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josé manuel cortizas
Viernes, 5 de agosto 2016, 17:55
Todo parece estar atado, cerrado. Pero el Bilbao Basket ha escarmentado a base de disgustos y no quiere meterse en jaleos anunciando prematuramente sus movimientos. Tras las últimas conversaciones, que datan del sábado, cree que podrá rematar su plantilla con la llegada del pívot Michael Eric. Los agentes del cinco nigeriano han dado el visto bueno tras acabar de perfilarse la operación y esperan que el jugador devuelva firmado el contrato que le convertirá en hombre de negro.
Nacido hace 28 años en Laos, su camino hacia el baloncesto fue realmente atípico. Su padre era entrenador de fútbol, deporte que acaparó sus primeras inquietudes. No llevaba camino de destacar por su altura hasta que en un tirón creció trece centímetros en poco más de un año. Con 16 años fue a Estados Unidos a visitar a un hermano que vivía en Delaware y le gustó tanto lo que vio que se hizo fuerte ante la familia en su decisión de no regresar y arrancar allí su nuevo proyecto de vida. Eric ya destacaba por su tamaño y su primer contacto con el mundo de la canasta le convenció.
Dotado de un sentido atlético notable, no tardó en hacerse ver en su etapa colegial en Caesar Rodney y en la universitaria en Pennsylvania. En plena fase de evolución tras su tardío inicio en el baloncesto ya promediaba 16 puntos, 15 rebotes y 8 tapones por encuentro. Su sueño se centró en ser drafteado, sin suerte. Pero nunca desesperó y concentró sus esfuerzos en darlo todo en las ligas de verano de la NBA en las que es un clásico. Ha militado en las franquicias de Cleveland, Philadelphia, Golden State, Milwaukee y Washington, pero su techo se ha limitado a papeles destacados en la NBDL (filiales NBA) con Canton Charge y Texas Legends. De hecho fue nominado All Star e integrante del mejor equipo defensivo de la competición.
Probó fortuna fuera de Estados Unidos, en Grecia, protagonizando un curioso caso. Debutó con el Panelefsiniakos y al día siguiente fue reclutado, previo pago por su salida, por el Brindisi, que recurrió a Eric ante la baja por lesión de Cedric Simmons. A caballo entre la Liga de Desarrollo y el escarceo europeo, su última parada data de un contrato temporal con el AEK de Atenas, al que ayudó en los play-off de la competición helena. La pasada semana volvía a intentarlo en la Summer League de Las Vegas con los Wizards.
Mide 210 centímetros para 109 kilos de peso. Su rol es el de un pívot contundente, con buen timing en los movimientos en la pintura, decidido en el uno contra uno y con recursos para jugar de espalda al aro. En lo que se conoce de su historial médico sólo figura un apunte de gravedad cuando en 2011 sufrió una fractura que afectó a su rótula derecha. No hay referencias a secuelas y Michael Eric ha seguido con su carrera deportiva sin contratiempo alguno. En su época universitaria coincidió con Lobito Fernández en Temple, jugador que visitó Miribilla en las filas del Dinamo Sassari y se enfrentó a Euskadi en la gira que los de Pablo Laso realizaron por Argentina hace cinco años.
Si se confirma la contratación, Carles Duran dará por cerrada su plantilla profesional, formada por Tabu, Salgado, Borg; Lapornik, Bamforth; Mumbrú, Todorovic; Mendia, Hervelle, Nikolic; Buva y Eric.
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