Borrar

Noruega con Manhattan

Pinceladas de Bilbao ·

La ría ejerce de frontera entre el pasado marinero y la promesa de un futuro resplandeciente

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 23 de junio 2019, 00:37

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Es sabido que el afamado pirata de Espronceda conseguía tener Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul. Pobre tipo. Era un aficionado. El mérito en términos de geolocalización está, como se ve, en tener Noruega a mano izquierda, Manhattan (en construcción) a mano derecha y allá a su frente Zorroza. Las olas no son en este caso de plata y azul porque hace buen tiempo y la ría tiene un día sosegado. Instalada temporalmente en lo paradisíaco, no encuentra necesario inundar a nadie. Por ahora. Todo invita en Olabeaga a la contemplación.

Cualquier ciudad lo suficientemente urbana es también una escuela de impasibilidad. El urbanita es ese individuo poco impresionable que hace de lo asombroso burocracia. «Qué tranquilo todo», te dices mirando el panorama desde el muelle de Olabeaga. Y no ignoras que el lugar en el que estás fue un barrio marinero que vivió durante siglos el ir y venir de grandes barcos, un lugar en el que hubo tormentas y naufragios, en el que se mezcló a lo grande el salitre con el sudor, se descargaron sin descanso valiosas mercancías y se vivieron noches agitadas. Cuando las tripulaciones se desperdigaban por las tabernas de Olabeaga, a veces hablaban los acordeones y a veces los puñales. Con frecuencia sucedían ambas cosas a la vez. Que en las zambras hubiese involucrados marineros altos y rubios le otorgó a la zona un prestigio nórdico que aún perdura.

Ahora en ese rincón de la ría no hay grandes barcos, el orden público es primoroso y el tumulto tiene que ver, como mucho, con las grúas y los camiones del otro lado de la ría. Frente a Olabeaga se reinventa Zorrozaurre, que ya no es una península industrial y avanza hacia un futuro de isla moderna, tecnológica, residencial, del conocimiento. Habrá en ella universidades y empresas avanzadas. En el imaginario se ha instalado la posibilidad de una pequeña Manhattan, lo que digo yo que transformará el Nervión en el Hudson y a Olabeaga, no sé, en Long Island. Pero sin dejar de ser Noruega. Cinco mil kilómetros de distancia resumidos como si nada. Que entre los estudiantes que acudan a Zorrozaurre en busca de conocimiento contemporáneo y entre los trabajadores de las industrias tecnológicas se quiera que haya también jóvenes altos y rubios es algo desde luego conveniente. Por lo de la diversidad. Y por ver si se puede perfeccionar el refranero estableciendo que el noruego tira a la ría como la cabra, por su parte, tira al monte.

La autora escogió el muelle de Olabeaga por «la profundidad» de la vista y por la atmósfera de un lugar a punto de cambiar. Mireya López

Marene Lasagabaster

Natural de Arrigorriaga y docente de profesión, ha ejercido cargos de responsable de comunicación y vicepresidenta de la agrupación. Ha participado en exposiciones a nivel nacional y en países como India, México o Italia. Su obra ha sido premiada en certámenes locales e internacionales, entre estos últimos el del Salón Internacional de la Acuarela de Aiguillon, en Francia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios