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«Llámame en un hora, acabamos de llegar a Vilnius». Siempre disponible, como el resto del elenco de los hombres de negro. Ondrej Balvin vivió ... uno de los viajes más placenteros este lunes camino del reencuentro con sus compañeros de la selección checa. En su mente seguían asomando en bucle los momentos estelares de su memorable liderazgo dominical en Sevilla para firmar la segunda victoria del RETAbet. «Nos da mucha vida», dice. Y a él le procura su mejor partido profesional, cincelado además como récord para la historia del Bilbao Basket.
– ¿Con qué se queda de su gran partido?
– Con nuestra actitud. En la situación que estábamos fuimos capaces de tirar del equipo y jugar juntos. Tuvimos 23 asistencias y eso dice que jugamos bien como equipo. Fue la clave para ganar. Son situaciones complicadas. Pierdes, te faltan jugadores, llevas días sin entrenar, son cosas que o te hunden o te unen. A nosotros nos ha unido como equipo, sin duda.
– ¿Cómo de preocupada veía la situación con una solitaria victoria en once partidos?
– Si no ganas, si se te escapan partidos en los finales, como con Bamberg y Murcia, te aportan ansiedad. Pero la hemos sabido afrontar en Sevilla.
– El club les ha aportado tranquilidad y confianza en lugar de alarmas encendidas.
– ¿Qué crees que pueda hacer la directiva o el propio Álex si seguimos perdiendo? Si das pasos en falso destruyes el equipo y conviertes a los jugadores en soldados. Si quieres tener un grupo unido, que se respeta, que tiran unos de otros, para eso necesitas un club que confíe en el trabajo que estás haciendo. Ylo tenemos. Bilbao con su situación económica tiene claro lo que ficha, confía en ellos y sabe que con tiempo las cosas pueden salir muy bien.
– Aunque improcedentes, no han faltado las comparaciones con el año pasado.
– Quizá ha podido suponer presión para algún jugador nuevo que no lo había vivido. Lo del año pasado fue como una lotería que nos tocó, espectacular. Este año estaba claro que iba a ser completamente diferente. Es muy difícil encontrar la calidad y unión de los jugadores que estábamos el año pasado en el mercado actual. Rafa (Pueyo) y Álex (Mumbrú) intentan conseguir lo mejor posible en el mercado. Con Jones a lo mejor la cosa no fue bien y ahora podemos mejorar con Huskic. Aaron es un jugador de calidad al que quizá no le ha venido bien el estilo de la ACB.
– ¿Sus pálpitos fueron muy distintos?
– Si te digo la verdad, el año pasado sí que pensé que nos iba a costar. Cuando llegué del Mundial y había aún jugadores que estaban ayudando a entrenar al equipo pensé, ¡hostia, en qué lío me han metido! Pero en cuanto empecé a entrenar y conocer más a los chicos vi que era otro rollo. Y este año no tenía malas sensaciones. Mi experiencia me dice que la pretemporada no refleja la temporada real. Ojalá hubiéramos arrancado mejor, claro.
– ¿Se confirma la validez de la propuesta de Mumbrú?
– Álex convivió como jugador con los mejores jugadores y entrenadores que ha habido en España. Algo que me gusta mucho de él es que ficha no solo a un jugador por su fortaleza sino por cómo es. Sabe hacer llegar su filosofía y en cuanto el jugador la asimila hace que el equipo sea otro completamente distinto.
– Parece en segundo plano, pero la marea negra está muy presente en su día a día.
– El de la marea negra es el gesto más noble. Saben que renovar el abono no sirve para mucho en lo referente a que siguen sin poder ir a vernos, pero demuestran la lealtad, que están hambrientos de ver basket y hacer crecer el proyecto. Nos quedamos con lo mucho que hicimos disfrutar a nuestra gente viniendo de años tan duros para el club con jugadores que crecieron desde LEBOro y con Álex convertido en entrenador subiendo al equipo a la ACB. Son cosas que enamoran y señalan al deseo y objetivo de volver a poner a este equipo en los puestos de arriba. Obviamente con mucha calma porque sigue habiendo una deuda que pagar. La química entre equipo y afición es de las mejores de la Liga.
– ¿Con público se habrían amarrado más victorias?
– Sin duda. No hemos empezado bien y ya hubo quien se apresuró a decir que este equipo va a la LEB. Pero tenemos miles de aficionados por detrás animándonos, escribiendo mensajes de apoyo. Sabemos que la situación es muy complicada porque no tenemos las 9.000 personas del año pasado enloqueciendo con nosotros cuando ganábamos a los equipos de Euroliga, lo que hizo que fuera casi imposible que perdiéramos en casa.
– ¿Cómo se le queda a uno el cuerpo tras hacer de héroe?
– Fue un partido especial porque estuve seis años en Sevilla. Te motivas mucho, quieres jugar bien y ya me pasó antes de motivarme en exceso y que no me salieran las cosas. Y como estábamos sin entrenar toda la semana solo quería asegurarme de que el equipo se sintiera bien. En la primera parte intenté distribuir y ayudar y con Arnold (Kulboka) metiendo fue más sencillo. En la segunda parte el equipo me buscó más dentro y devolví la confianza.
– El bloque funcionó como tal.
– Como equipo nuevo que somos a veces nos cuesta aún entendernos. Álex nos dice que en la pista en muchos momentos no parecemos un equipo y hay que cambiarlo porque haciéndolo podremos ganar partidos. Si todos asumimos nuestro trabajo y que un día puede destacar uno u otro nos favorecemos. En Sevilla para mí la pieza más importante fue Jaylon (Brown). Estadísticamente no fue un partido impresionante, pero su trabajo en defensa ante Feldeine, asumiendo el puesto de base, siempre estuvo a disposición del equipo, también cuando la ansiedad le evitó anotar algunos tiros.
– Huskic es un pívot-base en pista. Crecerán con él.
– La ACB es una de las ligas en las que más se entiende de baloncesto. Goran tiene una calidad de pasador increíble. Explota sus virtudes y si el equipo sabe aprovecharlo las cosas salen solas.
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