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«Mi hija tiene que tomar pastillas para poder dormir porque le cuesta conciliar el sueño con tanto ruido». 21.784 vizcaínos se meten a ... la cama con niveles sonoros superiores a los recomendados a causa de las diferentes carreteras que vertebran el territorio, según recoge el nuevo Plan de Acción para la Mejora de la Calidad Sonora de las Carreteras de Bizkaia, que se extiende de 2024 a 2029 y que ha sido aprobado recientemente por la Diputación. En casa de Sandra Burgos, la que les quita el sueño es la renombrada hace unos años como BI-30, que incluye el corredor del Txorierri y se extiende hasta la conexión con la BI-10 a la altura del barrio baracaldés de Cruces. Su edificio se asoma al puente de Rontegi, uno de los viales que más tráfico soporta, y, aunque entre las 23.00 y las 7.00 horas -lo que el análisis considera horario nocturno- la intensidad de la circulación desciende con respecto a las «horas punta», el zumbido de los vehículos no les abandona.
«Hemos cambiado las ventanas de las habitaciones y aún así se sigue notando», lamenta. No es como antes, cuando el ruido «era horrible», pero sigue trastocando las noches de su hija, que «no consigue dormir» bien. En su casa, en el 37 de la calle Etxatxu de Barakaldo, apenas abren las ventanas por el sonido y por «el polvo», así que en verano, con el sol pegando durante buena parte del día, no es fácil aguantar el calor.
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Vitori Soto, residente en un portal próximo, todavía recuerda esos días en los que, al lado de su bloque, no había carretera. «Vine a vivir aquí, al número 39, hace 55 años, cuando construyeron las casas. Los primeros diez años, hasta que abrieron Rontegi, estuvimos bien», rememora. Se ha resignado a vivir con «muchísimo ruido» y a diferenciar por el oído las horas del día o si es festivo o laborable. «Con las dos ventanas cerradas, ya oía esta mañana -el jueves- más ruido que los otros días», señala. Y también sabe cuándo la madrugada llega a su fin porque, a eso de las cinco o las seis de la mañana, se desvela porque «empiezan a circular muchísimos camiones». No entiende esta residente que «haya pantallas por todas partes menos aquí».
Y, en principio, no hay previsión de que vayan a instalarse ese tipo de protecciones. El propio documento foral recoge que ya existen «aproximadamente 39 kilómetros» de estas barreras acústicas en el territorio, en cuyo «mantenimiento» se trabajará durante la vigencia del plan. Sin embargo, al tratarse de una línea de trabajo que «se ha abordado extensamente en planes anteriores», hay «pocas opciones» de que la colocación de más mamparas resulte «viable de manera extensiva».
Sandra Burgos
Vecina de Barakaldo
De hecho, en el análisis pormenorizado de las siete zonas consideradas de actuación prioritaria porque son las que concentran más de la mitad de la población expuesta, menciona en todos los casos que «no se identifica» ningún ámbito a proteger con estas estructuras «al no resultar eficaz» en términos de «coste económico/población mejorada».
El plan recoge otra serie de medidas con las que, en el horizonte 2029, la entidad foral pretende reducir el impacto acústico en al menos dos decibelios en buena parte de las zonas más afectadas por la contaminación acústica. En ese sentido, calcula el plan, en torno a 12.200 personas, el 56% de quienes duermen con más de 55 decibelios, se beneficiarían de esas mejoras.
Porque, si bien hay algunos afectados que reconocen que «te acostumbras», para otros es «imposible» integrar el ruido nocturno en sus vidas. «Por la noche, como está todo en silencio, es horroroso. Los niños lo llevan bien, pero mi marido, que trabaja a turnos, fatal», reconoce Silvia Prieto, del portal 41 de la misma calle, que no es ni mucho menos la única que soporta elevados niveles de ruido -Rekalde en Bilbao y La Avanzada en Leioa son otras de las zonas más expuestas- pero que sirve de ejemplo por su proximidad a la carretera.
Mila Calvo, del portal 39, asegura que, después de más tres décadas residiendo ahí, le sigue pareciendo «insoportable» el sonido en algunos momentos.
- ¿Y puede dormir?
- Por la noche baja el tráfico, pero los coches que pasan con la música con el pum, pum, pum me mueven hasta la cama. Cuando llego al pueblo me parece hasta mentira dormir sin ruido.
Ella tiene en su casa «triple cristal». Lo cambió hace años por su cuenta. Otros vecinos están aprovechando también la renovación de la fachada para, de su bolsillo, mejorar las ventanas. Y también los hay que lo han hecho de la mano de los planes de insonorización de la Diputación. En 2023, por ejemplo, impulsó obras de aislamiento en zonas sensibles como habitaciones y salas de estar en el número 37 de la calle Etxatxu.
Mila Calvo
Vecina de Barakaldo
Según los datos recogidos en el plan, entre 2020 y 2023 se plantearon actuaciones en 107 pisos, en los que se cambiaron ventanas por otras más aislantes y a las que se destinaron cerca de 798.000 euros. El año pasado, puntualizaron desde la entidad foral, que se encarga de gestionar toda la obra y de sufragarla, llegaron a otras 40 viviendas. Hasta 2029, el área de Infraestructuras y Desarrollo Territorial invertirá cerca de 248.000 euros al año para aislar viviendas de afectados por los ruidos. 659 personas podrían ver así reducido el impacto acústico de las carreteras
Aunque una de las medidas que gozará de mayor presupuesto, más allá de obras como la variante de Rekalde, el subfluvial de Lamiako o el soterramiento de La Avanzada, será la renovación de pavimentos. La Diputación actuará sobre 59 kilómetros de carreteras en los que aplicará «mezclas» que aporten una «mejora acústica». Destinará casi 44 millones y la minoración del ruido afectará a alrededor de 7.412 residentes en los entornos de las zonas en las que se sustituirá el pavimento: 20,7 kilómetros en la A-8; 17,2 kilómetros en la N-634; 12 kilómetros en la BI-30 (el corredor del Txorierri y Rontegi); y 9,3 kilómetros en la BI-10, la circunvalación sur, de Miribilla a Santurtzi.
En su contexto
7 zonas de actuación prioritaria ha delimitado la Diputación en el plan de acción contra el ruido. Se trata de las viviendas colindantes a la BI-10 entre Miribilla y Santurtzi; la N-634 entre Bilbao y el límite con Gipuzkoa; la BI-637 desde la conexión del corredor del Txorierri hasta Sopela; la A-8 entre Galdakao y Bilbao; el corredor del Txorierri hasta su unión con la BI-10 en Cruces; la N-634 entre Abanto y Muskiz; y la AP-8 de Galdakao a Zaldibar.
Aislamiento. 147 pisos en 4 años El plan de la Diputación para cambiar ventanas de viviendas afectadas comenzó en 2020 y ya se ha actuado en más de un centenar.
Pantallas acústicas. No se prevén más Ya hay 39 kilómetros de protecciones de este tipo en las carreteras vizcaínas. La Diputación descarta colocar más porque, en los lugares identificados como afectados, no resulta eficaz.
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