Intensidad en defensa y referencia ofensiva
La asistencia ·
Sigue de dulce el Bilbao Basket. Tocaba repetir victoria como visitante y los de Mumbrú fueron capaces de lograrlo ante el Betis. Pese a que ... la visita al colista parecía propicia para seguir con la buena racha, una mala primera mitad puso complicado el objetivo. Por suerte para los bilbaínos, el cambio radical del equipo tras el descanso mostró su mejor cara, más parecida a la de las últimas jornadas, y sirvió para firmar la octava victoria asegurando la posición del equipo en la parte media de la clasificación.
Pérdidas
Llegó el Bilbao Basket a Sevilla con la baja de Goudelock y con Walker como nuevo integrante en su rotación, ayer todavía con presencia testimonial. La puesta en escena de los bilbaínos fue bastante poco afortunada, con las pérdidas de balón como el mayor lastre en su juego. Los locales agradecieron las facilidades y tomaron el mando en el marcador desde el inicio, con los de Mumbrú siempre a remolque. Pese a su escaso acierto exterior, solo un triple de ocho intentos al descanso, el Bilbao Basket pudo ir capeando el temporal, pero su empecinamiento en seguir regalando el balón al rival, 10 pérdidas en catorce minutos, dio alas a un Betis que consiguió irse al descanso con diez puntos de ventaja. Bertans y Evans lideraban en ataque a un Betis que, sin hacer un gran despliegue de acierto, aprovechó el despiste generalizado de los jugadores visitantes.
Vendaval
El descanso permitió al Bilbao Basket tomar aire y aclarar sus ideas, dando como resultado un cambio radical en su comportamiento sobre la cancha. La actitud y la intensidad defensiva del equipo subió muchos enteros y por fin apareció una referencia ofensiva que lideró el ataque bilbaíno.
Hakanson fue una pesadilla para la defensa local durante un tercer cuarto de ensueño. El sueco firmó 13 puntos sin fallo que contribuyeron enormemente a los grandes porcentajes de acierto del equipo vizcaíno en su visita a Sevilla. Fueron diez minutos de vendaval bilbaíno, con un parcial de 14-33 que dejó muy tocados a los locales. A partir de ahí, el Betis apostó todas sus opciones al acierto de Evans, pero el base norteamericano, demasiado individualista y escaso de acierto, no fue capaz de generar el juego necesario para superar a la defensa bilbaína. La solidez de los de Mumbrú no dejó un resquicio a la esperanza de los béticos, que vieron cómo el Bilbao Basket manejó los últimos minutos con suficiencia y sin temer por la victoria.
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