La fragilidad defensiva condena al Bilbao Basket
Llegó la primera derrota del curso para el Surne Bilbao Basket. No se puede poner ningún pero al comienzo de temporada de los de Ponsarnau, ... con un balance de 3-1 en la liga, pero lo cierto es que la manera en la que se fraguó la derrota de ayer quizá no entraba en los planes de nadie, habida cuenta del rendimiento que el equipo había dado en jornadas anteriores. Los bilbaínos se mostraron muy frágiles en defensa y se vieron totalmente superados por el juego alegre y efectivo de un recién ascendido Granada, revelación de este inicio de liga.
Defensa
No hay más que echar un vistazo al marcador final del partido para intuir cuál fue el mayor problema del Bilbao Basket en el partido de ayer. Recibiendo casi 100 puntos siempre es una tarea complicada sacar los partidos adelante. Y ayer el equipo de Ponsarnau no fue capaz en ningún momento de detener la sangría constante de puntos recibidos. Los grandes porcentajes de acierto de los nazaríes y su velocidad de juego, de la que sacaron partido en numerosos contraataques, fueron los pilares en los que los locales asentaron una victoria muy cómoda que les sitúa en una posición de lujo en la clasificación y que seguramente pocos esperaban en la capital granadina. El último cuarto casi sobró, pero en los treinta minutos anteriores el Bilbao Basket encajó más puntos que en cualquiera de las tres victorias anteriores, señal inequívoca de que algo no funcionó ayer.
Espejismo
Pese a que las sensaciones no eran las mejores, un parcial de 2-10 antes del descanso sirvió para minimizar daños tras una primera parte dominada claramente por los locales. Withey y algún ramalazo de Andersson sostuvieron en ataque a un Bilbao Basket al que le costaba horrores seguir el ritmo anotador de los locales. Las cosas siguieron mejorando tras el paso por los vestuarios, llegando los de Ponsarnau a ponerse efímeramente por delante con el 56-58. Fueron los mejores minutos de los visitantes y las esperanzas de ver de nuevo a ese equipo aguerrido que no da un partido por partido aparecían en el horizonte. Pero fue un espejismo, porque del mismo modo que vinieron, esas buenas sensaciones desaparecieron en forma de un 22-5 de parcial que dinamitó el encuentro.
El apagón total en ataque y la vuelta a las andadas en defensa alimentaron una tormenta perfecta que desarboló totalmente a los bilbaínos y decidió el partido con muchos minutos por delante.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión