Se notaron las seis ausencias
Volvió a la competición el Bilbao Basket en una cancha muy complicada ante un Baskonia con aires renovados con la llegada de Spahija. Hakanson, Luz, ... Goudelock, Rigo, Galán y Miniotas. Hasta seis componentes de la plantilla original del Bilbao Basket ayer no se sentaron en el banquillo bilbaíno, síntoma de las dificultades por las que está pasando el cuerpo técnico liderado por Mumbrú para armar una rotación en condiciones, con muchos recién llegados que ir acoplando a los sistemas de juego. Se notaron ayer estas carencias, pero también vimos a un Khyri Thomas que se destapó como un arma ofensiva de muchos quilates que sin duda puede ser de gran ayuda para el equipo.
Pérdidas
Comenzó bien el partido para el Bilbao Basket. Thomas, en su estreno, acertando desde la línea de tres puntos y Delgado dominando bajo los aros dieron buenas sensaciones en un primer cuarto de mucho ritmo y no tanto acierto. Los dos triples con los que el Baskonia cerró los primeros diez minutos, el segundo de Costello desde su campo, y la jugada de tres puntos de Fontecchio que inauguró el segundo periodo abrieron las primeras distancias reseñables en el marcador. Con los bilbaínos sufriendo por primera vez en el partido, llegó la lesión en la muñeca de Rousselle que terminó por destrozar la rotación de Mumbrú, ayer más corta que nunca. Inglish y Thomas intentaron sostener al Bilbao Basket, pero los tres triples de Kurucs y los cuatro tiros de dos puntos de Baldwin, sin fallo los dos, terminaron con la resistencia de los bilbaínos, que se fueron hasta los 50 puntos encajados al descanso. Con Peno, recién llegado, como único base puro de la primera plantilla, la fluidez en ataque se resintió sobremanera y las ocho pérdidas de balón del Bilbao Basket en el segundo periodo, muchas con canastas fáciles del Baskonia como consecuencia, son buena muestra de ello.
Desgaste
Tras recuperar el resuello en el vestuario, los de Mumbrú volvieron a dar buenas sensaciones, llevándose el tercer periodo por 21-26 y con Thomas de nuevo como máximo exponente ofensivo, esta vez secundado por Bigote. Pero un Baldwin especialmente acertado y el ritmo del Baskonia fueron desgastando a un Bilbao Basket que llegó al tramo final del partido con el depósito en reserva. Pese a la derrota, el equipo bilbaíno dio la cara y no bajó los brazos ante unas circunstancias tan adversas y un rival físicamente superior.
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