Sin historia

Sorprendió el Bilbao Basket en su puesta en escena. Con mucho más ritmo que los visitantes, los de Mumbrú aprovecharon algunos despistes defensivos de su rival para firmar un esperanzador 10-3. El desconcierto inicial del Baskonia terminó pronto y buena culpa de ello hay que buscarla en la entrada a la cancha de Granger y Enoch. Con ellos sobre la pista, y ambos equipos con sus segundas unidades en juego, los vitorianos empezaron a imponer su ritmo, algo que ya no dejarían de hacer. Granger anotaba y asistía con suma facilidad, mientras en el otro lado de la cancha la alta intensidad de los visitantes se le atragantaba a un Bilbao Basket incapaz de igualar el nivel físico de su rival. Un triple de Goudelock fue el único rendimiento ofensivo de los de Mumbrú en los primeros seis minutos y medio del segundo cuarto, tiempo que aprovechó el Baskonia para abrir la brecha definitiva.

La segunda mitad podría resumirse tirando de símiles pugilísticos. El Bilbao Basket parecía ese boxeador que pese a estar medio grogui sigue intentando lanzar algún puñetazo que otro mientras intenta mantenerse en pie. En cambio, el Baskonia, sin un solo rasguño, buscaba impactar una y otra vez en la cabeza de su rival sin bajar el ritmo de sus golpes. Costello se sumó a una fiesta en la que anteriormente también Fontecchio quiso dejar su huella y la diferencia en el marcador iba alcanzando números de escándalo. En lado local faltaron manos en ataque y en defensa. Los grandes porcentajes de acierto del Baskonia en los tres primeros cuartos dejan bien claro que la defensa bilbaína no pudo contener en ningún momento el vendaval visitante. Y en la parcela ofensiva solo Goudelock, Delgado y Withey fueron capaces de anotar más de una canasta en juego en esos treinta primeros minutos. Pocos recursos para intentar superar a un rival mucho más acertado e intenso y que no levantó el pie del acelerador hasta encontrarse fuera del alcance del Bilbao Basket.