Miribilla, una buena plaza en la que aterrizar
El técnico que llegue encontrará un club en el que el compromiso y el esfuerzo se recompensan con la estabilidad y la posibilidad de crecer profesionalmente
La primera y mayor incógnita sobre el futuro del Bilbao Basket se desveló el lunes. Alex Mumbrú deja el banquillo de Miribilla en busca de ... nuevos retos profesionales tras cuatro temporadas al mando de la nave bilbaína. Antes, durante sus nueve temporadas vestido de corto en ese mismo pabellón, vivió todos los escenarios por los que ha pasado el club. Desde rozar la gloria con los dedos en una final de liga que tuvo como premio disputar la competición continental más importante, hasta el infierno del descenso a la LEB en su despedida como jugador. El Bilbao Basket, y Mumbrú con él, ha pasado en estas últimas trece temporadas por todos los estados anímicos posibles, siendo el alero y entrenador catalán el denominador común de todos ellos. Se marcha, por tanto, un referente que ha dejado huella en la corta pero intensa historia de este club. Y lo hace de la mejor manera posible y tras una muy buena temporada en lo deportivo.
No es muy habitual en el baloncesto moderno, ni en ningún otro deporte de alto nivel, una vinculación tan larga de un profesional con la misma entidad. Y es precisamente esta circunstancia la que pone en valor la relación forjada entre Mumbrú, el club del que ha formado parte hasta anteayer y la ciudad que les ha acogido a él y a su familia durante estos trece años últimos años. Este Bilbao Basket no podrá seguramente ofrecer contratos muy elevados a la hora de negociar con las agencias de representación de entrenadores y jugadores por sus conocidas restricciones presupuestarias, pero lo que está claro es que es una buena plaza en la que aterrizar ya que se trabaja con seriedad, en donde el compromiso y el esfuerzo se recompensan con cierta estabilidad y la posibilidad de crecer profesionalmente es un valor añadido al que todos podemos poner cara con ejemplos muy recientes.
Todo llega a su fin y, aunque su camiseta seguirá colgada del techo de Miribilla y la afición bilbaína le recordará con enorme cariño, Mumbrú ya es historia del Bilbao Basket. Toca despedirle con honores y pensar de inmediato en la nueva etapa que se abre tras su salida. A la más que probable gran renovación de la plantilla habrá ahora que añadir la del inquilino principal del banquillo bilbaíno. Veremos qué perfil se busca para el sustituto de Mumbrú. Veterano o joven, conocedor de la liga o novato en la competición, habrá que confiar en la dirección deportiva del club para la compleja labor de elegir al entrenador del próximo curso. Sin duda, una decisión fundamental y de la que dependerá en buena medida la suerte del equipo.
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