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A imagen y semejanza de la red de metro de cualquier gran ciudad del mundo. Con varias líneas que se cruzan en lugares estratégicos para tejer una red que lleva al usuario a cualquier parte. Un gigantesco bidegorri que permitirá moverse de Gorliz a Atxondo, ... de Muskiz a Ermua, de Mungia a Balmaseda, de Getxo a Orduña... esa es la apuesta de la Diputación para fomentar el uso de la bicicleta durante la próxima década, en la que prevé ejecutar, de la mano de los ayuntamientos, 200 nuevos kilómetros de vías ciclistas que conecten todo el territorio. La inversión pública rondará los 236 millones hasta 2035.
Como cualquier lector habrá notado a poco que pasee por su municipio o el entorno, a las históricas sendas ciclables que existen en Bizkaia -unos 180 kilómetros- se vienen sumando durante el último lustro pequeños tramos aquí y allá. El proyecto cogió carrerilla en 2019 y desde entonces funcionan 47 kilómetros más, a los que se sumarán en breve otros 11. Por situar alguno: están por llegar los que conectarán Barakaldo y Erandio 'saltando' la ría, Bilbao, Basauri y Etxebarri, y Galdakao con Larrabetzu y Amorebieta. La punta del iceberg de todo lo que está en cartera.
En 2023 las cartas quedaron definitivamente boca arriba. Las Juntas Generales aprobaron el Plan Territorial Sectorial (PTS) de vías ciclistas de Bizkaia. Por primera vez la red de bidegorris existente y sus futuras ampliaciones se ordenaba y su importancia se elevaba al mismo rango que el de las carreteras. La comparación no es casual. Dentro de la batería de medidas que las administracionones vienen poniendo en marcha durante los últimos años para combatir el cambio climático potenciar el uso de las bicicletas en detrimento del coche es un tema central. En ese camino se encuadra también la reciente inauguración del servicio foral de bicis eléctricas que ya se piensa en ampliar a más municipios, la creación de la red de Bizipark...
El objetivo es ambicioso: que 157.000 conductores se pasen a las dos ruedas, que la bicicleta se convierta en un medio de transporte «cotidiano» y suponga el 7,7% de los desplazamientos diarios cuando la cifra se sitúa ahora mismo en el 0,6%. Se aspira a que cambien buena parte de todos aquellos que hacen recorridos de entre 8 y 13 minutos. «Hay una urgencia evidente en la toma de decisiones políticas, tenemos que ser responsables con nuestra movilidad e inclinarnos hacia modos más sostenibles», ha reclamado la mañana de este miércoles la diputada general.
Elixabete Etxanobe ha pacticipado hoy junto a la alcaldesa de Santurtzi, Karmele Tubilla, en la inauguración del último tramo del bidegorri que conectará la villa marinera con la ruta ciclista que llega hasta Bilbao y hasta la Playa de La Arena. 2,7 millones ha costado el último kilómetro de la nueva ruta, que cuenta con un área específica para ciclistas y otra para paseantes. Cada una de un color diferente para que quede claro.
El PTS apela, entre otras, a necesidades medioambientales para plantear la necesidad de conectar las rutas ciclables con estaciones de transporte público, ciudades, polígonos industriales y centros educativos. También incide en la necesidad de mejorar las zonas de aparcamiento y custodia y, sobre todo, la seguridad del ciclista. Ahí emerge la red que quiere conectar toda Bizkaia. El proyecto apuesta por el desarrollo de siete bidegorris troncales de alta capacidad que permitan velocidades «comerciales» de hasta 25 kilómetros por hora por todo el territorio al que ir añadiendo después, con la colaboración de los ayuntamientos, una red secundaria. La línea 1 unirá Etxebarri, el Duranguesado y Arratia; la 2 el Txorierri y la zona de Mungia; la 3 Margen Derecha y Uribe; la 4 Margen Izquierda y Encartaciones; la 5 Urdaibai; la 6 Artibai, y la 7, el eje de todo, será la de Bilbao.
Hace apenas una semana, el diputado de Infraestructuras, Carlos Alzaga, anunció que su equipo se encuentra inmerso en la redacción de una norma foral que permitirá blindar por ley los kilómetros de bidegorris y el nuevo trazado. Y darles un nombre oficial, como a las carreteras. La previsión es que existan cuatro tipos de vías ciclables en función de sus características, seguridad y velocidad máxima autorizada: senda, carril-bici, carril bici protegido o bicipista.
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