Los deberes para hoy pasan por no bajar nunca la guardia

Aunque el pasado no deja de responder a una secuencia de recuerdos, han sido mucho menos los gratos cada vez que se viajó a este escenario. Sólo tres victorias que se cuentan casi ya con acento de abuelo Cebolleta. En la primera se impuso la ametralladora de Lucas Recker (2008-09, 67-82). En la segunda tuvo uno de sus días redondos Marko Banic (2009-10, 75-80). Y la tercera llevó una firma más insólita, la de Roger Grimau (2012-13, 77-80). Por el resto del camino, de todo. Dos derrotas por la mínima y tres con los papos hinchados de la sarta de bofetones recibidos (dos por 26 y otra por 28 puntos).

A Mumbrú le dolieron varias como jugador. Hoy cambia el chip, avisa a los novatos en la ACB de que habrá cera, seguro que alguna provocación (el foco puesto en el pulso entre Sadiel Rojas y Axel Bouteille) y les conmina a que desde sus buenas interpretaciones individuales contribuyan a elevar la nota del equipo. Si la defensa es la fuente por donde mana la vida, hoy los hombres de negro necesitan ser pluscuamperfectos en intensidad, coreografía, agresividad y aplomo. Con dos francotiradores como Askia Booker y Jarroll Eddie en la baraja de elementos a eliminar dejarles puertas abiertas sería como autoescribir un epitafio.

Imaginada y diseñada para estar ahora flirteando con la Copa del Rey, la plantilla del UCAM Murcia ha petado. No se trata de un hundimiento, concepto sólo aplicable a su última actuación en el WiZink Center, donde adelantó los presentes navideños a un igualmente necesitado Movistar. Pero sus seis tropiezos seguidos no encuentran alivio en que, efectivamente, pudieron tener un signo distinto en muchos casos de finales mal ejecutados. La realidad es un número, el 4, los triunfos que le clavan a igualar por una de las plazas con destino LEB junto a Fuenlabrada y Estudiantes. Y a tenor de lo que reflejan los bailes en los minutajes y la elección de piezas, Sito Alonso ha virado el rumbo recientemente. Seguro que lo tiene claro, pero el problema es cuando no lo tienen tanto los jugadores.

Con una semana más de recuperación tras sus lesiones, Rousselle y Sulejmanovic podrán engranar una marcha más «aunque aún no está en al cien por ciento». Ellos lo intentan. Como en la sesión de trabajo en la Casilla el jueves. Acabó la faena y se quedaron un buen rato tirando por voluntad propia. Son conscientes de que deben recuperar lo perdido. De hecho, mientras la atención ante el Betis se centraba en Bouteille y Balvin, el base francés jugó con más brío de lo habitual, rabioso, con ganas de que le salgan mejor las cosas. Y el bosnio puso la cordura en el rebote. Así también se ganan partidos.

Dos días de asueto para disfrutar con las familias y al lío. Álex Mumbrú está satisfecho de la implicación de sus hombres, a los que advierte de lo que les espera en Murcia. «Es una de las canchas calientes de ACB. Un equipo que sabe a qué juega, para quién y por qué. Cuenta con dos de los mejores anotadores de la liga, Booker y Eddie. Aunque esté en esas posiciones, tuvo cuatro o cinco partidos controlando y se le escaparon todos. Un rival peligroso, bien entrenado».

Relativiza el técnico del RETAbet el peso de la losa de las seis derrotas seguidas que arrastra el UCAM. «Tampoco tengo tan claro que puedan estar bajo la presión de la ansiedad, porque no están en una situación límite. Seguro que ofrecen un plus de agresividad, esfuerzo, lucha y entrega. Nos encontraremos eso. Competir así es complicado si no igualas o superas ese nivel».

Despide el barcelonés así un año «muy importante para el club. Entramos en concurso, jugando la LEB, jugamos una Final Four demostrando la calidad del club para su organización, ascendimos, hemos vuelto a la ACB y competimos cada partido. Lo recordaremos como el año que nos impulsó».

No tiene la sensación Sito Alonso de estar en la cuerda floja pese a las seis derrotas seguidas y a la condición de vicecolista del UCAM Murcia. «No me preocupa lo que no depende de mí», dice. Muy duro al referir la pasada derrota ante Estudiantes como «el peor partido que he vivido como entrenador», la comunicación con su grupo ha sido esta semana más directa que nunca. Le pide «que ningún rival tenga más intensidad o luche más que nosotros». Y si hay un ultimátum «es para el que no juegue como yo exijo». Al RETAbet le tiene «más respeto de lo normal».