Un avión rompe una baliza y una señal de la pista en Loiu al aterrizar con fuerte viento

El primer avión de Vueling procedente de Barcelona con destino a Bilbao y con 110 pasajeros a bordo sufrió ayer una incidencia durante el aterrizaje que obligó a cancelar el vuelo asociado de regreso a la ciudad condal. El fuerte viento que azotó Bizkaia, donde se había activado el aviso amarillo y se registraron rachas de más de 100 kilómetros por hora que complicaron al extremo la maniobrabilidad en Loiu, obligaron al comandante del vuelo 1420 a desistir de la primera intentona de tomar tierra en La Paloma, aunque después emprendió por segunda vez la aproximación. Cuando estaba ejecutando la carrera de frenada, una tromba lateral lo desplazó varios metros hacia el borde del carril de asfalto, que mide unos 45 metros de anchura frente a los 35 de envergadura de las aeronaves, según Vueling.

El Airbus 320 «partió una baliza y una señal», y una de las ruedas llegó a posarse «en el césped», explicaron portavoces de Aena, aunque desde Vueling puntualizaron que no llegó a salirse de la pista. Las mismas fuentes aclararon que ello hubiera supuesto que el aparato necesitase ayuda técnica para volver al asfalto e incluso la intervención de un remolque.

«La aeronave no ha perdido el eje en ningún momento ni ha rodado por el césped, solo fue desplazada hasta el borde por un golpe de viento», insistieron desde la compañía, que aclaró en este sentido que el avión tomó tierra centrado y que los pasajeros aplaudieron al comandante por el aterrizaje, sin percatarse del «desplazamiento» por la racha ni de la rotura de la baliza. «Es un tipo de incidencia común, a la que están acostumbrados los pilotos», dijo. Aun así, tal y como establece la normativa, se activó el protocolo de emergencia en el aeropuerto de Loiu por precaución, y los Bomberos acudieron en auxilio de la aeronave. Esta pudo seguir la marcha por sí misma hasta la terminal, donde los viajeros desembarcaron con normalidad. El aparato ya había salido con ocho minutos de retraso de El Prat y debía haber aterrizado en Bilbao a las 8.20, aunque finalmente lo hizo a las 9.02. Por su parte, tal y como indica la legislación de seguridad aérea, quedó fuera de servicio para ser chequeado, y seguía en el taller a última hora de la tarde. Los 140 pasajeros que debían embarcar en el trayecto de regreso fueron recolocados en otros vuelos a Barcelona fletados a lo largo del día, bien directos o con escalas.

Retrasos por tormenta

El aeropuerto de Loiu ya fue escenario de una situación similar hace años. Ocurrió en enero de 2001, con el piloto tratando de encarar la pista por segunda vez entre fuertes rachas de viento. En aquella ocasión, el aparato, un Embraer de la compañía Portugalia procedente de Lisboa y Oporto que se dirigía a Barcelona -el de ayer venía también de la ciudad condal- con 25 personas a bordo, detuvo su marcha sobre la hierba, a 50 metros de la cabecera de pista. En aquella ocasión, el incidente ocurrió sobre las seis y media de la tarde. El comandante invirtió varios minutos en dar vueltas alrededor de la pista y cuando finalmente se decidió a aterrizar, tuvo que rectificar en el último momento y levantar el vuelo ante la peligrosidad de la maniobra. El piloto se dirigió entonces al pasaje para calmar los ánimos, y advirtió que si volvía a fracasar en su intento de acercamiento irían directamente a Barcelona. La segunda intentona acabó con el avión en tierra, eso sí a 50 metros de la pista al parecer debido a un golpe de viento.

Además, varios vuelos en La Paloma sufrieron ayer retrasos por una tormenta que afectó a los aeródromos de Londres y por una incidencia en El Prat. Por ejemplo, el vuelo de Vueling que debía salir a las 20.15 hora local desde Gatwick se retrasó hasta las 22.22 horas, se informaba en los paneles del aeródromo británico.