Bilbao incorpora por primera vez criterios de protección a la mujer en un proyecto de obra
Modifica el ascensor inclinado que iba a construir en Atxuri para evitar crear puntos inseguros bajo la estructura
teresa abajo
Viernes, 22 de julio 2016, 00:56
En Bilbao no dejan de llegar demandas ciudadanas para implantar elementos mecánicos que eliminen barreras arquitectónicas. Y si hay otro tema sensible es la seguridad, ... especialmente cuando se trata de prevenir y plantar cara a las agresiones machistas. Son dos líneas rojas para el Gobierno municipal que acaban de cruzarse en Atxuri. Por primera vez se ha modificado un proyecto de obra aplicando criterios de protección a la mujer, al entender que se crearían puntos inseguros bajo la estructura. Se trata del ascensor inclinado entre La Encarnación y George Steer, que será sustituido por dos elevadores verticales.
Esta era una de las cinco infraestructuras previstas para mejorar la accesibilidad en el barrrio y conectar con Santutxu, dentro de la comisión creada a raíz de la polémica sobre la cancha. Para salvar los 19 metros de desnivel entre la plazuela de La Encarnación, a la altura del supermercado, y la curva de George Steer se diseñó una solución «innovadora», según relata el concejal de Obras y Servicios, Ricardo Barkala. Un ascensor inclinado con cabina para 24 personas que incluía una parada intermedia al nivel del polideportivo.
El proyecto se adjudicó junto a otros dos elevadores que ya están en ejecución, otro en Atxuri (entre República de Begoña y Ollerías Altas) y el de Ramón y Cajal en Deusto. El de George Steer ha frenado antes de arrancar por decisión de los responsables del área. La obra, de cierta «complejidad técnica», generaría «desmontes y muros importantes», dejando huecos y zonas de sombra que se quieren evitar. Al tener parada intermedia, quedarían dos tramos con pendientes diferentes, lo que complicaba el trazado. Para evaluar el alcance de los obstáculos, se hicieron nuevos alzados y simulaciones en 3D. «Entendíamos que era una buena solución constructiva, pero desde el punto de vista de la seguridad hay una propuesta mejor», explica el director de Proyectos Estratégicos, Fran Víñez.
Finalmente han optado por una alternativa más convencional. Dos ascensores verticales separados por un corto tramo en línea recta, uno llega al nivel del polideportivo y otro sube hasta George Steer «sin la estructura volando por encima». Ahora hay que hacer la liquidación correspondiente y convocar un nuevo concurso para iniciar las obras a fin de año. El nuevo modelo es más barato (de 1,8 a 1,2 millones) y reduce el plazo de ejecución a cinco meses, aunque no son esos factores los que han inclinado la balanza. «Hemos primado la seguridad», concluye Barkala.
Es un ejemplo del peso que está adquiriendo este enfoque en la planificación de la ciudad. Ya no se trata solo de eliminar puntos inseguros, sino de evitarlos con un concepto diferente del diseño urbanístico. El futuro Plan General, que está en fase de avance, deberá someterse a una evaluación de impacto en función del género, al igual que otras normas y actos administrativos de la Comunidad Autónoma Vasca, para determinar si tiene consecuencias «positivas o adversas» en la igualdad entre hombres y mujeres y establecer, en su caso, medidas correctoras.
Control visual del espacio
Este tipo de evaluaciones, contempladas en la Ley de Igualdad, vienen realizándose desde 2007, y Emakunde dispone de una guía en su página web para orientar a los técnicos municipales sobre cómo concretar estos principios. Esta exigencia refleja la evolución de la sociedad. Va un paso más allá de los denominados mapas de la ciudad prohibida, la ruta de lugares peligrosos que se elaboró por primera vez en Bilbao en 2004.
El mapa se ha actualizado en 2009 y 2011. Aquel año se contabilizaron 200 zonas de riesgo, de las que el Ayuntamiento ha resuelto el 85%, según datos facilitados por el área de Obras y Servicios. A veces basta mejorar la iluminación para que la gente se sienta segura, otros casos son más complicados de resolver y siguen pendientes. Frente a las «zonas-trampa», como se califican los recovecos que generaría el ascensor de George Steer, se busca garantizar el «control visual» del espacio. Hay que prestar atención a portales y soportales, mejor vallar o tapiar los solares vacíos.
Son recomendaciones que, aunque se hagan desde una perspectiva de género, benefician al conjunto de la población, al igual que la accesibilidad no sólo facilita la vida de las personas mayores y discapacitadas. La asignatura de la igualdad aplicada al urbanismo va más allá de la seguridad, plantea facilitar la gestión del tiempo en las actividades cotidianas y la participación de la mujer en los asuntos públicos. La Ordenanza de Igualdad que el Ayuntamiento aprobará en 2017, en cumplimiento de un acuerdo plenario, es otro instrumento que contribuirá a avanzar por ese camino.
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