«A ver qué podemos hacer sin las alas de la afición»
El técnico cree que a su equipo le faltan «un par de semanas» para estar a gusto y no ve el día en que el infierno de Miribilla vuelva a ser real
Un entrenador nunca está satisfecho con nada. Va en el oficio. Álex Mumbrú no es una excepción, pero se desmarca al saber dar valor a ... lo que tiene. Pisa sobre tierra firme, teme que no haya posado lo suficiente la fantástica pasada campaña y desea que empiece ya la fiesta. Habría necesitado más tiempo para componer un bloque que cojeó cuando ya casi no se esperaba con las bajas de Lammers y Sulejmanovic. También él tuvo la opción de rentabilizar su gran año poniendo rumbo a Lituania, pero es un tipo comprometido con la causa de Miribilla, lo que no le impedirá volar cuando crea que le ha llegado el momento. Enemigo de las comparaciones, tiene la certeza de que el sábado en el Gran Canaria Arena el RETAbet competirá en una Liga Endesa que, a su juicio, bajará el listón de las sorpresas.
- Es la semana del agobio, cuando parece que falta de todo para estrenar el curso.
- Es un año especial, difícil para todo el mundo. Esto del coronavirus nos deja una incertidumbre tremenda, nunca se ha empezado una liga ACB sin público. Hay que ver cómo somos capaces de gestionar Miribilla sin aficionados por lo importante que es para nosotros. Tenemos los nervios típicos del inicio de temporada. Se mezclan con ilusión, ganas y la certeza de que tenemos que estar bien en cuatro días porque ya empieza lo bueno.
- ¿Llega el equipo más justito de lo que desearía?
- Tenemos una cosa buena y una mala. La buena es que vamos a salir a jugar, cosa que no sabíamos si iba a ser posible. La mala es que hasta nosotros mismos tenemos el recuerdo de cómo acabamos jugando el año pasado y quizá eso nos pueda hacer daño. Debemos saber quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestro camino. El año pasado fue excepcional. Lo normal no es eso. Sí lo es ser un equipo aguerrido, que luche de la tabla para abajo porque nuestro presupuesto así lo dice, que tenga los pies en el suelo para intentar competir contra todos.
- Las comparaciones, siendo injustas, serán inevitables.
- Les deseo lo mejor a todos los jugadores que estuvieron el año pasado aquí y algunos han dado un salto muy importante hasta equipos de Euroliga. Somos un equipo totalmente diferente. Las virtudes y defectos iremos mostrándolos cada partido y entrenamiento. Las comparaciones y las perspectivas altas no son buenas. Nuestra fórmula es la del trabajo porque el talento sin trabajo no conduce a nada. Queremos ser un buen grupo.
«El año pasado fue excepcional, lo normal no es eso. Las expectativas altas no son buenas»
comparaciones
- Vienen de un verano con muchas pequeñas incidencias.
- No somos de poner excusas pero es una realidad que esta pretemporada hemos sido incapaces de entrenar todos juntos, ya no jugar, nunca hemos ni entrenado. Es un problema porque sucede cuando estás construyendo el equipo y las bajas en los entrenos te limitan. Damos las gracias a nuestra cantera porque Miguel, Iñigo, Nahuel y Diego nos han ayudado, pero no es lo mismo.
- ¿Cree que el equipo ha podido generar dudas en la pretemporada en un público que al no poder ver los partidos tira de estadísticas y resultados?
- Hemos estado creando el equipo, construyéndolo, que todo el mundo entienda lo que debe hacer. La única manera de ver y pulir los fallos es que todos tengan minutos, aporten y vean cómo queremos funcionar. Más que en los resultados yo me fijo en cómo juega el equipo al baloncesto. Si lo hace bien tienes más opciones de ganar. Y está el condicionante de jugar a puerta cerrada. El equipo que sea capaz de entender que se juega sin público se llevará un plus. Tenemos gente nueva que lleva siete meses sin competir, con un confinamiento. Nuestro juego va a tardar más de lo habitual en salir, es lógico. Creo que afectará a todos.
- ¿Prevé una Liga Endesa muy distinta?
- Creo que va a haber pocas sorpresas. Si cogemos a Baskonia, Barça o Madrid, jugar contra ellos en tu casa ante diez mil personas dándote ánimos no es lo mismo que hacerlo a puerta cerrada. Siempre destacamos la importancia que tiene el efecto Miribilla, como para equipos con otras pistas calientes como Obradoiro o Manresa donde el público siempre peta. Sin las alas que te da la afición vamos a ver cómo somos capaces de sobreponernos a ello.
- La clase media-baja se nutre ya de tres cuartas partes de las franquicias.
- Por eso será muy importante cómo controlemos las emociones. Si un jugador hace un mate en casa y la gente explota con él, coge alas. ¿Ahora?...
- Todo el banquillo deberá aportar también en el aspecto ambiental, que les escuchen sus compañeros en la cancha.
- Es importante y lo hemos hablado. Debemos estar más unidos y ser más equipo que nunca porque vamos a estar solos. La única voz que escucharemos será la nuestra, por lo que los mensajes solo pueden ser positivos, en los buenos y malos momentos.
«Debemos ser más equipo que nunca; estamos solos y las únicas voces serán las nuestras»
sin público
La química no se fuerza
- A la espera de lo que pueda suceder con el aforo, el calendario juega un papel importante.
- Cierto. Y lo tenemos muy exigente al principio. Contra el Real Madrid, por ejemplo, no podremos contar con nuestro público en la sexta jornada.
- Hace un año cerró la preparación estival sabedor de que había una gran química en el grupo. ¿Se repite esa sensación?
- Hemos optado por no hacer una salida por el coronavirus, pero creo que es bueno hacerlo durante cuatro o cinco días. La química se genera sin querer, no la puedes forzar. Noto que tenemos buena gente, algo en lo que nos fijamos junto a Rafa Pueyo porque fichamos jugadores y personas. Pero eso no garantiza que haya química. Los resultados, además, ayudan. Tendremos que gestionar muchas cosas.
- Han fichado rápido y casi todo lo que podían permitirse.
- Hemos buscado más físico porque lo necesitamos para aguantar dos partidos por semana. Hemos fichado a los mejores a los que podíamos llegar. Estoy contento con la plantilla y falta demostrarlo en la pista con las virtudes de cada uno y ver cómo las aportan al equipo.
- Los nuevos le siguen dando mucha importancia al exjugador Mumbrú.
- Ese respeto lo pierdes en un mes si no te lo ganas a diario con trabajo. Pero ya no soy nadie, soy el entrenador y tengo que sacarles lo que pueden hacer para que el equipo gane. Y la gente quizá no se acuerda pero al principio del año pasado nos costó. Las cosas no salen desde el minuto uno. Hay que tener tranquilidad y paciencia, y saber el timing del equipo. Nos faltan un par de semanas para sentirnos a gusto a la hora de jugar.
- Su línea más exterior rezuma polivalencia.
- Buscamos un complemento de todo, que estén compensados, que lo que te da un jugador el otro aporte casi lo opuesto en la misma posición. Buscamos variedad, que puedan hacer una o o dos posiciones y dentro de un presupuesto muy humilde.
- Y mucha capacidad de anotación.
- Habrá que demostrarla. Muchas veces esa capacidad se demuestra cuando el equipo genera ventajas para que esos jugadores anoten.
- Zyskowski-Reyes es quizá la pareja de demarcación más distanciada sobre el papel.
- Tenemos que mirar a la LEB porque hace dos años estábamos allí. Ha sido todo demasiado rápido. Pero creemos en el trabajo y no pensamos si un jugador es de una categoría u otra. Deben demostrar en la pista su categoría y que están preparados para jugar en esta liga.
- Tenía el roster completo y tuvo dos bajas de última hora.
- Teníamos la plantilla cerrada y fueron a por Ben. Volvimos a cerrarla y se nos fue Sulejmanovic. Fueron dos movimientos que no esperábamos, quizá algo el de Lammers. Pero el baloncesto es así. Tienes un buen año y hay equipos que se fijan en tus jugadores. Nos encantaría poder retener a los que llegan aquí sin nombre y se lo damos. Pero llegamos hasta donde llegamos. El club tiene muy claro hasta dónde podemos llegar para que no suceda como antaño y volvernos locos.
- ¿Qué le pide a la marea negra, dadas las circunstancias?
- Que en el momento que abran esto lo revienten otra vez y que la gente sienta que ha vuelto al infierno de Miribilla.
- ¿Podría darse una deserción con la peor combinación posible, malos resultados y partidos sin público?
- Ojalá que no. Entiendo que podría entrar el desánimo, pero así también se darían cuenta de lo importantes que son para nosotros. Nunca nos han dejado solos, ni en la LEB, y dudo que ahora pase.
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