40.000 euros en indemnizaciones por daños
En Bizkaia, los daños ocasionados por los jabalís corren a cuenta de quienes les dan caza. La Federación provincial, que reúne a un millar de socios, destina la mayor parte de sus cuotas a sufragar las indemnizaciones de los baserritarras que sufren los estragos de esta especie, cada vez más cómoda en entornos habitados. Es en zonas protegidas, como la Reserva de Urdaibai o Urkiola, donde estos animales proliferan sin control y donde se producen más destrozos. «Destrozos que costean, paradójicamente, quienes no pueden disparar allí», denuncia Javier Barona, presidente de la entidad, que cifra en 90 euros al año el precio que abona cada cazador por el seguro de responsabilidad civil y un perito.
No es una cuestión baladí. Los daños causados el pasado año por estos ungulados salvajes ascendieron a 106.693 euros, cantidad que no incluye los accidentes de tráfico provocados por arrollamientos y de los que no se hace cargo la Diputación -institución al frente de la gestión del jabalí- y sí las compañías aseguradoras, siempre y cuando la póliza suscrita sea a todo riesgo o incluya esta cláusula si es a terceros. Las indemnizaciones contemplan una franquicia, de manera que se pueda ayudar a quien más lo necesita. 40.000 euros se pagaron en 2018 por este concepto, diez veces más que hace 15 años.
El reproche va más allá. «Soy tu arma, te estoy quitando los jabalíes del monte, y este es el único sitio de España donde gravan mi actividad. Hacemos el trabajo a la Diputación, que de no estar nosotros tendría que pagar a profesionales que le cobrarían 2.000 euros por cada ejemplar». Episodios como la batida de Basauri no han contribuido, precisamente, a serenar los ánimos. «Hemos presentado directrices para elaborar un plan de regulación, pero la Diputación nos ha mantenido al margen en todo momento. Proponíamos hacer esperas para acabar con los jabalís que bajan hasta Basozelai; en cambio aquello se convirtió en un circo, con cortes de la Policía, público en los alrededores y mucho, mucho ruido».