Las obras del polideportivo municipal del estadio de San Mamés empezarán este verano

Las obras del estadio de San Mamés concluyeron hace ya dos años y medio. Pero lo que no saben muchos vizcaínos es que el coliseo rojiblanco esconde en sus entrañas un espacio vacío, aún sin rematar. Son más de 6.000 metros cuadrados sin vida. Sin utilidad alguna, donde únicamente se ven los huesos de acero de La Catedral. Hasta ahora. El Ayuntamiento ha desbloqueado al fin el plan para construir un polideportivo municipal en los sótanos de campo, bajo los graderíos que tienen La Misericordia a sus espaldas.

Los trabajos para habilitar el nuevo espacio público comenzarán este verano y concluirán en 2019, según confirmaron ayer fuentes municipales, que lo consideran «un proyecto estratégico» de este mandato. Para entonces, los socios abonados a Bilbao Kirolak o cualquier cliente esporádico que lo desee podrá hacer uso de las instalaciones, que contarán con una piscina olímpica cubierta, un spa con circuito termal, ducha de contraste, baño turco y sauna y varias salas multifuncionales aptas para albergar un gimnasio o clases de diversas especialidades.

Antes de que acabe este mes, el Consistorio va a recibir, de manos de la ingeniería Idom, el proyecto definitivo. Sin más dilación, se licitarán las obras para concluir cuanto antes una iniciativa que ha necesitado de una larga espera, mucho más prolongada de lo que se pensaba al principio, cuando el fallecido Iñaki Azkuna se mostró muy ilusionado con la propuesta.

La puesta en valor de un espacio de uso para todos los bilbaínos dentro del estadio del Athletic fue uno de los argumentos utilizados por las administraciones para justificar la millonaria inversión pública realizada en el nuevo campo. El Gobierno vasco y la Diputación pusieron sobre la mesa, a partes iguales, 100 millones de euros. El Ayuntamiento aportó otros 18. Y, finalmente, el club y la BBK inyectaron 50 millones cada uno para completar un presupuesto global de 218 millones.

El acuerdo que se adoptó entonces en el seno de Bilbao Barria estipulaba que se daría entrada a un polideportivo municipal (sería gestionado por el Consistorio) y una pista de atletismo y centro de alto rendimiento (su explotación correspondería al Gobierno vasco). Era una manera de abrir La Catedral a la ciudadanía que había sufragado la renovación del coliseo rojiblanco con sus impuestos. De la propuesta del Ejecutivo autonómico no ha vuelto a haber noticias, mientras que el proyecto de la Administración local calienta ya motores para convertirse, en breve, en una realidad.

Actualmente, los ingenieros trabajan en el plano definitivo de los espacios interiores y en todos los detalles que hay que definir antes de ponerse manos a la obra en la construcción de la infraestructura (presupuesto, calidad de materiales, necesidad de mano de obra...). EL CORREO ha tenido acceso al informe que sirve de guía al minucioso trabajo que ahora se está realizando.

Compleja evacuación

El documento desvela algunas novedades que hasta ahora desconocidas. Por ejemplo, que el acceso por la calle al futuro polideportivo será tan pequeño que la recepción, con sus tornos y máquinas de billetes, se ubicará en el segundo sótano, con lo que el equipamiento tendrá una estructura singular, donde el tránsito de los clientes será de abajo hacia arriba. Un sistema especial de cámaras vigilará la entrada.

La infraestructura contará con cuatro alturas. La citada planta baja, dos sótanos y una zona soterrada aún a más profundidad, para albergar la bomba de calor y todas las instalaciones técnicas necesarias. La superficie a ocupar es de 5.000 metros cuadrados. Más de los que se barajaba inicialmente.

El anteproyecto consultado advierte de que hay un asunto que deberá ser consensuado con el Athletic. Se trata de la evacuación. El hecho de que el polideportivo sea soterrado complica las cosas. En principio se pretende habilitar un paso hacia la salida de emergencia del propio estadio y el terreno de juego. De esta forma está por ver qué sucede en los días de partido. Habrá que estudiar si, en caso de emergencia, pudiera producirse una interferencia entre ambos usos. Aseguran los ingenieros que «esto supone una servidumbre al uso del estadio en su función deportiva, con la necesidad correspondiente de coordinación con la sociedad San Mamés Barria y el Athletic como usuario principal del estadio».

Otro detalle que hasta ahora no se sabía es que habrá poca luz natural. Los únicos rayos solaren que penetrarán serán los que entren por unos lucernarios habilitados en la propia calle. Además, el informe advierte de que el presupuesto necesario será mayor que los 3,3 millones de euros previstos inicialmente. En el informe, Idom habla de 3,85 millones (IVA excluido), a lo que hay que sumar los 280.000 euros ya invertidos en la redacción del proyecto. Con impuestos, es probable que la suma se dispare hasta los 4,5 millones.