Prievidza 61-84 Bilbao Basket

Y el Bilbao Basket pisó el acelerador

Los hombres de negro tenían un par de apuntes en su bloc de notas antes de empezar. Bajo el epígrafe uno figuraba la relación de cinco nombres que sostienen el peso del Prievidza –Jackson, Smith, Jordan, Raitanen y Dean– y cuya desactivación, al menos de algunos de ellos, era fundamental para desbrozar el camino hacia la victoria. En el segundo lugar, por aquello de evitar los excesos de confianza, aparecía subrayado en rojo el partido de la semana pasada entre el Zaragoza y el Levice, también eslovaco, que aplastó a una de las plantillas más potentes de la ACB. Los de Porfi Fisac llegaron a ir perdiendo de más de 30 y al final maquillaron el marcador con un -16 (96-80). Así que el Surne conocía las virtudes de su rival y estaba avisado de que ganar sin bajarse del autobús no era una opción.

Pues bien, pese a contar con toda esta información detallada y mascada, los vizcaínos entraron al choque más blandos que una ración de gelatina. Anotaban con cierta facilidad, sobre todo Hlinason y De Ridder, pero en defensa eran incapaces de ser duros e intensos. Era una invitación formal para que gente como Smith y Jackson desfilaran por la alfombra roja extendida por los hombres de negro. No había manera de parar al escolta y al alero americanos, dos máquinas de anotar, encantados con las facilidades ofrecidas por el Surne. Metían desde el perímetro y también en penetración, bien secundados por Jordan y luego Krestinin. Pintaba feo el cuadro esbozado por los muchachos de Ponsarnau, que dio descanso a Ali, quienes después de ponerse seis arriba (7-13) encajaron un parcial de 15-3 que disparó a los locales (22-16).

Un estallido llamado Rubén

Estaba claro que faltaba un poco de todo en el baloncesto de los hombres de negro, desde una mayor dureza defensiva hasta el acierto. El equipo se fue al descanso con un 3 de 14 desde el triple; menos pólvora que un almacén de pirotecnia después de la Nochevieja. Luego lo arreglaron con el 10 de 28 final. Jordan anotó para poner el 29-26, y a partir de ahí los hombres de negro por fin comprendieron que el Prievidza tenía poco que ver con los amigos del Balkan y Kutaisi. Bajaron al barro, se mancharon las manos, descendieron a la mina y comenzaron a picar piedra. De Ridder, Marvin Jones y Pantzar tiraron del carro y lo sacaron adelante, y Rubén Domínguez se disfrazó de killer para terminar como el máximo artillero del encuentro. Una serie de 4-16 mandó a los vizcaínos al descanso nueve arriba (33-42). Fue el primer zarpazo de los visitantes.

No funcionaban Kullamae y Dragic, con la puntería desviada, por lo que Pantzar decidió echar más migas de pan y guiar al equipo. Fue el principal argumento ofensivo del Surne en el tercer cuarto con nueve puntos –cerró el choque con 14, cuatro rebotes, dos asistencias y 17 de valoración– y entregó el testigo al joven Domínguez. El Prievidza quiso avanzar a golpe de riñón y se colocó a seis (40-46), pero el Bilbao Basket ya estaba en velocidad de crucero y sin mirar atrás.

Llegó diez arriba a los últimos diez minutos del duelo (48-58) con los eslovacos fundidos y sus americanos más secos que el desierto de Atacama. De hecho, Smith, quien se fue al descanso con 13 puntos, no volvió a anotar y Jordan hizo seis para parar en 17.Entonces empezó el 'show Domínguez', quien escupía veneno. Abrió el último cuatro con ocho puntos seguidos y poco a poco la diferencia fue creciendo hasta dejar al Surne 23 arriba. El pase a la siguiente ronda solo es cuestión de tiempo.