el transporte». «El metro está cada vez más lleno y quien puede usar el coche, lo hace», añade. En su opinión, la tendencia es que el número de viajeros «vaya a más» y por eso defiende la necesidad «reforzar las frecuencias de metro y autobús». «Que la gente se tenga que ir de su ciudad implica dedicar más tiempo de vida para acudir al trabajo», alude.
Además de la movilidad, la salida obligada de las grandes ciudades tiene otros efectos colaterales como la fragmentación de las redes familiares, el aumento de la desigualdad, el sentimiento de «desarraigo hacia el barrio de la infancia» o el envejecimiento progresivo de la población. Bilbao no está siendo capaz de contener el envejecimiento de su gente. Mientras que en 2004, el 21% de los bilbaínos tenía 65 años o más, dos décadas después el porcentaje ha crecido hasta el 25,10%.
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Arkatiz Fullaondo, sociólogo e investigador del Observatorio vasco de Inmigración, lamenta que el alquiler se haya convertido en un «factor de empobrecimiento de la sociedad», mientras que hace unos años era la salida hacía la independencia. Y apunta que, por lo general, quienes se marchan son precisamente aquellos que quieren formar familia. «Las parejas que desean tener hijos son las que piensan en otro tipo de vivienda y ven que por los precios que se piden en Bilbao, fuera de la ciudad pueden encontrar viviendas mejores», apunta.
Un único alquiler por menos de 800 euros para larga estancia
De los 580 alquileres publicados el pasado viernes en el principal portal inmobiliario, 11 se ofertaban por 800 euros o menos y solo uno estaba dirigido al alquiler de larga estancia. El resto eran pisos temporales, de menos de doce meses y que suelen ser ocupados por estudiantes. La vicepresidenta de los agentes inmobiliarios en Bizkaia lamenta que los propietarios «sigan diciendo que no quieren arrendar sus pisos a las familias». «Las unidades convivenciales con menos ingresos no sé dónde acaban», se sincera Acasuso. Los precios parecen no tocar techo y los expertos argumentan que «es en los barrios con rentas familiares bajas donde más se están disparando los precios», lo que empobrece más si cabe a los vecinos de estas zonas. «Hay más demanda en zonas limítrofes de personas que no pueden acceder a la compra», dice.
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