Nikola Radicevic: «Soy un jugador de equipo, no de estadísticas»
El nuevo base del Surne expresa su «felicidad» por vestir de negro y jura que aceptó la oferta al día siguiente de recibirla
Nikola Radicevic no tardó nada en comprometerse con el Surne. Al día siguiente de recibir la oferta dio luz verde a sus agentes para cerrar ... la operación, firmar el contrato y convertirse en el nuevo hombre de negro. «No me lo pensé ni un momento. He jugado mucho contra el Bilbao Basket, en Miribilla, donde el ambiente es increíble. Tenía ganas de volver a la mejor liga de Europa». El base serbio atiende a EL CORREO pocas horas después de oficializar su mudanza a la capital vizcaína. Conoce las entrañas del 'infierno' porque defendió los colores del desaparecido Cajasol, Betis, Gran Canaria y UCAM Murcia, además de acumular experiencia en su país (Estrella Roja), Italia (Dolomiti), Grecia (Promitheas) y Lituania (Lietkabelis). «Estoy feliz», resume cuando se le pregunta por su llegada a Bilbao.
El base de Cacak, ciudad en la que nació también una leyenda como Zeljko Obradovic, contesta desde Sevilla. «Es mi segunda casa». Está allí para asistir este fin de semana a la boda de un amigo. Hizo muchos durante su estancia en la capital andaluza, donde aterrizó recién cumplida la mayoría de edad. Dejó la cantera del Partizan y se puso a las órdenes de un grande como Aíto García Reneses. «Me vine a España por él», aclara. Y fue allí, con la camiseta del Cajasol y del Baloncesto Sevilla, donde coincidió con Ludde Hakanson, Tomeu Rigo y Ondrej Balvin, ahora grandes embajadores del Bilbao Basket. «Todo lo que me han dicho del club y de la ciudad ha sido inmejorable, bonito. No dudé ni un segundo», revela.
«Me gusta ayudar a todos, ser la mano del entrenador en la cancha. Hago la vida más fácil al equipo»
Más allá de las buenas referencias de sus amigos, Radicevic dio el sí al Bilbao Basket por la «conversación mantenida con el entrenador» -Jaume Ponsarnau-, la gente del club y su deseo de retornar a la ACB. «Me dijeron lo que quieren de mí. Me explicaron que me ven bien con Hakanson en el puesto de base y hasta que podríamos coincidir los dos en la cancha. Jugaré en la mejor liga de Europa y encima tendré un rol importante», resume el serbio. Un hombre que viene de hacer un buen año con el Lietkabelis, equipo en el que ha promediado 8,6 puntos y 3,8 asistencias en el campeonato doméstico, mientras que en la Eurocup tuvo una media de 6,8 puntos y 4,1 asistencias por partido.
Un base «de los de antes»
No le gusta hablar de sí mismo, pero Radicevic hace una pequeña radiografía de su baloncesto. «Soy un jugador de equipo, no de estadísticas. No soy egoísta porque me gusta que todo el mundo disfrute. Quiero ser la mano del entrenador en la pista. Soy un base de los de antes, un clásico. Me encanta hacer la vida más fácil a mis compañeros, y luego estoy yo. No me importan nada los números individuales». Moldeado por Aíto, Pedro Martínez y Luis Casimiro, «grandes maestros», el balcánico solo piensa en cómo ayudar al Bilbao Basket.
Todavía no quiere hablar de objetivos porque el equipo está en proceso de construcción y «no hemos tenido reuniones», aunque constata que conjugar la ACB y la Champions será una «tarea exigente». No le asusta, y menos si tiene de aliado a Miribilla. «Cuando venía como rival ya sabía lo que había: mucha gente y mucho ambiente. Estoy deseando estar con la afición. Soy balcánico, me encanta el ruido. Y ellos -la marea negra- nos darán energía positiva y nos harán rendir por encima de nuestras posibilidades».
El número
10equipos ha tenido Radicevic a sus 28 años. El Surne es el 11º
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