La vacuna aplaca los grandes brotes en las residencias y desploma los contagios

Las residencias de Bizkaia comienzan a acercarse al final de la mayor tormenta sanitaria de toda su historia. La vacunación ha frenado en seco la aparición de brotes masivos a pesar de que, en muchos centros, la inmunidad ronda el 52% ya que sólo se les ha administrado la primera dosis. El segundo pinchazo de Pfizer había llegado -el pasado domingo- a 86 de los 154 centros, pero deben transcurrir entre siete y diez días para que despliegue todos sus efectos protectores. Pero es una evidencia que la cifra de contagios se ha desplomado en los últimos días. Hace dos semanas, el 21 de enero, había 356 mayores contagiados en la red. Este jueves, el balance de la Diputación contabilizó 174, menos de la mitad. Es el registro más bajo desde el 12 de diciembre.

No es la única tendencia positiva. Desde el 25 de enero no se ha comunicado ningún brote en el balance que Acción Social envía cada dos días. Hasta entonces, era algo cotidiano. Ese día se hizo público un foco en Santimariñe (Urduliz) con 17 mayores infectados, el 23 uno en San Roke (Markina) con 12 contagiados y dos días antes fue Caser Artxanda con una treintena. Conviene recordar que algunos de esos últimos brotes se han registrado en centros ya vacunados con una dosis, como Calzada (Gernika), Tabira (Durango) o Ercilla (Bilbao). Pero también es muy evidente el efecto positivo de una vacuna que llegó el 27 de diciembre a la primera residencia (Elorrio). Tres semanas después inmunizaron a sus dependientes con la segunda dosis. Desde que transcurrió una semana más, el 27 de enero, sus mayores están inmunizados al 95%. A partir de ese momento, otros centros se han ido sumando a ese nivel de protección.

Las fechas del desplome de los contagios coinciden con la generalización de la vacuna. En la última semana, los contagiados han pasado de 264 a 174. No es que el virus desaparezca por completo -no lo hará- sino que el ritmo de los brotes se ha aplacado y han desaparecido los contagios masivos, como el de Marcelo Gangoiti o Txurdinagabarri, que afectaron a casi todos los internos antes de que llegara el preparado de Pfizer.

Con todo, hay que mantener la precaución. Aitor Pérez Artetxe es el portavoz de Gesca, la principal patronal de las residencias vizcaínas. «La vacunación está siendo un proceso esperanzador para los mayores y sus familias, y para las trabajadoras y las propias entidades, que vemos más cerca la vuelta a la normalidad», valoró. «De continuar así, en las próximas semanas, las residencias van a ser los espacios más seguros ante la pandemia. Los datos que vamos conociendo día a día apuntan en esta dirección, pero no podemos relajar las medidas de protección y seguridad. Nuestro principal objetivo es salvaguardar la vida de las personas que viven y trabajan en las residencias, y no se están escatimando esfuerzos, tanto por parte del personal como de las entidades», aseguró.

La buena tendencia no puede hacer olvidar que la pandemia ha golpeado con dureza en las residencias de Bizkaia. El balance de Acción Social de este jueves certifica tres fallecimientos, y con ellos asciende a 200 la cifra de muertes por Covid en las residencias vizcaínas desde agosto. En la primera oleada, entre marzo y julio, el coronavirus se cobró la vida de 308 dependientes y hay dudas sobre otros 44 casos en un sector con 10.748 camas.

Por desgracia, no ha cesado todavía ese goteo de decesos y no es previsible que lo haga a corto plazo porque hay 94 dependientes en hospitales y centros Covid. En los últimos ocho balances, la cifra de muertes oscila entre 3 y 6. Desde mediados de diciembre sólo hay un informe sin fallecidos, el de la víspera de Nochevieja. Eso sí, hay 3.048 dependientes que se contagiaron y han superado la enfermedad.