La llegada del TAV desata la última gran operación inmobiliaria en Bilbao

La operación reúne todo el potencial para desencadenar una profunda recuperación urbana, social y económica, capaz de reforzar el liderazgo de Bilbao como ciudad de referencia en el norte de España, según los expertos consultados por este periódico. Con el TAV en marcha, estará en disposición de consolidar su posición emergente en el Arco Atlántico, a tiro de piedra de Francia y con una conexión rápida con Madrid tanto por motivos de ocio como de negocios.

Precisamente, los dos puntos de los que procede el grueso de los 877.847 turistas que Bilbao recibió el año pasado. De ellos, 152.072 fueron madrileños, comunidad que encabeza el ranking del turismo nacional en Bilbao. Entre los extranjeros, los más numerosos siguen siendo los franceses 63.419.

El tirón de la capital permite a Bizkaia mantener su primera posición turística en Euskadi. Un sector al alza que ya se deja sentir en la economía al suponer el 5,9% de su Producto Interior Bruto (PIB), según un informe del Instituto Vasco de Estadística con datos de 2015. Durante ese año, el turismo se gastó 4.100 millones de euros en el País Vasco. Dentro de ese pastel, Bizkaia se lleva el mayor trozo: 44,3%, frente al 41,6% de Gipuzkoa y el 14,1% de Álava.

Pero la llegada del TAV no sólo dará un arreón al turismo y a los desplazamientos de trabajo, facilitados por un aeropuerto en continuo crecimiento. Puede ser un nuevo motor económico. La urbanización de lo que se viene en llamar la tapa de la estación subterránea de Abando ofrecerá espacios apetecibles para el comercio, la vivienda y los parques. Para hacer urbanismo en una ciudad con cada vez menos superficie libre, sobre todo en el centro.

La operación podría arrancar a partir de 2027, cuando esté construida la nueva estación. Como la edificación sobre las vías está prohibida, los nuevos bloques de viviendas estarán situados en los bordes de la zona de obras, más volcados hacia Hurtado de Amézaga, el centro de la ciudad, que hacia Bailén.

Las viviendas representan una fuente sustancial de plusvalías para sufragar el tajo. Ingresos de esa naturaleza ayudaron a financiar el parque y el bulevar que cubren hoy la avenida del Ferrocarril. En Abandoibarra se destinaron a Bilbao la Vieja. El Ayuntamiento, a través de la concejalía de Planificación Urbana, ya ha realizado sus primeras estimaciones en Abando. Según ese cotejo, concluido en navidades, el aprovechamiento urbanístico podría oscilar entre 887 y 1.370 pisos; éstos últimos, agrupados en altas torres. En el primer caso, el valor del suelo ascendería a 105 millones. En el segundo, a 157 millones.

Esas «aproximaciones» servirán de «orientación» a las empresas que optan al concurso abierto por el Consistorio para diseñar el urbanismo de la tapa. A punto de concluir la presentación de ofertas, la licitación responde a una propuesta del PP pactada en los Presupuestos de Juan Mari Aburto para determinar las plusvalías y repartir luego el coste de la obra entre las instituciones. El Ayuntamiento tiene previsto elegir en verano la mejor propuesta.

Ingresos insuficientes

Los ingresos derivados de la venta de parcelas para viviendas serán insuficientes para sufragar el tajo. La operación de Abando suma tres obras: la llegada del TAV por un túnel nuevo, la construcción de la estación valorada en 317 millones y la urbanización del terreno que se libere.

El alcalde de Bilbao confía en que las cuentas cuadren con el respaldo financiero del mayor número posible de administraciones. Según sus cálculos, la ecuación debería unir las aportaciones presupuestarias de la Administración hasta ahora, la Diputación es reticente , los aprovechamientos urbanísticos, la colaboración pública y privada y la eventual participación del Banco Europeo de Inversiones por la «transformación social» que provocará la eliminación de la trinchera de vías.

Aburto aboga por aplicar el máximo rigor en el urbanismo, con el fin de ser «muy prudentes» a la hora de pactar los aprovechamientos y de diseñar la densidad de vivienda. «No vamos a hacer ningún pelotazo urbanístico», advierte.

De alguna forma, quiere poner freno a cualquier crítica vinculada a una eventual especulación. Aunque en el Ayuntamiento hay una posición mayoritaria en favor del TAV PNV, PSE y PP, que suman 21 votos en una Corporación de 29, también existe un bloque muy activo que cuestiona el proyecto EH Bildu, UdalBerri y Goazen.

Pese a que el Ayuntamiento «no se quiere pillar los dedos» con un urbanismo desmedido, lo cierto es que la llegada del TAV va a desatar la última gran operación inmobiliaria de Bilbao. Con Zorrozaurre ya en marcha se prevén 5.474 pisos, la mitad de ellos de protección pública y el resto de libre mercado, el tajo de Abando ofrece una oportunidad para el sector de la vivienda en una zona socialmente muy sensible.

Con un grave problema de envejecimiento y pérdida de población, Aburto es partidario de que el centro pueda crecer y «rejuvenecerse» con la llegada de nuevos públicos. Residentes jóvenes que necesitan casas a precios asequibles. Por ello, el alcalde deja abierta la puerta a que Abando acoja un porcentaje de vivienda protegida.

El peligro es que luego los números no cuadren o que el mercado inmobiliario se asome al colapso por la confluencia de varias promociones a la vez. Un riesgo que descarta el gerente de la comisión gestora de Zorrozaurre y exresponsable de Bilbao Ría 2000, Pablo Otaola, por la estratégica ubicación de Abando.

A su juicio, el repunte que ha experimentado el sector inmobiliario es visible en Zorrozaurre, donde «se han vendido ya» las 319 viviendas salidas al mercado en la orilla de San Ignacio, y en Garellano, también sin casas disponibles cada rascacielos ofrece alrededor de 150 pisos. En cambio, «está costando sacar adelante» la promoción de las torres de Bolueta. La operación de Abando podría beneficiarse de la salida de la crisis. «Comenzará dentro de siete o de nueve años. Para entonces, quizá, podamos estar en un nuevo ciclo económico», explica Otaola.