Cristian Lambrecht, en el gimnasio de Artxanda donde entrena con los hombres de negro. Mireya López

Cristian Lambrecht, preparador físico del Bilbao Basket: «El jugador sabe cuidarse mejor ahora»

Cristian Lambrecht ·

El preparador físico del Bilbao Basket y de la selección argentina destaca que se valora más que antes el trabajo fuera de la pista y de temporada

Sábado, 15 de febrero 2025, 00:49

Llegó a Miribilla en agosto de 2022 y era prácticamente un desconocido en el baloncesto vizcaíno. Había trabajado con equipos de Venezuela y Argentina, donde fue preparador físico en selecciones de categorías inferiores. Dejó Sudamérica para aterrizar en el Campus Promete riojano de la Liga Femenina, parada previa al Bilbao Basket, y durante su estancia con los hombres de negro 'ascendió' al primer combinado masculino argentino. La imagen más conocida de Cristian Lambrecht se repite en el calentamiento de cada partido, cuando marca ejercicios con sus movimientos para que los repitan los jugadores del Surne, a los que anima, motiva y atiende en todo momento.

Publicidad

Este argentino de 38 años nació en una ciudad, Bahía Blanca, rendida al basket. «Con 350.000 habitantes, hay 23 clubes de baloncesto. Un estudio dice que cada seis u ocho calles hay un club de baloncesto... De ahí salieron Manu Ginóbili, Montecchia, Pepe Sánchez, Pancho Hansen…», enumera orgulloso Lambrecht a paisanos suyos que fueron estrellas. Él comenzó a jugar a los 5 años, pero confiesa con una sonrisa que era «muy, muy malo». Doce años después tuvo su primera experiencia como entrenador en minibasket, en una época en la que compartió «la pasión de la enseñanza de minibasket y la preparación física» hasta que decidió centrarse «exclusivamente a la preparación física». Lo hizo en el club de su barrio y en 2010 saltó al profesionalismo en el Weber Bahía Basket, equipo de la máxima división de su país.

Lambrecht se formó en su ciudad, Rosario y Buenos Aires. Se ha desplazado varias veces a Estados Unidos para comprobar en directo cómo se trabaja en la NBAy las universidades, un viaje que repetirá en junio. «Ver otras cosas distintas a las que hace uno siempre es positivo. La mayor diferencia con Estados Unidos son los recursos. En la NBAse juegan 90 partidos y en la mayoría de las ligas, a excepción de la Euroliga, se juegan 60 como mucho».

Ya en Bilbao, encontró «una buena organización, compuesta por muy buena gente que intenta hacernos sentir lo más cómodos posible a sus trabajadores. Me dieron total libertad para trabajar. Eso lo valoro muchísimo. Tanto la libertad como la confianza que me dieron lo consideré sumamente importante para seguir creciendo». Nada más llegar al Surne, realizó peticiones sobre aspectos nutricionales, comprar material deportivo, pagar la licencia de un software para control de cargas, «y no se puso en duda. Eso es apoyar el área de preparación física» .

El técnico de Bahía Blanca defiende que cada jugador necesita «cosas distintas», y apunta «que haya o no lesiones es responsabilidad de un grupo multidisciplinario: el entrenador, los fisioterapeutas, el médico, los ayudantes...». También subraya que las molestias o los dolores aparecen en los jugadores porque se exponen a exigencias físicas como disputar dos partidos en tres días, tener un vuelo de dos-tres horas, llegar y a las 48 horas coger otro avión para volver a jugar el día siguiente y después volver en un bus siete horas. «El estrés que reciben los jugadores tiene ciertas consecuencias y ahí es donde estamos nosotros, intentando educar al jugador de cómo debería cuidarse lo mejor posible e intentar que esté lo mejor posible, de forma saludable, y con el mayor rendimiento dentro de una pista».

Publicidad

Jugadores más conscientes

A este respecto, Lambrecht sostiene que la preparación ha variado «muchísimo en unos pocos años. La esencia es la misma, pero cambiaron las postemporadas». Según su experiencia, el jugador cada vez es más consciente de la importancia del trabajo fuera de temporada, del trabajo individualizado, de lo que hace fuera de la pista, y del gimnasio. «Los cuidados personales están más presentes que hace quince-veinte años. Me refiero a cómo descansar, cómo comer, cómo entrenarse. Sabe cuidarse mejor. Creo que la individualidad es el principio del entrenamiento que más evolucionó. En la metodología de trabajo se persigue la especificidad. Pasar de la cantidad a la calidad del trabajo».

Con el mismo ideario, apuesta más por la preparación por personas que por puestos. «Quizás un pívot y un base pueden necesitar lo mismo. Agruparlos por puestos es un criterio que tengo presente, pero no tanto como en mis inicios. No son grupos, son 16 jugadores con 16 necesidades distintas. Quizás un jugador necesita entrenar más, o menos, que los otros. Hay que asignar a cada jugador lo que necesita en cada lugar». Como ejemplo, dice que tras analizar un partido se ve si alguien requiere «más trabajo de fuerza en una rodilla o más velocidad, más resistencia, o necesita mover más una articulación que la otra».

Publicidad

Para Lambrecht, resulta muy positivo relacionarse día a día con profesionales de diferentes procedencias, como es el caso del Bilbao Basket, porque «cuanto uno más conoce y las cosas que conoce son más variadas, uno puede tener un criterio más exacto a la hora de asignar tareas». El hecho de convivir con su pareja en Bilbao alivia la distancia con su país. A su familia la ve cuando la selección argentina juega en casa. «En la próxima ventana irá a Venezuela y Colombia, así que no les voy y a ver».

«Estamos donde queremos»

Lambrecht cree que los hombres de negro están en la Liga «donde tenemos que estar, incluso un poco mejor». Insiste en que las aspiraciones tienen que tener relación «con nuestra situaciones y condiciones», y que «a pesar de la irregularidad, estamos donde queremos estar. Como dijo Jaume, somos los mejores de nuestra propia liga y estamos en cuartos de final de una liga europea».

Publicidad

Apodado 'El Ruso', «porque en Argentina a los rubios nos llaman rusos», este descendiente de alemanes por parte paterna e italianos por la materna disfruta en la capital vizcaína y en Miribilla. «Jugar acá es una pasada por la mística del pabellón y por el apoyo del público».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad