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Noche extrañamente tranquila en Bilbao tras la celebración de la final de la Europa League en San Mamés. Los ingredientes parecían propicios para que la ... situación se desmadrara: mucha cerveza y el éxtasis de conseguir un título europeo. Eso y que los protagonistas eran ingleses. Pero no, la madrugada en la villa transcurrió sin mayores sobresaltos que los habituales de una noche de fiesta en Pozas. Según ha informado el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, la madrugada se ha saldado «sin incidentes reseñables».
Las razones de esta «sorpresa» nocturna pueden ser varias: los hinchas ingleses estaban muy cansados tras estar todo el día de fiesta. Ya se vio en la salida de San Mamés que la euforia de los seguidores londinenses no iba mucho más allá de unos cánticos mientras atravesaban Pozas decidiendo en qué local iban a pedir la primera pinta. Les siguieron muchas más, eso sí, cerveza no les faltó en ningún momento. Pero la gasolina les duró poco más de dos horas.
Bien es cierto que la lluvia, algo tan habitual en Londres, tampoco ayudó a incentivar las ganas de fiesta y en ese momento muchos se decantaron por aquello de 'una retirada a tiempo es una victoria'. El reloj marcaba las 01.40 horas en la villa cuando una manta de agua actuó como un 'manguerazo' que consiguió vaciar Pozas casi al completo.
Aún quedaban los tres 'cuarteles generales' del Tottenham en la zona: el Covent Garden, el Muskitza y el Bakun. Estos tres bares fueron los que más gente congregaron hasta que bajaron la persiana pasadas las dos de la mañana. Uno de los grupos que se retiraba cuando aún llovía aprovechaba para cantar la mítica canción 'singing in the rain' (cantando bajo la lluvia) mientras atravesaban a toda prisa la alameda Gregorio de Revilla.
Los 12 grados que marcaba el termómetro en Bilbao a las 03.00 horas no parecía impresionar a algunos grupos del Tottenham que aún seguían en manga corta. Iban y venían casi sin un rumbo fijo. Las estampas habituales, no por ello menos incívicas, no faltaron: cualquier sitio parecía bueno para hacer pis tras ingerir litros de cerveza.
Y conforme se iban vaciando las calles, llegaba el turno, como cada gran cita en la ciudad, de los otros 'galácticos' de la Europa League. Los operarios de la limpieza de la villa se hacían cargo de la situación para dejar las calles impolutas para la vuelta a la rutina en Bilbao.
La madrugada del miércoles fue el punto final a una larga jornada del dispositivo de seguridad histórico desplegado con éxito por la gran final. Se movilizaron 2.500 efectivos entre Ertzaintza, Guardia Urbana y seguridad privada y hubo apenas ocho detenidos, la mayoría ingleses. El objetivo principal era garantizar la seguridad general en la capital vizcaína y evitar graves peleas entre aficiones. Y se consiguió más allá de algún episodio puntual, algo con lo que contaban las fuerzas de seguridad dada las decenas de miles de ingleses y litros de alcohol corriendo por Bilbao.
Se produjeron por diferentes motivos; desde peleas entre aficionados de ambos equipos, como las que se produjeron en la calle Egaña y en Doctor Areilza, con algún lanzamiento de botellas incluido; y por robos con violencia a hinchas británicos. Además se registró la quema de varios contenedores en Licenciado Poza durante el partido y a su conclusión, aunque no está claro si la autoría era de autóctonos o seguidores ingleses.
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