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Nelson David Moreno Bolaños, acusado de cinco muertes de hombres en Bilbao, se enfrentó ayer por primera vez a un jurado popular, integrado por siete ... varones y dos mujeres, en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia vizcaína. Se trata de la primera acusación por delito de homicidio consumado. Hasta ahora había sido juzgado y condenado por el intento de asesinato de un hombre al que había conocido en una aplicación de contactos para homosexuales (10 años de prisión), y también por delitos económicos a otra de las víctimas, que también falleció, a la que extrajo dinero de sus cuentas y realizó compras con su tarjeta (2 años y tres meses de reclusión).
Vestido con jersey blanco y chaleco negro, con 'piercing' y tatuajes, el joven colombiano se cubrió el rostro con una mano ante los fotógrafos y cámaras de prensa al comienzo de la sesión. En su turno de palabra, tanto las partes como el propio magistrado le tuvieron que pedir que se ciñera a contestar a las preguntas, dada su verborrea. Aunque no de forma explícita, negó que matara a Josu, una de las víctimas que se le atribuyen y por la que está siendo juzgado, pero reconoció que sacó dinero, compró un perfume con su tarjeta y vendió su ordenador en días posteriores. «Recibí bizum y transferencias de su cuenta, pero no los hice yo. Es lo único que reconozco», dijo. Precisamente, en los delitos económicos se concentra la mayor parte de las pruebas en su contra. Alega que actuaba como «tarjetero» de una supuesta banda, que la Ertzaintza nunca llegó a localizar. «Lo había hecho ya unas cuatro o cinco veces antes», reconoce. No entró en el domicilio de la víctima, según él, sino que lo hicieron otros dos miembros del grupo, a los que nombró como «Maracucho y Anthony».
Según Moreno Bolaños, aquel 17 de octubre de 2021, se ganaba la vida como repartidor de Glovo y haciendo reformas en domicilios. Llevaba poco tiempo en Bilbao y había solicitado asilo. Realizó cursos de carretillero, trabajó en un supermercado y tuvo varias parejas, hombres y mujeres, ya que se declara «bisexual». La víctima, Josu, de 42 años, era profesor de música, homosexual y utilizaba chats para ligar.
«Fumando porros»
A primera hora de la tarde del día de autos, el joven colombiano dice que esperó en las escaleras de Calzadas de Mallona, en el Casco Viejo bilbaíno, a que sus dos supuestos cómplices salieran de la vivienda de la víctima, ubicada enfrente, «fumando porros y bebiendo cervezas». Tardaron «unas dos horas», pese a lo que, según afirma, no les preguntó qué habían estado haciendo en el interior. «Sólo me interesaba el dinero y drogarme en aquella época», se justificó. Estos individuos, a los que no había mencionado hasta ahora en el caso, nunca llegaron a ser identificados por la Policía. Según su relato, los compinches le indicaron el pin y el límite de la tarjeta para que él sacara dinero en cajeros, que luego se repartían. El magistrado-presidente del jurado le cuestionó para qué necesitaba la banda su intervención entonces y cuánto dinero le pagaban.
Una de las pruebas que, según la fiscal, deja en evidencia la estrategia de defensa de Nelson David Moreno Bolaños en este caso es «la llamada que realizó al BBVA para cambiar la clave desde el teléfono de la víctima». El informe pericial elaborado por la Ertzaintza mediante el cotejo con las declaraciones del acusado en sede judicial en otras causas, «confirma que la voz es suya al 100%». La representante del Ministerio fiscal reconoció que no existen evidencias directas, sino «indiciarias», pero advirtió al jurado de que se puede condenar con ellas, «como ocurre todos los días en los juzgados». «De lo contrario, muchos delitos quedarían impunes». De hecho, como recordó el abogado de la defensa, el Ministerio Público llegó a pedir el archivo a la jueza de instrucción hasta que la Audiencia vizcaína, tras el recurso de Gehitu, ordenó al juzgado seguir investigando por los «poderosos indicios» en contra del acusado. La asociacion LGTBI, además de por asesinato, acusa a Nelson David de robo, en lugar de hurto como la fiscal, al entender que usó la violencia para llevarse el ordenador. También aprecia un delito de usurpación de identidad al hacerse pasar por Josu en la comunicación con el banco, y reclama que se incluya un agravante de odio por discriminación por razón de orientacion sexual. Según el letrado de Gehitu, el acusado «elegía a sus víctimas por su condición de homosexuales» y les hacía creer que iban a mantener relaciones con él para que así le permitieran entrar en su casa y asegurarse de no ser descubierto.
Nelson David incurrió en algunas contradicciones al negar primero que usara una aplicación de citas entre gais y admitir después que entraba en un perfil grupal de la banda llamado Carlos, o al asegurar que 'Maracucho' había reseteado el portátil y luego que él se lo había llevado a casa.
La fiscal y las acusaciones particular y popular, que piden contra él 16 y 30 años de prisión, respectivamente, le acusan de sendos delitos de homicidio y asesinato mediante estrangulación por la técnica del mataleón, casualmente el mismo método que, según describen los dos supervivientes, utilizó con ellos.
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