Jon Koldo Bikandi posa con ‘Adarra’ en el concurso de Leioa.

'Adarra', la más guapa del campo

Un ganadero de Iurreta triunfa con una vaca de 720 kilos en la tradicional feria de Leioa. Jon Bikandi desveló el secreto para que su res no se altere demasiado en los certámenes: le pone canciones de AC/DC

Virginia Urieta

Lunes, 12 de diciembre 2016, 01:51

Con una hermosura contenida en sus más de 750 kilos de peso, pelaje blanquecino y un poco de genio, Adarra se erigió ayer campeona como la vaca más hermosa en la XXIX Feria Agrícola y Ganadera de Leioa, marco inmejorable para la exposición de hasta 120 cabezas de ganado y 76 puestos de productos de la huerta de todo Euskadi. La res de Jon Koldo Bikandi, de Iurreta, consiguió que todo el que la contemplaba se quedara prendado de su cornamenta.

Publicidad

«Para ser la más guapa sólo necesita un dueño que la cuide bien, que la mime», decía el ganadero, que ya ganó este tradicional y populoso concurso el año pasado. Una buena alimentación, que esté limpia, «que sea airosa y pasee bien». Aunque ella es «muy viva», y se puso un poco nerviosa cuando le tocó salir al escenario. «En lugares multitudinarios se altera un poco, y eso que yo en casa le pongo música para que se acostumbre al ruido: ya tiene oídas las de AC-DC», apuntaba su dueño.

«Merece la pena comprar los productos de aquí»

  • Miles de personas se congregaron ayer en el boulevard de Leioa y sus aledaños, donde la feria agropecuaria contó con 76 puestos de legumbres, productos de la huerta, piparras, dulces, chacinería, flores o conservas, con el txakoli como la mejor compañía para digerir el talo y el buen chorizo. La excusa para probar el lácteo estrella corrió a cargo del XVIII Concurso de Queso Denominación de Origen Idiazabal para productores vizcaínos Ayuntamiento de Leioa, que se llevó Patxi Baskara, de Markina.

  • Bego Prieto y Mel Martín, vecinas de Astrabudua y asiduas de este certamen, se decantaron por la cerveza artesana de Zamudio, algo de paté y pastel vasco. «Es una buena forma de pasar el día, llegas a casa comido. Es todo artesano, de aquí, y aunque el precio igual es un poco más caro, por la calidad lo merece». El urduliztarra Agustín Azkunaga no se fue sin comprar pan de pueblo y miel. «Esta feria es grande, quizás una de las más importantes», señalaba. La organización, a cargo del Ayuntamiento de Leioa y Leioako Euskal Kirol Zaleak, consideró «muy positiva» la asistencia de público miles de personas «en línea con años anteriores».

El nombre le viene de la cornamenta. «Como tiene una cabeza y unos cuernos tan bonitos parece haber sido la novedad Y lo cierto es que no pensaba traerla, ha sido por los críos. Aita, ésta con la cabeza que tiene hay que llevarla, me decían ayer. Si no llega a ser por ellos no gano», confesaba Bikandi, aunque asegura que, de momento, al mayor no le está enseñando el oficio. «Primero que estudie y que tenga una buena base. Luego, si no encuentra nada sabe que tiene esto».

Él pasó de la oficina a la granja y, después de trabajar durante veinte años en una inmobiliaria, dice haber encontrado el trabajo y el modo de vida que le hacen feliz. «La ganadería tiene algo que engancha. Que nadie te mande y ejercer en lo que te gusta o que puedas pasar tiempo con la familia no tiene precio. No tengo ni estrés», se congratulaba.

Txerolesas, blondas, asturianas o frisonas, cada vaca tiene sus particularidades. La figura de la ganadora le viene de su raza pirenaica, una que le hace «más rústica, característica por su cornamenta». Las limusinas de su compañero Daniel Heras que, como Bikandi, es uno de los habituales en esta cita son algo más rojizas «y les queman los cuernos nada más nacer, por eso tienen la cabeza más bonita. Cada raza tiene su armonía», indicaba el ganadero, residente en Zalla.

Publicidad

«La feria está muy bien. Ha venido mucha gente, hay buen ambiente y el tiempo ha respetado. Para una zona que no es ganadera resulta una atracción. Las familias vienen a ver a los animales y los niños pueden aprender desde cómo ordeñar a una vaca hasta cómo les arreglan las pezuñas. Es bonito que la gente de ciudad aprenda algo de lo rural», valoraba el ganadero, que posee cerca de 400 cabezas, repartidas también entre Extremadura y Castilla y León.

La res de Jacinto Iturriaga, de Abadiño, se llevó el premio a la más pesada con sus 1.284 kilos. «Han traído bueyes de hasta 1.400 kilos pero van en otra categoría», puntualizaba. Su txerolesa con la que ya se ha llevado tres txapelas de ganador. «¿El secreto? Estas vacas francesas son grandes explica, pero lo más importante es cuidarlas bien: que coma a cada hora y estar con ella, controlarla todos los días. Es como una persona».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad