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Sin restar trascendencia a a un asunto que ha dejado tocado al sector, el director de la Escuela Superior de Hostelería de Artxanda enmarca el ... problema de la falta de cocineros en un «contexto generalizado». Según Joseba Lozano, la misma situación que afecta al mundo de la hostelería se reproduce en áreas como «sanidad, logística, informática... Sucede lo mismo en todas partes», argumenta.
Héctor Sánchez, gerente de los hosteleros vizcaínos, coincide en que el «bajón demográfico» incide por igual en otros sectores. «También faltan taxistas y transportistas» por la falta de relevo generacional. «La ecuación está clara. Se jubilan las personas y se retiran del mercado de trabajo, pero esto no es algo único y exclusivo de la hostelería. Bien es cierto que la pandemia marcó un antes y un después».
Al igual que Lozano, Sánchez también ignora el número de profesionales que serían necesarios para cubrir el desequilibrio actual. Es una pregunta «muy difícil de responder», asegura. Lo que sí tiene claro el sector es la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores tras la reciente aprobación del nuevo convenio colectivo, del que se desmarcó finalmente LAB.
El resto de sindicatos -ELA, UGT, y CC OO- y la patronal pactaron una subida salarial del 15,5% tras poner fin a 10 meses de infructuosas negociaciones. El nuevo convenio se ha alcanzado en un momento de gloria para la hostelería, con llenos diarios y enormes dificultades para pillar mesa en muchos establecimientos, pero también en un periodo de incertidumbre ante el temor de clientes y de los propios empresarios ante el más que probable incremento de las consumiciones.
En este escenario, los chefs se han asegurado unos salarios mínimos, que en el caso de los jefes de cocina alcanzan los 27.055 brutos anuales. «Significan 1.857 euros mensuales a multiplicar por 15 nóminas». Los cocineros cobrarán 1.639 euros y los ayudantes, 1.548. «Siempre brutos y a multiplicar por 15», detalla Sánchez. «Salarios con el umbral mínimo, y a partir de aquí cada uno gana lo que puede».
Joseba Lozano recuerda que el número de profesionales que salen titulados de las escuelas podría ser mayor. Un porcentaje, que suele situarse en torno al 30%, suele dedicarse posteriormente a otra actividad tras concluir los estudios «porque no es lo que creían que era». «Pero el que sale estudiado y formado, encuentra trabajo rápidamente», se felicita.
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