Fin de la tendencia alcista

Vimos ayer una primera mitad bastante igualada, con diferencias mínimas en el marcador durante esos 20 minutos. Números muy similares en todos los apartados estadísticos del primer cuarto, aunque ya en el segundo fueron apareciendo algunos datos preocupantes para los intereses del Bilbao Basket. Hasta siete rebotes ofensivos concedieron los bilbaínos en el segundo período, algo que sirvió a los manresanos para mantener su dinámica anotadora pese a sus escasos porcentajes de acierto. Si esto le sumamos las siete pérdidas de balón, por ninguna recuperación, de los visitantes al descanso, podemos entender que los locales lanzaran ocho tiros de campo y cuatro tiros libres más que los de Mumbrú. Demasiadas posesiones adicionales del rival que fueron un lastre para el Bilbao Basket.

Dani Pérez marcó el ritmo de la reanudación tras el descanso. Un pase suyo en alley-hoop para Bako dio inició a un parcial de 11-2 que el propio base catalán lideró con tres triples consecutivos. Pérez, ayer con mucho protagonismo, fue el mejor de los suyos sumando el acierto exterior a su habitual facilidad para repartir asistencias. A partir de ahí, el Bilbao Basket fue siempre a remolque. Con la buena actitud que le caracteriza, eso no se le puede negar, el equipo de Mumbrú no dejó escapar a los locales. Con Rousselle a los mandos fueron poco a poco metiéndose de nuevo en el partido y un último arreón del base francés al comienzo del último período, espoleado por una falta técnica recibida, puso a los suyos a dos puntos de distancia con muchos minutos por jugar. Pero los errores propios condenaron a los bilbaínos. Con dos triples de Maye y Valtonen demasiado liberados y Dani Pérez robando la cartera a Delgado tras un rebote defensivo, los de Mumbrú dieron demasiadas facilidades en los minutos decisivos y dijeron adiós a las posibilidades de sumar en el Nou Congost.