«Han amenazado de muerte a vecinos. Basta ya»
Más de 200 personas exigen ante la Diputación una «tutela real para los menores y una solución efectiva» en el conflicto con 'los Pichis'
Silvia Cantera
Martes, 14 de junio 2016, 19:07
Atxuri ha vuelto a echarse a la calle para pedir una solución aun conflicto enquistado. «Llevamos ya cerca de una década con este problema», critica una señora frente al Palacio foral. Las quejas de los vecinos se han centrado este martes en la necesidad de «una tutela real» para los menores del clan de 'los Pichis'. «No es normal que al de unas horas o unos pocos días de entrar en un centro se escapen», denuncian. Más de 200 personas han participado en la segunda manifestación convocada por la Plataforma de Afectados por la Delincuencia en Ollerías Bajas, Altas y alrededores. La primera tuvo lugar el pasado 19 de mayo en el Arriaga y quienes portaban la pancarta lamentaban que las medidas adoptadas por las instituciones en estas últimas semanas «apenas se notan».
«Agradecemos mucho la labor de la Policía Municipal. Si no fuese por ellos, estaríamos solos», aseguran los vecinos. El Ayuntamiento ha reforzado de forma considerable la vigilancia, pero dicen que «no se ven resultados». «Hacen ver, de cara a la galería, que se están implicando mucho, especialmente ahora. Sin embargo, los problemas siguen».
«Basta de mentirnos, queremos soluciones», han exigido los vecinos. «Aburto, haz tu trabajo», gritaban a su paso por la Alameda Mazarredo. Han salido del Palacio de Justicia y su protesta se ha trasladado hasta la Diputación. Allí se han acordado del diputado general, al que han reclamado una mayor implicación: «Rementeria, escucha a Ollerías».
«El barrio está muy harto. Han herido y amenazado de muerte a vecinos. Ya no se puede aguantar más», ha asegurado una mujer. 'Los Pichis' han tenido como objetivo su casa en un par de ocasiones. «La primera vez entraron por la tarde, aprovechando que estaba fuera, revolvieron todo el piso y se llevaron joyas y dinero», relata con cierto nerviosismo. Un vecino ayudó a que el segundo episodio no pasara a mayores. «No consiguieron forzar la puerta, pero me rompieron todo lo que tenía en el balcón», lamenta. «Necesitamos una solución rápida. Algunos están deprimidos y la sensación de inseguridad es enorme», asegura.