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Jueves, 15 de junio 2017, 16:24
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Veintiséis personas detenidas y 4 toneladas de hachís incautadas. Es el balance de la operación 'Araticu', que ha llevado a cabo la Guardia Civil y que ha desarticulado dos organizaciones que introducían droga en grandes cantidades en España para su posterior distribución internacional. La operación se ha dirigido desde Cantabria, pero hay arrestados por todo el país. De los 26 detenidos -18 marroquíes, siete españoles y uno holandés- seis han sido localizados en Bizkaia, otros seis en Gipuzkoa, tres en Cantabria, tres en Madrid, dos en Málaga, dos en Burgos, dos en Vitoria, uno en Cádiz y uno en Palencia. Han ingresado en prisión 16 de los detenidos.
La Guardia Civil ha intervenido 4.350 kilos de hachís, más de 350 gramos de cocaína, diferentes cantidades de marihuana y ketamina, 234.000 euros y 10.000 dólares americanos, 17 vehículos y 71 teléfonos móviles.
Las dos organizaciones desarticuladas estaban afincadas en el norte y sur peninsular, principalmente en el País Vasco y en las provincias de Málaga y Cádiz, y aunque funcionaban de forma independiente, estaban vinculadas a una tercera de Marruecos, desde donde introducían el hachís en Andalucía. Desde allí se trasladaba al norte de España, donde se quedaba una parte y la otra se introducía principalmente en Francia, Holanda y Bélgica. Para el transporte de la droga se utilizaban coches importados preparados con sofisticados 'dobles fondos' que se abrían con sistemas mecánicos y pulsos electromagnéticos (en la foto).
La operación, que toma el nombre de una fruta de Paraguay porque el principal investigado procede de ese país, comenzó en agosto de 2016 cuando la Guardia Civil de Cantabria comenzó a vigilar a un vecino de la localidad de Parbayón que realizaba frecuentes viajes al sur del país y que sospechaban estaba traficando con cantidades importantes de hachís y cocaína. «Se había hecho fuerte en Cantabria» porque el hachís que vendía «era de la mejor calidad». En uno de esos viajes se reunió en un centro comercial de Madrid con un vecino de Marbella, cuya esposa era la única administradora de una sociedad que poseía diversos inmuebles por la Costa del Sol sin constarle actividad productiva alguna y al que los investigadores vinculan con un alijo de 2.460 kilos de hachís incautado en San Roque (Cádiz) en diciembre de 2016.
Desde ese momento comenzó el trabajo conjunto entre los cuerpos de seguridad de Málaga y Cantabria y las siguientes intervenciones fueron dirigidas a la detección de los vehículos utilizados para llevar el hachís al norte. En una primera incautación en febrero en Aguilar de Campoo (Palencia) se encontraron 46 kilos que iba a recoger este vecino de Parbayón y en Bizkaia se incautaron 245 kilos de hachís en una furgoneta con matrícula holandesa conducida por un ciudadano de ese país.
Registros en Durango y Matiena
Además, al vecino de Parbayón le requisaron al regresar de un viaje más de 700 kilos de hachís y 360 gramos de cocaína, y a primeros de junio se detuvo a otro transportista con algo más de 50 kilos de hachís ocultos en un doble fondo de su vehículo.
A partir de ese momento los investigadores se centraron en localizar a todos los componentes de ambos grupos organizados. A primeros de abril desarticularon la banda afincada en el País Vasco, efectuándose registros y detenciones en Durango, Matiena, Zumaia y Vitoria, así como en Madrid. Las actuaciones se saldaron con la incautación de otros 300 kilos de hachís. A finales de mayo se desarticuló el grupo de Málaga, interviniéndose más de 500 kilos de hachís en uno de los principales punto de ocultación detectados en Cádiz. Además se procedió a la aprehensión de 210.000 euros y 10.000 dólares americanos en efectivo, que se hallaban ocultos bajo el zócalo de la cocina en una de las viviendas de la sociedad investigada.
Los investigadores detectaron que el jefe de la organización de Málaga, el detenido de mayor nivel jerárquico, disponía la entrada y distribución de gran número de alijos de hachís. Había tejido un entramado de bienes inmuebles ocultos tras una empresa que no tenía actividad para, presuntamente, blanquear los beneficios obtenidos por el tráfico de drogas. Con la colaboración de la unidad de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria se ha realizado una investigación patrimonial del reseñado y su mujer, administradora de la empresa, procediéndose finalmente al bloqueo de ocho cuentas bancarias y cuatro inmuebles en la zona de la Costa del Sol valorados en más de 850.000 euros. Por otro lado, la investigación ha permitido esclarecer un homicidio cometido en Madrid con el que se relaciona a uno de los detenidos marroquí.
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