
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
A las once de la mañana, un varón de unos 50 años se fuma un puro junto a la bolsa de taxis del aeropuerto de ... Bilbao. «Me he alejado un poco para no atufar a la gente», se excusa en un inglés con marcado acento del sur. Porque Barry Rice, así se llama, es de Southampton. «No, no soy hincha del Tottenham. Tampoco del Manchester United. Amo al equipo de mi ciudad y para mí Matt Le Tissier es Dios. Escríbelo así en tu artículo, por favor», comenta emocionado, en alusión al centrocampista que recibió por parte del Athletic en San Mamés el premio One Club Man en 2015 por su fidelidad a la escuadra del sur de Inglaterra. «He venido a Bilbao a trabajar. Soy miembro de la seguridad de los invitados de un importante patrocinador. He estado en varias finales y me está llamando mucho la atención el dispositivo que tienen aquí montado. No está nada mal. Parece bien organizado», valora.
Lo cierto es que Loiu está irreconocible. Se ha preparado a conciencia para ser la principal puerta de entrada a Bizkaia de los miles de aficionados británicos (se calcula que vendrán entre 50.000 y 80.000). La locura por esta final ha llevado a que este martes se gestionaran 195 vuelos (récord del año) y este miércoles se esperan 282 (récord histórico para un solo día).
Nada más entrar con el coche, el conductor percibe que algo gordo está sucediendo. Hay mucha policía y, sobre todo, una docena de autobuses que mantienen prácticamente obstruido el vial que da acceso a la zona de Llegadas. Como Barry Rice, sus conductores esperan a los aficionados ingleses y también a miembros de la UEFA. «¡Vamos! Circule, por favor, no se detenga», pide un ertzaina, que no duda en hacer sonar su silbato si algún turismo hace el amago de parar.
Lo segundo que llama la atención es que hay un continuo trasiego de taxis. Llegan libres (algunos a gran velocidad por el Txorierri) y se van cargados. El fluir es incesante. «Estamos trabajando bien», comenta uno de ellos. En principio no se forman demasiadas colas, solo en momentos puntuales cuando llegan varios vuelos a la vez. En pocos minutos, el trasiego continuo de profesionales aplaca las esperas y despeja la parada.
Lo mismo sucede en la parada de Bizkaibus. Los ingleses se aproximan a borbotones. Hay momentos en los que la demora es mínima (los autobuses salen cada siete minutos y medio), mientras que en otros instantes tienen que aguardar algo más. Algunos amenizan el tiempo cantando. Los hinchas del United y Tottenham se entremezclan, generalmente en armonía. Todavía no se ve demasiada camiseta ni bufanda. «El traje de hooligan lo dejan para más tarde, solo quieren llegar a Bilbao cuanto antes para relajarse y beberse unas cervezas», comenta un trabajador del aeropuerto.
Ya dentro de la terminal diseñada por Santiago Calatrava hay una gran diferencia entre el área de Llegadas y el de Salidas, donde se puede disfrutar aún de un tranquilo café. En el primer espacio, por el contrario, se respira un ambiente bullicioso. Los aficionados se entremezclan con los viajeros habituales. Y una red de agentes que sostienen unas llamativas paletas con el nombre de los mayoristas tratan de pescar a los más despistados para pastorearlos hasta sus respectivos autobuses. Algunos ni siquiera se alojarán en Bilbao. «Les llevamos a Santander directos. Mañana les traeremos a la final», explican desde la compañía Autocares Jon Ander.
La sensación, al final del día, es que Loiu ha superado con una nota más que aceptable la primera oleada de aficionados ingleses. Este miércoles será la prueba de fuego definitiva, con 282 operaciones. Para el director del aeropuerto, Iván Grande, el operativo de estos días está siendo «un gran reto que llevamos preparando desde noviembre, con muchas horas de trabajo por detrás».
Eso sí, el parking principal del aeropuerto está muy cerca del colapso. Es mediodía y quedan solo 56 plazas libres. Y eso que prácticamente todos los ingleses se mueven en autobús. Una situación tan apurada no se daba probablemente desde 2018 cuando se desbordaron en la semana de Pascua. Desde entonces se han abierto otros dos aparcamientos: el de bajo coste y uno para empleados , lo que había aflojado la presión sobre el principal
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.