Una temporada en cinco imágenes
Perfil ·
El Bilbao Basket acaba de cerrar un año sin término medio, o volaba alto o se estrellaba, capaz de lo mejor y de lo peor, irregular en su rendimiento pero conquistador de una salvación holgada-
Surne 94 - Covirán 93
Cuarta victoria en las cinco primeras jornadas
El Bilbao Basket abrió la ACB de una forma impecable, con cuatro victorias en las cinco primeras jornadas. El peleado y ajustadísimo triunfo ante el ... Covirán Granada sirvió para que los hombres de negro se dispararan en la clasificación, aunque luego llegó un bajón del que costó salir. Después de imponerse al Andorra, Obradoiro y Murcia, con el habitual paso por la consulta del dentista radicada en el Buesa Arena, los hombres de negro recibieron a los andaluces en un Miribilla con 8.273 asientos ocupados. Los aficionados disfrutaron de un choque vibrante, igualado, incierto hasta los segundos finales y lo celebraron con un marcador favorable. El pabellón se puso de pie para aplaudir y despedir al equipo.
Noticia relacionada
Adiós con derrota y mucho corazón
El Surne solo ganó uno de los cuatro cuartos -el segundo (25-20)- y se llevó el partido. Lo peleó con el alma, reforzado por los resultados anteriores, y lo sacó adelante en un final de infarto. El Granada jugaba entonces con mucha alegría, tenía a Joe Thomasson, buscaba marcadores altos y contaba con mucha potencia de fuego. Luego perdió a su estrella, cayó a plomo y llegó a la última jornada, la de ayer, peleando por la supervivencia. El caso es que el Bilbao Basket mandaba en el marcador con pequeñas ventajas, daba estirones y los nazaríes hacían la goma, resistentes a los cambios de ritmo de los muchachos de Jaume Ponsarnau. A falta de 1'35 para la conclusión del encuentro, los vizcaínos estaban solo uno arriba (86-85).
A mediados de octubre, el Bilbao Basket marchaba quinto a una sola victoria del líder, el Real Madrid
Apareció entonces Adam Smith, lesionado de gravedad desde el partido del Obradoiro, quien recibió una falta de Kramer más allá de los 6,75. No le tembló la mano y metió los tres tiros libres. Entró aire en los pulmones de los hombres de negro, pero se lo sacó de nuevo Cheetham con un triple marca de la casa. 89-88 a falta de 53 segundos para el final. Dio un paso al frente Pantzar con una canasta de dos y la 'mano invisible' aportó otro punto desde la línea de castigo, pero a Felicio acercó al Granada a dos (92-90). Quedaban ocho segundos en los que anotó Kullamae y Thomasson lo hizo sobre la bocina. Los vizcaínos bañaron en sudor su cuarto triunfo en cinco encuentros.
A mediados de octubre, el Bilbao Basket marchaba quinto a una sola victoria del líder, el Real Madrid. Luego llegó la primera de las crisis, pero aquella acumulación de triunfos sirvió para capear el temporal y puso los cimientos de la salvación.
-
Joventut 81 - Surne 78
Aquel triple de Feliz y récord de anotación negativo
Es verdad que el calendario se volvía más duro que un diamante, pero no había indicios significativos como para pensar en que el equipo estaba a las puertas de su primera crisis de la temporada. Después de ganar cuatro de sus cinco primeros partidos, el Bilbao Basket encadenó seis derrotas. Estuvo sin ganar desde el 14 de octubre, día en que tumbó al Granada, hasta el 3 de diciembre, cuando salió del túnel con una meritoria victoria en la cancha del Valencia de Álex Mumbrú. Los vizcaínos perdieron ante Barcelona, Tenerife, Zaragoza -este tortazo fue especialmente doloroso porque el equipo iba 17 arriba mediado el tercer cuarto y acabó 14 abajo-, Real Madrid, Joventut -aquí la tierra se abrió bajo los pies de los bilbaínos con aquel triple de Feliz de 22 metros- y Unicaja.
Fueron momentos difíciles para el Surne, que vio cómo se le escapaban partidos ganados. Uno de ellos fue el del Zaragoza y otro, aún más grave, el del Joventut. Las dos derrotas tuvieron lugar en apenas un par de semanas, lo que agravó el estado anímico y de confianza del equipo. En Badalona, los hombres de negro hicieron un partido extraordinario. Fueron ganando más de media hora por los cuatro minutos de la 'Penya', impusieron su baloncesto, dominaron el juego y el marcador... hasta los últimos 56 segundos finales. Ahí se produjo un cortocircuito de dimensiones bíblicas que les dejó sin luz.
El equipo encadenó seis derrotas y perdió partidos que tenía ganados, como los de Zaragoza y Joventut
El Surne ganaba de siete (69-76) y la gente ya empezaba a desfilar. Los que se fueron se perdieron una remontada increíble. En 56 segundos, el Bilbao Basket tiró por la borda todo el trabajo realizado hasta entonces, que era mucho y bueno. En este período, el equipo encajó 12 puntos y metió tres. Además, permitió que el Joventut cogiera cinco rebotes y diera dos asistencias. Con el empate a 78 y cuatro segundos por delante, Ponsarnau pintó la jugada. Salió perfecta. El balón llegó a Kullamae, más solo que la una, pero falló el tiro. Feliz cogió la bola y sobre la bocina, desde 22 metros, metió el triple de la victoria. El Bilbao Basket quedó tocado por lo ocurrido.
Se vio un par de semanas después en Miribilla, ante el granítico Unicaja, que arrolló al Surne con un contundente 43-67. Fue la peor anotación en la historia de los hombres de negro y la que igualó el marcador más bajo de un equipo local en la Liga Endesa. Fue la sexta derrota consecutiva de los de Ponsarnau, quien hizo reaccionar a los suyos luego con triunfos ante Valencia, Girona y Manresa.
-
Surne 81 - Legia 53
Remontada histórica que valió una semifinal europea
El pasado 13 de marzo, el Bilbao Basket protagonizó una remontada histórica que obligó a más de uno a frotarse los ojos y a pellizcarse para asegurarse de que lo que estaba viendo era real. El equipo se metió en los cuartos de final de la FIBA Europe Cup después dos brillantes fases de grupos -11 victorias y una sola derrota, en la cancha del Gottingen- y se emparejó con el Legia Varsovia. Un cruce exigente, pero nadie se podía imaginar que el Surne regresaría de Polonia con una desventaja de 19 puntos (83-64). Se inmolaron los muchachos de Ponsarnau en un partido para olvidar, pero resucitaron al abrigo de un Miribilla 'on fire'.
Recordaba la FIBA que nadie había logrado remontar 19 puntos en toda la vida del torneo. El récord estaba en el -17 levantado por el Le Portel francés ante el Dinamo Sassari italiano, en la temporada 2017-2018. Pero el Bilbao Basket creía. El vestuario estaba convencido de que podía eliminar a los polacos y meterse en las semifinales. «Tenemos una oportunidad de hacer historia y queremos hacer historia», dijo Tryggvi Hlinason en una entrevista con este periódico. «¿Cómo? Sin parar», dio su receta el gigante islandés. Cuando se completó la hazaña, se acercó a la zona de prensa y gritó: «¡Ya dije que lo íbamos a hacer!».
El equipo regresó conun -19 de Varsovia y en Miribilla, con su público, ganó de 28
El Surne laminó al Legia, incapaz de contener la avalancha que se le vino encima. Ganó los cuatro cuartos y acabó ganando por 28. Nadie se quedó sin anotar, el equipo trabajó como si fuera el último partido de su vida y defendió con piernas, manos y alma. Dio lo que tenía y lo que no tenía, comprometido con la fabricación de un milagro que vino acompañado de un sitio en las semifinales. Los jugadores se mezclaron con el público, chocaron miles de manos -hubo 7.000 espectadores en un miércoles- y dejaron su sello en la Europe Cup.
-
Surne 73 - Chemnitz 98
20 minutos del ciclón alemán que dejó al equipo sin la final
Dos semanas después de la hazaña protagonizada ante el Legia, que conllevó el premio de disputar la cuarta semifinal europea en toda la historia del club, el Bilbao Basket se citó con el Niners Chemnitz, a la postre campeón. El partido de ida era en Miribilla, por lo que tocaba sacar un buen resultado para ir con la mejor renta posible a Alemania. Ocurrió todo lo contrario, un desastre condensado en 20 minutos letales que dejaron sin la final a los hombres de negro. Fueron borrados por el ciclón germano, un bloque potente, físico, duro y rápido que sentenció la eliminatoria en la capital vizcaína. En una segunda parte para olvidar, en la que los de Ponsarnau anotaron apenas 27 puntos por los 57 de los visitantes, el Surne encajó un derrota durísima.
El partido comenzó de fábula, con el equipo zarandeando al Niners y metiéndole una tunda. Todo iba a las mil maravillas, con un primer cuarto cerrado 13 arriba (29-16) y Miribilla soñando a lo grande. La película cambió en el segundo período, con eun Chemnitz al alza, pero al menos los bilbaínos se fueron al descanso por delante en el marcador (46-41). Lo que vino después fue una avalancha que sepultó las esperanzas de alcanzar la final y verse las caras con el Bahcesehir turco. «Nadie ha jugado tan bien esta temporada en Miribilla», dijo Ponsarnau sobre los alemanes y lo recordó varias veces más adelante. Lo que vio aquel día lo asombró, un poderío y acierto que no eran de este mundo.
El Surne perdió el duelo de Miribilla por 25 puntos, pero sacó el orgullo y ganó en Chemnitz por nueve
Tocaba devolver la visita al Chemnitz, un viaje indigesto, pero lejos de dejarse ir, el Bilbao Basket apretó los dientes y los puños, bajó el culo en defensa, sacó su ADN guerrero y tumbó a los Niners en su cancha, algo que nadie había logrado esta temporada. Ganó por nueve (73-82) y se despidió con orgullo, lamentando aquellos 20 minutos de Miribilla.
-
Surne 82 - Baskonia 80
Cuando Kullamae puso de pie a más de 9.000 almas
Hace casi dos meses, a eso de las siete de la tarde del domingo 24 de marzo, Miribilla contuvo la respiración durante un par de segundos y luego estalló de alegría. Vivió un momento de intensa felicidad, casi de catársis, cuando Kristian Kullamae ejecutó al Baskonia con un triple desde su casa de Tallín. El estonio se la jugó a falta de dos segundos y medio para el final del derbi, resuelto con una canasta que merece ser vista en bucle en los canales oficiales de la ACB. «Fue el mejor momento de mi carrera», confesó a este periódico al día siguiente de su hazaña el escolta, quien ató el triunfo desde más de ocho metros.
El Bilbao Basket estuvo por delante 26 minutos por los 7'33 del Baskonia. Aún así, el equipo tuvo que esperar hasta el último suspiro para derribar al vecino con una genialidad del estonio. A nueve segundos del final, después de dos tiros libres convertidos por Miller-McIntyre, Ponsarnau pidió tiempo muerto con el 79-80 en el marador. El técnico del Surne pintó la jugada: Kullamae tenía que penetrar y asociarse con Killeya-Jones. Salió otra cosa. «No pude hacerlo porque Miller-McIntyre defendió muy bien», explicó el escolta. «Busqué el bloqueo directo con Sacha, aunque llegó el cambio (defensivo) y me quedé con Costello. Entonces pensé que tenía que tirar. Sabía que podía hacerlo desde lejos, más allá de la línea de triple. Tengo mano para ello». La bola entró.
El triple del estonio en el último segundo fue uno de los momentos más felices del año en Miribilla
Aquel día hubo 9.586 espectadores en Miribilla. Kullamae les puso de pie. Fue uno de los momentos más felices del año para el equipo y la marea negra, que celebró la victoria número 11 y la salvación virtual. Luego llegó la matemática, justo antes de las lesiones de Smith y Hornsby que castigaron la rotación y los resultados en el tramo final de la liga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión