
Unicaja 101-84 Bilbao Basket
Hasta que aguantaron las fuerzasJornada 23 ·
El Bilbao Basket despliega un gran baloncesto hasta el final del tercer cuarto y, ya vacío, se queda sin respuesta ante el poderío del UnicajaSecciones
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Unicaja 101-84 Bilbao Basket
Hasta que aguantaron las fuerzasJornada 23 ·
El Bilbao Basket despliega un gran baloncesto hasta el final del tercer cuarto y, ya vacío, se queda sin respuesta ante el poderío del UnicajaHasta que aguantaron las fuerzas, la gasolina, un depósito que se quedó vacío en los segundos finales del tercer cuarto y dejó tirado al Bilbao ... Basket. Un equipo que desplegó un gran baloncesto hasta ese momento, con las ideas claras, físico y acierto, decidido a llevar al límite a un gigante como el Unicaja. Lo hizo durante 30 minutos y cayó desfallecido ante la profundidad de banquillo, recursos y talento de un rival que voló en el período final, justo cuando se deciden los encuentros. Al Surne le ha faltado este sábado energía y claridad en el último cuarto para obrar el milagro en el Martín Carpena. Aún así, los hombres de Jaume Ponsarnau pueden estar bastante satisfechos con su juego antes del choque de ida de los cuartos de final de la FIBA Europe Cup que les enfrentará el miércoles al Legia en Varsovia.
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El partido empezó con retraso porque uno de los relojes de posesión dejó de funcionar. Más de uno se acordó de la suspensión del duelo entre el Surne y el Breogán por este motivo en diciembre de 2021 en Miribilla, donde los visitantes se negaron a jugar con el marcador estropeado. No fue el caso del Carpena, con ambos equipos dispuestos a competir. El 'cubo' se arregló en la segunda parte, en la canasta en la que atacaba el Unicaja. Tras más de media hora espera, el balón voló por los aires. Lo cogió Osetkowski y no lo soltó en todo el primer cuarto. El californiano fue una pesadilla con 13 puntos, imparable en todas sus acciones. Al igual que Killeya-Jones, espléndido en la pintura y aplicado en la fabricación de txapelas marca 'Nueva Jersey'. Da la sensación de que el internacional británico durará menos en el Surne que un caramelo en la puerta de un colegio.
El Unicaja cabalgaba a lomos de un Osetkowski imparable. Ponsarnau tuvo que parar el partido tras una canasta del americano que puso nueve arriba a los locales (21-12). Pero tras un breve período de reflexión y reposo, el Bilbao Basket respondió con un parcial de 0-9 gracias al acierto de Pantzar, Smith y Kullamae. El estonio tuvo minutos de inspiración que le permitieron marcharse al descanso con 12 puntos –acabó con 15– y extraordinarios porcentajes de tiro: tres de tres en lanzamientos de dos y dos de tres en el triple. Los vizcaínos cerraron el período inicial solo dos abajo (25-23). Ante uno de los equipos más físicos de la ACB, con Smith defendiendo en el puesto de dos a Djedovic, quien le saca 12 centímetros y unos cuantos kilos, los hombres de negro daban la talla.
Un triple de Kullamae dio la primera ventaja a los de Ponsarnau (25-26). Duró menos que una bola de nieve en el infierno, pero el Surne no dejaba de enseñar los dientes al ogro verde, que prescindió de Alberto Díaz. El Unicaja tiene más fondo de armario que las Kardashian e Ibon Navarro ponía todas sus torres y jugones en la pista, como Lima, Sima, Carter, Perry, Taylor, Kalinoski... La rotación con De Ridder dio más energía al equipo y el Surne se permitía la licencia de tutear a un rival que solo había perdido uno de sus últimos 18 encuentros en la ACB. Killeya-Jones llegó al descanso con 12 puntos –terminó con 20– y un espectacular seis de siete en tiros de campo. Con los equipos en los vestuarios, el marcador mostraba un sorprendente 42-45. Por contextualizar: los vizcaínos habían anotado más en el primer tiempo que en todo el choque de Miribilla ante los cajistas (43).
Perry saca un diente a Rabaseda
El Surne se puso cuatro arriba nada más salir del vestuario, aunque el Unicaja ya metía muchas más manos en defensa. La intensidad local era infernal, al límite del reglamento, pero los visitantes no se arrugaron. Aguantaban los latigazos locales gracias a Killeya-Jones. Entonces Rabaseda se quedó sin dientes tras un codazo de Perry. La pieza le colgaba de la boca y sus compañeros no podían ni mirar. Les afectó. Hasta hubo que limpiar la sangre del parqué. Unos segundos malos al término del tercer cuarto condenaron a los de negro. Un parcial de 10-1 contando el inicio del período final puso diez arriba a los locales (74-64) y sentenció el choque. Dos triples de Kalinoski, otro de Carter y uno de Kravish fueron letales. Y lo de los tiros libres de los vizcaínos es como para comer cerillas y hacérselo mirar: 10 de 18.
Remaron un poco más los bilbaínos, a falta de fuerzas tiraron del corazón, pero no había nada que hacer. Desde aquel 66-64 al final del tercer cuarto, encajaron un 35-20. Estaban vacíos. Bastaron unos segundos de debilidad para que el milagro se alejara del Carpena. Ahora toca viajar a Polonia, traer un buen resultado y soñar con la presencia en la semifinal de la Europe Cup.
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