Los aficionados ingleses, ante los precios: «¿En Bilbao es seguro dormir en la calle?»
En sus foros se combinan los planes de viaje más disparatados y las crisis de impotencia ante los precios: «Esto debería ser ilegal»
Las finales de los torneos internacionales de fútbol son fenómenos que distorsionan el mundo y lo someten a convulsiones y metamorfosis insólitas. Ya es de ... por sí muy raro tener a 80.000 ingleses en Bilbao, y eso bastaría por si solo para que la capital vizcaína no parezca la ciudad que todos conocemos, pero es que además el partido ha tenido un efecto inflacionario en los precios de viajes y hoteles que produce asombro aquí y allá. Eso sí, se trata de un asombro distinto, por esa paradoja de que los de dentro lo miramos como desde fuera. En cambio, en los foros de hinchas británicos, los planes de viaje más disparatados –que buscan desesperadamente moderar el desembolso– se combinan con hondas crisis de desánimo ante esos costes prohibitivos.
«Exorbitantes» es el adjetivo que ha utilizado 'The Independent', que a los forofos les aplica otro también muy significativo: «Furiosos». Chris Rumfitt, miembro de la junta de la asociación de seguidores del Manchester United, se ha convertido en la voz de ese colectivo indignado: «Aunque les encantaría ir, muchos simplemente no van a poder. Esto excluye a algunos aficionados y hace que solo puedan permitírselo los más afortunados. Una vez más, se están aprovechando de la lealtad y la pasión de los seguidores del fútbol a la hora de seguir a su equipo», ha reprochado. El populista 'The Sun' ha avisado de que «quedarse en Bilbao esa noche va a costar un brazo y una pierna», que es la versión inglesa del riñón o el ojo de la cara, mientras que el 'Daily Mail' alerta de que habrá que aligerarse de «una cantidad astronómica de dinero». Los medios hacen sus búsquedas –en Booking, por ejemplo– y comparten ese pasmo que provocan precios de 3.200 o 5.500 euros por una habitación de hotel, 8.050 por un apartamento o 9.500 por un caserío, y después repiten la consulta para una semana después y se escandalizan con la diferencia. Efectivamente, el Bilbao del 21 de mayo no es exactamente Bilbao.
En los foros de la red, los aficionados ingleses comparten dudas, temores y enojos. Ya el viaje en sí mismo se ha convertido para muchos en un desafío: las maneras más 'lógicas' de trasladarse a Bilbao ya no son viables. «Probablemente volaré a Oporto para después ir en tren hasta A Coruña y después a Bilbao en la línea de Feve», llega a plantearse un visionario sobrado de tiempo y paciencia. Hay carambolas sorprendentes que, para saltar de Inglaterra a Bilbao, hacen conexión aérea en Venecia, Marrakech, Roma o Ibiza, y cada vez se detecta a más aficionados dispuestos a emprender el viaje en coche: unas 16 horas desde Londres y 19 desde Mánchester. «Yo voy a ir conduciendo y así puedo dormir en el coche», afirma uno. «Yo también conduciré. Haré noche en Burdeos», proyecta otro.
Celebrar o ahogar las penas
Ahí enlazamos ya con la cuestión de los alojamientos. «Los precios no son de este mundo. ¿Quién puede pagar 1.500 euros por una noche de hotel?», cuestiona un aficionado. Muchos van a hospedarse en Santander, Vitoria o San Sebastián, pero tampoco faltan los que harán noche en Barcelona o Madrid y alquilarán allí un coche para desplazarse a primera hora de la mañana del miércoles. Por supuesto, hay muchos aficionados que han desistido porque no pueden permitirse el gasto («mi cuenta bancaria no está de acuerdo») y cunden las críticas por la situación, con comentarios como «esto debería ser ilegal» o «es ridículo que hagan la final en una ciudad a la que resulta tan difícil llegar».
Y surge con fuerza la sencilla opción de no alojarse en ningún sitio:los más lanzados indagan si en Bilbao es seguro dormir en la calle y algún inglés residente en Bilbao les confirma que sí, que bastante. «Yo voy sin hotel. Me quedaré por ahí y luego voy directo al aeropuerto», afirma uno. «Es mejor pasar la noche en vela y dormir en el viaje de vuelta», comentan. «Voy a hacerme fuerte en algún bar, celebrando el resultado o ahogando las penas, hasta la hora del vuelo», explica un amante de la hostelería. Aunque el Bilbao que van a conocer no sea el de todos los días, quizá su experiencia les sirva al menos para aprender una bonita palabra en euskera: gaupasa.
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