Ver fotos
Un mes sin Alberto y Joaquín
Repasamos algunos hitos en los 29 días que han transcurrido desde el colapso del vertedero
Hoy se cumple un mes del derrumbe del vertedero de la empresa Verter Recycling en Zaldibar. El vaso de esta gigantesca escombrera se rompió el ... 6 de febrero, y miles de toneladas de tierra y desechos se precipitaron ladera abajo. Comenzó así un desastre medioambiental cuya peor parte fue, y sigue siendo, la humana: dos de los trabajadores de la instalación, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, fueron sepultados por el alud. Sus cuerpos no han sido encontrados todavía. Repasamos algunos hitos de estos 29 días de incertidumbre.
El incidente
Al principio pareció la caída de un talud sobre la autopista. Los testigos hablaron de «un gran estruendo» sobre la AP-8, en Zaldibar y a la altura de la antigua salida a Ermua, y describieron una masa de tierra que cayó sobre los cuatro carriles y llegó a alcanzar la variante adyacente. A pesar del tráfico, siempre denso en esta vía, ningún conductor fue alcanzado. Pronto se supo que lo que se había venido abajo era gran parte de un vertedero que almacenaba miles de toneladas de «residuos no peligrosos».
Mientras los servicios de emergencia iniciaban las labores de desescombro, se comprobó que faltaban trabajadores del vertedero. Los servicios de emergencia llegaron a manejar la cifra de siete desaparecidos, pero pronto se confirmó que eran dos, Alberto Sololuze, de 62 años y vecino de Markina; y Joaquín Beltrán, de 51 años, residente en Zalla. Bomberos y Ertzaintza iniciaron su búsqueda con ayuda de perros.
El amianto detiene la búsqueda
Las primeras labores de rescate y desescombro se coordinaron la misma noche del día 6 desde Interbiak, en Iurreta, con la participación de los departamentos de Medio Ambiente y Seguridad, además de la propia Diputación y Osalan, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales. Los objetivos eran dos: encontrar a los desaparecidos y despejar la autopista.
Pero un técnico de Osalan dio la voz de alerta: «Todo el mundo fuera de aquí. Esto está lleno de amianto». Para entonces unos 60 ertzainas y bomberos llevaban más de cuatro horas rastreando los residuos caídos sin mascarillas ni trajes especiales.
Los trabajos se detuvieron hasta la tarde del viernes día 7, cuando se reanudaron con el apoyo de una empresa (IGR) especializada en la manipulación de amianto. La aparición de este componente del fibrocemento disparó todas las alarmas.
«El aire huele mal»
El domingo día 9, los familiares de Alberto y Joaquín visitaron el vertedero. Entonces ya se había dibujado el escenario que ha sido el fondo de la situación hasta hoy: la inestabilidad del terreno frenaba la búsqueda e impedía la entrada masiva de maquinaria y personal. Además, se controlaba la presencia de contaminantes en el aire y en el agua del entorno, y se trabajaba para apagar un incendio prendido en la cima del vertedero.
Al día siguiente, el lehendakari comparece para anunciar la convocatoria de elecciones y, tras ser preguntado, asegura que se trabajaba con la prioridad de rescatar a Alberto y Joaquín. Esa misma jornada se convocaron manifestaciones vecinales en Zaldibar, Eibar y Ermua, localidades en las que la inquietud se había disparado a pesar de los mensajes tranquilizadores de las autoridades. Los residentes se quejaban de que «el aire huele mal» y tenían dudas sobre la potabilidad del agua, que en ningún momento ha sido afectada.
Urkullu admitió «errores», mientras insistía en quela prioridad era encontrar a los desaparecidos
Dioxinas y furanos
La tranquilidad se volatilizó el viernes 14 cuando se supo que unas muestras del aire del entorno del vertedero remitidas a un laboratorio del CSIC para su análisis habían revelado la presencia de dioxinas y furanos, producidos por el incendio que no se logró apagar hasta el día 19. La noticia inquietó a los vecinos, a los que hasta entonces se les había asegurado que la calidad del aire era buena.
Así lo indicaban las estaciones de medición móviles instaladas en el entorno del vertedero, pero no se había advertido a los residentes de que faltaban analíticas por realizar y resultados por conocer. Ambos contaminantes desaparecieron cuando por fin se logró apagar el fuego.
«Una situación inédita»
Con las elecciones convocadas para el 5 de abril, el lehendakari protagonizó el 18 de febrero una comparecencia maratoniana ante la Diputación Permanente del Parlamento vasco en la que defendió la gestión de la crisis del vertedero, al tiempo que admitió y lamentó los «errores» cometidos ante «una situación inédita». «Cabe afirmar que los mecanismos de control no han sido suficientes», añadió, al tiempo que insistía en la prioridad de encontrar a Sololuze y Beltrán.
Desde entonces este objetivo ha sido subrayado en todas las reuniones del comité técnico que coordina el rescate, que ha dividido la búsqueda en cuatro grandes zonas. Prosiguen las labores de estabilización del terreno, sobre el que ya se trabaja de noche con iluminación artificial, y se ha aprobado la construcción de dos depósitos para acoger los residuos que se van desescombrando.
Mientras tanto, los ayuntamientos de Zaldibar, Ermua y Eibar han decidido personarse, junto con la Diputación de Bizkaia, en la causa abierta por el desplome del vertedero. Ayer se supo que Ekologistak Martxan se querellará contra la empresa propietaria, en cuya gestión se habían detectado varias irregularidades. Las movilizaciones vecinales prosiguen, con una manifestación convocada por la plataforma Zaldibar Argitu para el próximo miércoles en Zaldibar, Eibar, Ermua, Elgeta y Mallabia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión