«La accesibilidad es un problema de toda la sociedad antes o después»

- A menudo pasamos por alto diferencias en el día a día de las personas y desterrarlas es un desafío.

- El objetivo de las asociaciones que integran FEKOOR es el mismo: la inclusión y la participación social de todos. Desde el trabajo común se abordan diferentes aspectos que van encaminados en esa dirección. Nuestro modelo de ayuda se basa en tres claves: el empoderamiento de las personas para que sean conscientes de sus derechos y sus capacidades; el entorno, es decir accesibilidad universal y la igualdad de oportunidades, fundamental para avanzar hacia la inclusión para que todos puedan acceder a los sevicios y a los recursos; y por último, los apoyos, tanto jurídicos como médicos o ya a nivel social. En los últimos años han cambiado. Hoy en día están enfocados a la vida independiente, que cada uno pueda elegir cómo vivir su vida, que no esté condicionada por recursos que no responden a sus necesidades. Y eso es algo que todavía como sociedad no hemos conseguido.

- ¿Cómo se garantiza eso?

- Una alternativa son los pisos que tenemos en Txurdinaga, bajo la tutela de la Diputación de Bizkaia pero que gestionamos nosotros. Ahí los residentes hacen su vida. Son pisos con apoyo personal donde las personas eligen el modelo de vida, a diferencia de las residencias que todo tiene un horario estricto. En estos pisos no, los residentes eligen su rutina y tiene la ayuda del equipo que trabaja ahí.

- Las comunidades de vecinos suelen ser muchas veces un obstáculo para instalar ascensores. Sin ellos las casas son como prisiones para esta gente.

- Fekoor hizo hace años una propuesta de normativa para que mejorase la accesibilidad en las comunidades de vecinos y ahora lo están incorporando un montón de ayuntamientos, tanto en Bizkaia y como en Gipuzkoa. Bilbao es uno de ellos. Lo que hay que cambiar es la ley de mayorías, es decir, que cuando una persona con un problema de movilidad lo solicite, su intalación sea obligatoria. Y tiene que haber ayudas económicas para que eso se pueda realizar, porque es una obra cara.

- Aún así, muchos se ven abocados a auténticas batallas legales y renuncian por no meterse en esos jardines.

- Así es. Por eso, desde la federación se presta asesoramiento jurídico para que puedan reivindicar sus derechos y para que sus casas no se conviertan en cárceles. Es fundamental. Tenemos abogados que cuando hay problemas contactan con nosotros y con los ayuntamientos. Algunos llegan a acuerdos. Pero el problema se producen cuando el juicio -y con él la solución- se demora mucho. Es otra de las cosas que pedimos, que los procedimientos sean más breves, porque algunos son mayores y fallecen antes de que se resuelva el problema. Ponerle remedio es un reto.

- Somos una sociedad cada vez más envejecida y todos vamos a encontrarnos en esa situación. ¿Nos comportamos en consecuencia?

- Parece que los ayuntamientos están colaborando, pero queda trabajo por hacer. Llevamos mucho tiempo convenciéndoles de que cada vez somos más mayores, y que el problema no sólo va a ser nuestro, sino todos. Hay que ponerle remedio cuanto antes, de lo contrario lo vamos a pasar mal.Nos consta que la Administración tiene en agenda el tema de los apoyos a las personas de movilidad reducida, porque va a ser uno de los desafíos del futuro.

- En cuanto al diseño de las ciudades, ¿se antepone la estética a la comodidad?

- Así ha sido hasta hace bien poco. Ahí tiene los portales con escalera antes de llegar al ascensor, se hacían así sólo porque era más bonito. Pero eso está cambiando. La accesibilidad es una prioridad para todos. Colaboramos con todos los ayuntamientos que nos lo piden con ese objetivo: Bilbao, Sestao, Santurtzi... Es lo que hemos hecho en los últimos años.

- Bilbao es una ciudad con muchas cuestas.

- Sí, pero hay soluciones mecánicas. Este Consistorio es uno de los que más ha apostado por la accesibilidad. Ha construido varios ascensores y los próximos cinco años, según las previsiones, se van a instalar otros diez. Gracias a la estrecha colaboración que hemos mantenido se ha avanzado mucho. La dirección es buena para que no haya esas diferencias entre los barrios altos y el centro.

- La Aste Nagusia y la altura de los mostradores. En fiestas también existe la desigualdad.

- Participamos en la comisión de fiestas para que sean cada vez más accesibles, pero al final, sólo hay una txosna que tiene uno bajo. Es un reflejo de lo que ocurre a nivel social. Cuando se abre un negocio no se piensa en personas con discapacidad, sino en que todo el mundo va a ir de pie. La realidad es diferente, pero irá cambiando.

- En el cine y el teatro sólo hay butacas, y pasillos estrechos.

- Las personas con capacidades diferentes tienen que disfrutar en todos los ámbitos, y ahí nos encontramos con otra barrera. El ocio cada vez es más importante, y falta infraestructura para eso. Hay que adaptar los equipamientos. En ciertos locales hay unas plazas reservadas, pero tienes que hacer casi un estudio de campo, una investigación, para saber de antemano cuáles están adaptados y cuáles no.